Vicky Martín Berrocal fue la invitada que cerró la semana de El hormiguero. La presentadora y diseñadora acudió al programa de Pablo Motos para promocionar el nuevo libro que ha escrito. Se titula La felicidad no tiene talla ni tiene edad y pretende visibilizar la dimensión emocional del problema del sobrepeso.
Después de sincerarse con el presentador, Vicky se enfrentó a un divertido juego propuesto por las hormigas. La diseñadora tenía que responder sí o no a las cuestiones que le planteaban Trancas y Barrancas con su habitual toque de humor. "¿Has tenido una experiencia paranormal?". "Espíritus, fantasmas...", sugirió Motos.
Sin embargo, la invitada no tuvo que pensar mucho, pues asintió con la cabeza rápido. Fue entonces cuando Vicky se atrevió a contar una historia relacionada con su padre, José Luis Martín, fallecido en 2008: "Mi casa en la playa tenía tres habitaciones, la de mi padre, la de mi hermana y la mía. Y, al subir las escaleras, había una puerta con una cerradura gorda, con tres pestillos. Era una cosa horrorosa, no sé en qué pensaba".
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Al año siguiente de morir su padre, Vicky y su madre experimentaron algo extraño. "Ella no tiene miedo ninguno, yo soy una cagona", aseguró explicando que ambas estaban en la cama. "Yo no había cerrado esa puerta y, de repente, mi madre hace así en la cama [un resalto] y me dice 'he escuchado la llave', la puerta que mi padre siempre cerraba. Nos levantamos las dos y la puerta estaba cerrada", terminó de contar ante el asombro de Motos y las hormigas.
"Se me quedó ahí. Fue una cosa muy rara, Pablo. Te lo juro por mi vida que me pasó", dijo. "Yo me acojono", añadió el valenciano.
Sobre su padre ya había hablado en la entrevista con Motos. No tuvo ningún reparo en contar que, al bucear en su vida, se había percatado de que había nacido en una "familia desestructurada". "Mi padre se tiró diez años que me venía a buscar a mí, me compraba juguetes y se iba". Pero lo más gordo fue cuando descubrió que tenía más hermanos. "No tienes uno, tienes tres", le respondió después de haber coincidido con un niño que era "igualito que yo" en una piscina de un hotel primero y años más tarde con ese mismo niño. "Mi primo me dijo: '¡Es tu hermano!".