En televisión hay que saber jugar con el espectador para que eche de menos algunos programas y los coja con ganas cuando regresan a la parrilla. Eso bien lo sabe Antena 3, que está haciendo de rabiar, entre comillas, al seguidor de Tu cara me suena o de Mask Singer, que todavía no tienen fecha de estreno, a pesar de estar más que listos para comenzar sus emisiones.
En ese sentido, Telecinco tuvo entre sus manos una mina de oro con La isla de las tentaciones, un dating show que inicialmente iba a emitirse en Cuatro, casi como si fuese un programa menor, pero que acabó estrenándose en 2020 en Telecinco, convirtiéndose en todo un fenómeno de audiencias. Tal fue su acogida que Mediaset empezó a encargar temporadas nuevas como churros, una tras otra, con ediciones incluso de antiguos participantes poniendo a prueba su amor una vez más, por si con una única vez no hubiesen tenido suficiente.
El oro de esa mina, sin embargo, ha comenzado a agotarse, por el ansia de Mediaset de recoger tesoros de forma incesante. El pasado mes de enero terminó la quinta temporada de La isla de las tentaciones, y solo una semana después ya se estaba anunciando la siguiente. Se prometía entonces que sería “la mejor temporada de la historia”, y en lo referido a contenidos puede que así lo sea. En cuestión de audiencias eso es otro cantar, pues estrenó con el dato más bajo de la historia del formato, y ya ha dejado de ser líder, no solo en los debates (que en la quinta edición se hundieron en su salto a Cuatro), sino también en las galas. De hecho, el lunes 6 de febrero la nueva entrega se vio superada, por la mínima, eso sí, por la serie turca Hermanos, de Antena 3, que ha conseguido un público muy fiel y que no baja (ni sube) por más semanas que pasen. A la semana siguiente mejoró y lideró; anotó máximo en espectadores, pero igualó su mejor cuota del curso.
Telecinco debe cuidar mucho más, a partir de próximas ediciones, una marca que le ha dado tantas alegrías. La política de abaratar costes provocaba que se grabasen dos ediciones consecutivas en República Dominicana, y de esta manera, que viésemos dos hornadas de parejas y solteros cada año para que no perdiese vigencia las imágenes. Algo que ha terminado por pasar factura a la cadena, que cada vez está más lejos del liderazgo.
De hecho, es interesante destacar cómo en años anteriores El debate de las tentaciones era líder de su franja y de forma holgada, y en la actualidad hay entregas que ni siquiera alcanzan la media de la cadena. El martes pasado no llegó al 10%, y cayó por debajo de la cuota media de Telecinco.
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Los planes de Telecinco pasan por grabar una séptima temporada de Tentaciones, tal como ya informó BLUPER. Antes de grabarla y emitirla deberán dejar que el espectador se oxigene y permita recuperar las ganas de sentarse por la noche a ver qué parejas duran y cuáles se rompen por la aparición de terceras personas dispuestas a todo. Seguir una estrategia como sucedió entre la cuarta y quinta temporada, que pasaron nueve meses. E incluso podrían plantearse otra forma de emisión que no implique galas y largos debates que ocupan todo un prime time y parte de la madrugada.
Otro problema de La isla de las tentaciones es la forma en la que ha acaparado otros formatos, con los que Mediaset ha intentado fusionarla. Sus concursantes han ido a Supervivientes, Pesadilla en El Paraíso o al reality de Mitele Plus Solos, lo que proyecta la sensación de que Tentaciones se está emitiendo todo el año y por todas las vías posibles.