Se acabó el tiempo de los vetos. Esta pasada semana, saltaba la noticia de que Alessandro Salem, actual consejero ejecutivo de Mediaset España, había optado por el diálogo y retomado contacto con las productoras Shine Iberia, responsable de formatos como Masterchef o Maestros de la costura, y Boomerang TV, encargada de éxitos como La Voz o Pekín Express. Pone fin así a la época de prohibiciones que había impuesto Paolo Vasile, permitiendo a la corporación negociar para tener acceso a nuevos formatos tanto de programas como de series.
La noticia no es solo un movimiento positivo dentro de la corporación, sino una consolidación de la declaración de intenciones que se hizo con el relevo entre Vasile y Salem. Es más que evidente que el reto que tiene Mediaset es levantar sus audiencias, al vivir una de sus peores crisis en cuestión de cifra de espectadores. De ahí, que toque probar con nuevas propuestas y es positivo que se dejen atrás antiguos conflictos de la anterior dirección y así probar suerte con producciones que ya funcionaron en otros canales o bien crear propuestas original, como el caso de Tu cara me suena en Antena 3.
Aunque la introducción de un nuevo Código Ético se vio como el primer movimiento de Salem de recuperar esa esencia de entretenimiento que tan bien caracterizó a Telecinco en sus inicios, la manera de divulgarla no fue positiva. De ahí, que la corporación necesite un golpe de efecto como este. A esto se suma que la cadena también se compromete a evitar completamente la contraprogramación, en el sentido de que ya no habrá cambios de última hora para perjudicar a una cadena rival. Una noticia magnífica, que permite dar confianza al público en la parrilla semanal de los programas que siga.
Y es que cerrarse en banda a cualquier productora es un error. De hecho, los motivos que llevaron a vetar a Shine Iberia y Boomerang TV fueron puramente personales. En el primero, fue fruto de la enemistad entre Paolo Vasile y Macarena Rey, actual CEO de Shine Iberia, que surgió en 2009, cuando Rey era responsable de BocaBoca, productora encargada de Pasapalabra, un formato original de la británica ITV y a la que Vasile intentó quitarles la producción, al comprobar que la compañía no tenía registrada la marca en español ni la famosa prueba de El Rosco.
La justicia, finalmente, dio la razón a ITV, provocando que el formato volviese a Atresmedia, donde sigue coronando las audiencias semanales. En el caso de la enemistad con Boomerang TV, esta surgió después de que la productora negociase el traspaso de los derechos de La Voz a Atresmedia, dada la falta de interés de Mediaset de renovarlos.
Esta nueva etapa ya ha comenzado a dar sus primeros frutos, ya que Mediaset será la que tenga los derechos de emisión lineal de Bosé, la serie sobre Miguel Bosé que está disponible en SkyShowtime y que se verá en octubre en abierto. A ello se suma que está habiendo negociaciones para que Me resbala, el programa de humor que presentó Arturo Valls en Antena 3, pase a Mediaset.
Una oportunidad para nuevos formatos
Y es, precisamente, el fin del veto lo que le ofrece a Mediaset explorar tanto con formatos que tuvieron éxito en otras cadenas como por apuestas nuevas. Un ejemplo posible es el de recuperar Operación Triunfo, talent-show al que renunció TVE en marzo de 2022 tras los discretos datos de la undécima edición. Esto abre la puerta también a, quién sabe, traer de vuelta Maestros de la costura o la creación de nuevos programas, como sucedió con la mentada Tu cara me suena o el caso reciente de Cover Night en La 1.
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Y, por supuesto, esto abre la veda al desembarco de series de televisión. Boomerang TV cuenta con experiencia más que demostrada de éxitos de ficciones diarias como las míticas El secreto de Puente Viejo y Acacias 38. Así como de series de prime time como Los misterios de Laura o Alba. De hecho, la compañía estuvo detrás del fenómeno de Motivos personales, cuando esta se llamaba Ida y Vuelta.
El contar con ese talento creativo, le abre la posibilidad a Mediaset de crear un nuevo y sólido paquete de ficciones, con las que tiene la oportunidad de renegociar sus acuerdos con plataformas, como sucede con Entrevías, cuyo desembarco en Netflix ha sido muy escalonado y calculado, dándole preferencia a su emisión en abierto y creando una expectación ya poco vista en series con difusión lineal. Aunque con datos más discretos, algo similar ha sucedido con Escándalo. Relato de una obsesión, que solo pudo verse en Amazon Prime Video después de que todos sus capítulos se emitiesen en Telecinco, diferenciándose así de lo sucedido con sus otras series que se distribuyen en Prime Video, que primero se ven en la plataforma.
Realmente, el fin de este veto es la evidencia clara de que Mediaset busca la renovación. No ha habido mejor movimiento que este (al menos, hasta el momento). Solo queda por ver en cómo se irán traduciendo los nuevos acuerdos. De lo que no queda duda, es que habrá expectación.