Rihanna ha vuelto a hacer historia. Enfundada en un mono rojo intenso y acompañada de decenas de bailarines de blanco, la cantante enganchó a toda la audiencia en el medio tiempo de la Super Bowl. Siete años alejada de los escenarios para volver pisando más fuerte que nunca, desprendiendo la energía que la caracteriza y rememorando algunos de sus temas más icónicos.
Un espectáculo más conocido que el propio evento deportivo en el que los artistas invitados no dejan pasar esta oportunidad para presentar su mejor actuación ante millones. Y es que, esos más de diez minutos en televisión son el mayor escaparate televisivo de la televisión, con más de 200 millones de televidentes.
Un momento único, importante para la carrera de cualquier cantante, que Rihanna ha sabido captar a la perfección, con una interpretación con pasarelas voladoras que ya ha hecho historia. Y es que la imagen de la de Barbados volando en el cielo de Arizona ya es icónica y se recordará como uno de los momentos más impresionantes de la televisión.
[Rihanna, protagonista del espectáculo del descanso de la Super Bowl en 2023]
Ella, embarazada y fantástica, vestida de rojo en mitad de ese oscuro estadio rodeada de linternas que parecían sus 'diamantes', y que querían tener en sus dispositivos esa imagen que quedará para la posteridad. No necesitaba nada ni a nadie más, no necesitaba contar con una artista invitada o una sorpresa espectacular, su regreso era suficiente. Ha dado lo que la gente quería ver y escuchar; sus canciones más conocidas y un espectáculo memorable.
Rihanna ha sabido aprovechar ese tiempo de descanso para transmitir tres grandes noticias, tanto personales como profesionales. Llevarse la mano hacia su abdomen subida y, acariciarlo en una plataforma a más de 15 metros, fue la pista perfecta para que los millones de espectadores supieran que estaba esperando su segundo hijo. ¿Existe un anuncio mejor?
Siete años sin pisar un escenario, sobre todo al estar centrada en su faceta como empresaria, concretamente en su línea de maquillaje y ropa. Algo que también ha querido que esté presente en su actuación. Un movimiento perfecto, una promoción impagable. Y es que mientras canta y la cámara le proporciona un primer plano, ella se maquilla con sus productos.
No ha necesitado esos espectaculares cambios de vestuario que se suelen hacer, complementar su look con una capa a juego ha sido el único cambio. Todo ello intencionado, y es que tanto su vestimenta como la de sus bailarines eran de su propia marca de ropa. El no cambiarse da más importancia al mono elegido, lo hace más especial y pasa también a ser icónico. Ya es: 'El mono rojo que lució Rihanna en la Super Bowl'.
Se podría decir que, además de interpretar a la perfección todo su repertorio, es un movimiento promocional perfecto, sin fisuras y aprovechando el poder de la televisión. Rihanna ya no es solo una cantante, es mucho más. Y en la Super Bowl, en el mayor evento publicitario del año, ha querido demostrarlo.
Rihanna se ha subido a una plataforma, ha volado en el cielo y ha actuado para millones de personas, siendo el centro de atención de todo un país y ahora del mundo entero. Ella, una mujer negra y empoderada que ha demostrado que a pesar de las trabas que se imponen en la sociedad, lo ha hecho. Rihanna ya era, pero ahora es todavía más, una inspiración para millones de mujeres en todo el planeta.