Rocío Carrasco, el paradigma del cambio en Mediaset: de estrella absoluta a desterrada
Mediaset España ha vetado en sus programas la emisión de cualquier tipo de imagen o vídeo en los que aparezcan un total de 13 personajes.
21 febrero, 2023 00:22Cuando hace ahora casi dos años, concretamente el miércoles 10 de marzo de 2021, Sálvame arrancaba asegurando que a lo largo de la tarde se publicaría una noticia bomba que acabaría "con la mayor mentira de la prensa del corazón", muchos espectadores dudaron de la magnitud de lo que el programa tenía preparado.
Pero lo cierto es que esa tarde, sin apenas darnos cuenta, se iniciaba el comienzo de una nueva etapa en televisión marcada por el estreno diez días después de la serie documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, en la que Rocío Carrasco hablaría después de "25 años de mentiras y silencio" y abordaría su relación con Antonio David Flores.
Lo que vino después ya es sabido por todos. La docuserie terminó traspasando la pantalla siendo objeto de debate político durante semanas tras poner el foco en la violencia machista, el feminismo y también la salud mental, e introducir términos como ‘violencia vicaria’ o ‘luz de gas’.
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También convirtió a la hija de Rocío Jurado en un icono feminista hasta el punto que el Ministerio de Igualdad premió a la docuserie por su labor en la lucha contra las violencias machistas en la categoría 'Comunicación y concienciación contra la #ViolenciaDeGénero', con especial mención a su directora Ana Isabel Peces.
Aquello, sin embargo, fue también su sentencia. Y es que el firme posicionamiento a favor del programa y de sus presentadores, Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera, a favor de Rocío Carrasco también trajo detractores, haciendo que una parte de la audiencia diera la espalda a Sálvame. Se iniciaba así el inicio de una crisis de audiencia que llega hasta nuestros días.
En ello también colaboró, por supuesto, que desde otros programas de la cadena como El programa de Ana Rosa contribuyeran a echar por tierra el trabajo de la docuserie, cuestionando el testimonio de la hija de Rocío Jurado y dando voz a los negacionistas.
No obstante, a pesar de que Mediaset se convertía así en el peor enemigo de Telecinco, esta guerra silenciosa entre productoras siempre benefició a Mediaset España... hasta ahora. Y es que la nueva dirección del grupo, encabezada por Alejandro Salem, ha decidido tomar cartas en el asunto y, por una parte, ha prohibido estos ataques entre productoras y, por otra, ha vetado determinados nombres en sus programas.
Uno de ellos es, por supuesto, Rocío Carrasco, ya que en esta nueva etapa se quiere mostrar a los mercados y a la industria que se está llevando a cabo esa necesaria reforma de 180 grados para intentar recuperar los espectadores perdidos. La hija de Rocío Jurado pasa así de ser la estrella absoluta de la cadena a estar desterrada.
Es la cabeza de turco para toda esa audiencia que abandonó Telecinco y que no ha vuelto desde entonces. Un mensaje para hacer entender que han llegado nuevos tiempos a Mediaset España y que se van a abrir a otros públicos.
El Código Salem
Y todo ello bajo un nuevo Código Ético que regirá el grupo de comunicación y que "afectará a todos los empleados, colaboradores, clientes, proveedores y resto de terceros que mantengan relaciones profesionales con Mediaset España".
Dicho documento ya está en manos de todos los trabajadores de la cadena y debe comenzar a cumplirse a partir de este mismo presente. El punto Principios rectores en programas de entretenimiento es el nombre de la nueva incorporación al Código que ha generado más comentarios.
Y es que, además de prohibir los ataques entre productoras, este Código afirma que "los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa".
Además, el Código Ético de Salem añade ocho puntos más de prácticas que se pueden ver cada tarde en el espacio de Telecinco. Así, por ejemplo, no se permite abandonar en directo y sin causa justificada el programa en directo o se hace hincapié en que los contenidos del programa "deben ser acordes a la franja horaria en la que se emite".