Esta semana llega el final de una de las telenovelas más paradigmáticas de la producción turca, Tierra amarga. La ficción escrita por escrita por Yıldız Tunç, Atilla Özel, Ayça Üzüm y Selena Çağlayan, llegará a su fin tras cuatro temporadas y 141 episodios. Su emisión en España comenzó allá por julio de 2021 y cambió completamente el concepto de las producciones otomanas en la parrilla española, al ser la primera en verse en la franja de sobremesa de un canal principal generalista.
Tras estrenar la telenovela en prime time el domingo 4 de julio de 2021, día que se había convertido (y que lo sigue siendo) en ideal para la emisión de ficciones turcas, dado que en esa época se emitía en ese horario Mi hija; Atresmedia optó por colocar Tierra amarga como serie diaria. Lo hizo emitiéndola justo después de Amar es para siempre, desplazando al extinto ¡Boom! al horario que, anteriormente, ocupaba Ahora caigo antes de su cancelación.
Tierra amarga heredaba así una franja que, hasta mayo de 2020, había ocupado uno de los seriales más reconocidos de Antena 3, El secreto de Puente Viejo. Y, la verdad, la ficción creada por Aurora Guerra no podía haber encontrado mejor sucesora. La telenovela turca demostró tener alma épica, además de ser una producción de época, que supo traer el fenómeno otomano que ya vivía la cadena principal de Atresmedia en su prime time con series como Mujer o la mencionada Mi hija. A su vez, Tierra amarga se convirtió también en la bestia negra de Sálvame, al arrebatarle el liderazgo por la cuota de pantalla cuando ambas coincidían en emisión.
Originalmente, Tierra amarga narraba el amor imposible entre Züleyha (Hilal Altınbilek), una cándida e ingenua costurera de origen humilde que vivía en el Estambul en la década de los 70, y Yılmaz (Uğur Güneş), un mecánico que mató sin querer al hombre que intentaba violarla después de que la joven fuese dada por su hermanastro, Veli (Mustafa Açılan), como forma de pago por las deudas que este, ludópata, había contraído. Ambos huían en tren y llegaban a Çukurova, donde se toparon con el clan Yaman, dueños de la mayor parte de las propiedades de la región.
Con episodios de 2 horas y 15 minutos de duración de media, Antena 3 optó por dividirlos en capítulos de entre 45 y 60 minutos, lo que permitía extender la duración de la ficción hasta el año y medio de emisión que ha tenido. De esa primera temporada, en la que el público vio cómo el amor entre Züleyja y Yılmaz vivía momentos turbulentos, dado que el heredero del clan Yaman, Demir (Murat Ünalmış), se enamoraba de Züleyha y esta se vio obligada a contraer matrimonio con él, convirtiendo la historia en un triángulo amoroso.
Sin embargo, de su premisa inicial, prácticamente nada ni nadie han quedado. Envuelta en polémicas por supuestas malas relaciones entre los actores, problemas y retrasos en el rodaje y otro tipo de problemas, Tierra amarga terminó siendo llamada la Juego de Tronos turca. No por su trama ni por su calidad técnica, sino por la cantidad de personajes que han muerto a lo largo de sus cuatro temporadas. De hecho, de ese triángulo amoroso inicial, solo quedó Züleyha.
De hecho, en otros países de habla hispana, Tierra amarga fue titulada hábilmente como Züleyha, dejando claro que ella era la protagonista absoluta. Y es que la protagonista principal de la ficción de Tims Productions se ha convertido en todo un icono y en un ejemplo de reinvención para un personaje que comenzó siendo una dama en apuros, frágil y tremendamente inocente, a toda una señora empoderada, que termina rigiendo como absoluta líder del clan Yaman en la región. Una reinvención provocada por las propias circunstancias y que es un ejemplo de cómo los guionistas han podido ir modificando el carácter de Züleyha conforme iban desarrollándose una trama que, al final, estaba completamente viva y dependía de las propias adversidades de los problemas de producción que tuvo.
La transformación de su heroína
Precisamente, esa es una de las mayores virtudes de una telenovela que ha logrado hacer historia tanto en Turquía como en la propia España, donde ha conquistado el corazón de millones de espectadores, siendo incombustible hasta el final. La transformación de su heroína, que terminó dejando de lado el amor para abrazar una posición que trae otro tipo de mensaje: la historia se repite. Al final, Züleyha se ha convertido en lo que fue su suegra, Hünkar Yaman (Vahide Perçin), madre de Demir.
Al inicio de la serie, Hünkar Yaman tuvo una posición antagónica. Miraba con recelo al amor de Demir, una costurera de origen misterioso. Fue Hünkar quien manipuló de tal forma que logró que Züleyha se casase con su hijo, quien debía sentar la cabeza y traer un heredero para asegurar el porvenir tanto de los Yaman como de la propia Çukurova. E, inicialmente, Züleyha se convirtió en esa esposa entre ideal e infiel, dividida por el amor entre Yılmaz, quien rehízo su vida con Müjgan (Melike İpek Yalova) y terminó aliándose con la familia Fekeli, rival de los Yaman.
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Hünkar fue una mujer hecha a sí misma, que tuvo que aceptar una posición que no quería inicialmente, casada con un hombre que nunca le amó a ella, soportando constantes infidelidades y aguantando varias intrigas. Quizás por cómo los conflictos de producción provocaron la salida de varios actores, los guionistas optaron por transformar una historia de amor imposible en cómo, al final, las nuevas generaciones terminan repitiendo las mismas acciones de sus predecesores.
Züleyha pasó de costurera humilde a estar casada con el heredero de los Yaman y, poco a poco, fue sacando su propio carácter frente a un marido tiránico y tóxico. De ser el que le amenazaba a ella a ser la propia Züleyha quien tenía el poder de arrebatarle lo que más quería. La aprendiz se convertía en maestra. Finalmente, por causas de producción, los guionistas tuvieron que derrumbar el triángulo amoroso, a favor del villano Demir, dado que Uğur Güneş se marchó de la ficción.
Junto con la muerte de la matriarca Yaman, pues Hünkar también desaparecía en la misma temporada, los guionistas tuvieron que reconvertir al marido déspota en un hombre enamorado, de buen corazón y al que solo no le habían enseñado a bien querer. En medio, Züleyha fue sacando carácter, llegando a ser por derecho propio la gran señora de la región e ir imitando poco a poco a su suegra.
Los guionistas tuvieron que reforzar más el carácter de Züleyha cuando Murat Ünalmış abandonó la producción y Demir fue asesinado en la serie. Dado que se le había empoderado, lo que se hizo fue reforzar más su posición solitaria, convirtiéndose así en lo que fue su suegra. Al final, Züleyha ha tenido que lidiar con infidelidades, traiciones, intrigas y rivalidades con otros clanes. Aunque intentó darse una nueva oportunidad en el amor con Hakan (İbrahim Çelikkol), algo que los guionistas mostraron de forma natural, recordando que una mujer tiene derecho a rehacer su vida (algo poco habitual en las telenovelas turcas), los guionistas optaron por darle un final trágico a su último marido, dejando, una vez más, sola a Züleyha, cual Escarlata O’Hara setentera.
Y así llega al final de Tierra amarga, con Züleyha convertida no solo en la gran señora de Çukurova y heredando un trono de hierro digno del que Daenerys no pudo sentarse; sino también en máximo exponente del espíritu propio de las series turcas. Los guionistas saben cómo van a comenzar sus tramas, pero nunca cómo estas terminarán, dejando finales muy distintos a los que apuntaban inicialmente.
A faltar de ver qué sucederá con Pecado original (sin decir spoilers, vivirá bajas muy importantes que sorprenderán al público), el final de Tierra amarga (que viene hasta con un amago de una Boda Roja) logra estar a la altura del carácter superviviente de una ficción que supo reinventarse y que supo convertirse a su protagonista femenina principal en el único pilar de la historia.