Con la muerte de Carlos Tena, que ha fallecido a los 79 años, la televisión pierde a uno de los comunicadores que más hicieron por la música en este medio de comunicación. Su amplio currículo abarcó programas como Popgrama (1977-1981), Música, maestro (1981), La Caja de ritmos (1983), ¿Pop Qué? (1984) y Auanbabulubabalambambú (1985-1986).
De todos estos, quizá el que más se recuerda fue La caja de ritmos, pues en el 16 de abril de 1983 Carlos Tena llevó a cantar al grupo Las Vulpes, unas bilbaínas que habían adaptado al castellano el tema de los Stooge ‘I wanna be your dog’ bajo el título ‘Me gusta ser una zorra’. Su letra rezaba cosas como “prefiero masturbarme, yo sola en mi cama antes que acostarme con quien me hable del mañana. Prefiero joder con ejecutivos que te dan la pasta y luego vas al olvido”, y que su vocalista, Mamen Rodrigo, vociferaba con todo su ímpetu. “Me gusta ser una zorra, me gusta ser una zorra”, repetían en el estribillo.
Hay que tener en cuenta que el programa se emitió en la cadena principal de las dos únicas que había en España en aquel entonces, y en un horario infantil, pasadas las doce y media del mediodía. Y eso provocó que a Carlos Tena le pidieran cuentas por llevar a esta banda femenina. Él, que ya hizo una presentación con sorna, dijo al finalizar el show que la canción “incluso tuvo problemas con la comunicad moralista del Gran Consejo Videoinformativo”.
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Si en los años 90, cuando todo el mundo tenía vídeo en casa, la leyenda urbana de Ricky Martin en Sorpresa, sorpresa corrió como la pólvora, hay que imaginarse qué se diría en la calle de la actuación de Las Vulpes en La caja de ritmos en 1983, y cómo la bola de nieve se iría haciendo más grande según quien se lo contase a un amigo, un vecino… o un periodista. A los varios días, el periódico ABC cargó contra el programa y la canción de las vascas. Al sábado siguiente no hubo programa, y TVE emitió toros.
Un mes después, se admitió una querella criminal contra Carlos Tena, la cantante de las Vulpes y su guitarrista, Loles Vázquez, quien adaptó el tema, por escarnio público. Se enfrentaban a cárcel incluso, pero el caso fue sobreseído. Carlos Tena, por su parte, presentó su dimisión.
¿Fue para tanto el caso de Las Vulpes y La caja de ritmos? El tiempo, y el archivo de TVE, nos hizo ver que no. Y es que fueron muchas las actuaciones y entrevistas musicales que cruzaban ciertos límites. En La edad de oro, por ejemplo, que se emitía en una franja similar al programa de Tena y en la misma época, pudimos ver a Fabio McNamara esnifando laca en el escenario, Pedro Almodóvar declaraba cosas como “Antes tomaba café, el café lo sustituí por la cocaína, y la cocaína por la morcilla con arroz”. Y hubo actuaciones como la de Glutamato Yeyé con ‘Todos los negritos tienen hambre y frío’ que entonaban tirando barras de pan al público.
Años después, Mamen, su vocalista, explicó en El País que si la actuación levantó ampollas fue por intereses políticos. “Por machismo está claro, pero sobre todo fue una cosa política. Querían atacar al PSOE, que en ese momento estaba en el gobierno, y a Televisión Española. No hubo escándalo hasta que ABC transcribió la letra en el periódico, porque con el sonido en directo no se había entendido bien. Estuvo claro. Saltó incluso al hemiciclo”, recordaba.
A pesar de este episodio, Carlos Tena siguió vinculado al mundo de la música en televisión. En los años 90 dio el salto a Antena 3, y junto a Lauren Postigo formó parte del jurado de Lluvia de Estrellas, Menudas estrellas y Menudo Show, programas que giraban alrededor de las imitaciones de cantantes en directo por parte de adultos y niños en los dos primeros casos, y en playback en el tercero. Tena borró aquel episodio de La caja de ritmos haciendo una tele musical para toda la familia. Nadie, por cierto, se atrevió por allí a imitar a Las Vulpes.