Agotado. Así ha acabado Josie tras su paso por la décima edición de Tu cara me suena 10. Acostumbrado a verle haciendo juicios estilísticos en Zapeando o de estar detrás del vestido de Cristina Pedroche en las Campanadas, los espectadores se han llevado toda una sorpresa al ver su nueva faceta como cantante. Y lo cierto es que Josie se muestra muy divertido y no desentona en absoluto.
Detrás hay mucho trabajo, como reconoce a Bluper. Para sacarlo adelante, se apoyó de una profesora de canto y de un médico, que le proporcionó vitaminas, o la "molécula", como la describe Manel Fuentes. Más allá de eso, Josie es televisión en estado puro. "A mí, o me amas o me odias, pero yo no soy un pan sin sal. Eso es lo que me ha llevado a estar hoy aquí", confiesa.
Después de meterse en la piel de Julio Iglesias y de Alaska en las primeras dos galas, Josie entonará este viernes el 'Hola mi bebebé, llámame', la pegadiza canción con la que WSR representó a Rumanía en el pasado Festival de Eurovisión.
En televisión has mostrado muchas facetas, pero nunca la de cantante. ¿Sabías que podías enfrentarte a un programa como este?
No, yo no había cantado ni en la ducha. Mis padres nunca quisieron que hiciera teatro en el colegio, no me explotaron nada en eso. Antes del programa fui a un profesor de canto para que me dijera si podía defender las grabaciones, porque este programa es muy intenso, y si no tienes capacidad de defenderte con tu voz estás perdido. A mí me habían dicho muchas veces si quería participar y yo siempre les decía que no, que se estaban equivocando de persona completamente.
¿Qué fue lo que te llevó a aceptar en esta ocasión?
Los responsables del programa me dijeron que sabía afinar, y la verdad es que mal oído no tengo. Ese profesor, además, me dio el OK. Luego, durante toda la edición, he tenido otra profesora de canto, que siempre me decía que era una pena que hubiese descubierto mi voz tan tarde porque si la trabajase podía llegar a buen puerto. Pero es muy duro trabajar la voz, yo lo he pasado francamente mal porque es agotador. Había días que salía de Zapeando y me tenía que ir a cantar, y era tan tarde, que ya no me funcionaba el cuerpo. Es algo físico. Es como una flauta a la que tienes que dar aire y de ahí sale la música. No sabía que era tan agotador.
¿Es más importante el nivel vocal o la actitud con la que sales a imitar?
Yo, por lo menos, lo que vengo a hacer aquí es televisión. Es lo que he hecho durante 15 años y es lo que sé hacer. Aquí he aplicado mecanismos nuevos como el cante y el baile, pero otras veces me habéis visto cocinar. Yo he aportado mi mejor energía e intento que la gente se lo pase muy bien conmigo, además de verbalizar muy bien mi sentimientos porque ha habido momentos muy duros. He intentado que quede ahí también.
Acostumbrado a emitir juicios sobre los estiliismos de los famosos, ¿cómo te has enfrentado a las críticas del jurado?
Me he enfrentado lo mejor posible. Es un jurado increíble, divertido, que lo amas y que lo odias. Bueno, en ningún momento lo he odiado porque yo sé que cuando me merecía un cuatro, pues me lo merecía, pero al final es lo mismo que en otros talents. El peor jurado eres tú mismo. Te vas a casa y dices 'joder, tenía que haber cantado de otra forma' y 'es que me he equivocado'. También tenía muchos miedos a la hora de bailar porque soy un pato. O lo ensayas mucho o de verdad es un canteo verte bailar con bailarines profesionales, porque queda un númetro cutrecómico. Han sido varios meses de dormir poco. Estoy muy cansado, de hecho, nunca he pedido vacaciones en Zapeando y ahora me voy un mes.
Has acabado exhausto entonces.
Sí. Al igual que fui a un profesor de canto, también he contado con la ayuda de Víctor Méndez, mi médico antiedad, sin él no hubiera podido. Él me dio una molécula que la toman los deportistas antes de salir a la pista, pero no es dopaje, ¿eh? Te da un fulgor que ya no tenías después de estar todo el día en plató. También tienes que tener mucha memoria para no olvidarte de las letras, así que todo aquel que quiera venir a Tu cara me suena, que coma rabos de pasa. Ah, y sin la termoestimulación no hubiera podido hacerlo.
¿Es un agotamiento físico o mental?
Los dos. Yo nunca habia hecho una gala de Tu cara me suena. Yo no sabía qué era eso. No sabía que había tanta luz, no sabía cómo me iba a relacionar con la música, el ruido. Yo nunca me he enfrentado a un público. A mí nadie me ha aplaudido más allá de cuatro ratos en Zapeando y ya está. Aquí, te suben en un ascensor y, de repente, te encuentras a casi 1.000 personas. Luego no puedes dormirte, parece que vienes de Pachá Ibiza, porque estás con toda la adrenalina.
¿Has sentido el cariño del público en el plató?
Sí, ha ido in crescendo. El primer día no salí del ascensor, entré en una rampa y fue todo un viaje. Ha sido una experiencia vital tan intensa que yo ya puedo escribir mis memorias. Me pongo a escribir y ya está.
¿Sientes que en los últimos años tienes más entidad en televisión?
Cuando hice Supermodelo, me fui en el Costa Concordia, que en paz descanse, y cuando llegué a El Corte Inglés después de dar dos vueltas por el Mediterráneo, me conocía todo el mundo y no había redes sociales. Yo siempre he intentado no dejar indiferente a nadie. A mí, o me amas o me odias, pero yo no soy un pan sin sal. Eso es lo que me ha llevado a estar hoy aquí. Son 15 años seguidos de tele sin caerme de la parrilla ni un solo año.
¿Durante las grabaciones le adelantabas algo a Cristina Pedroche?
No, no se lo puedo enseñar.
¿Pero le ibas contando cosas?
No, pero ella misma me decía que no le contara nada. Cristina estaba muy contenta porque me dijo que estaba en buenas manos y los que hacen el programa son gente muy buena y que yo lo iba a agradecer. Y es verdad. La productora es increíble, es de las mejores que he trabajado. Laia Vidal [la directora de Tu cara me suena] es lo más.
¿Has participado activamente en los estilismos de los personajes?
No. No sabes lo que es que tú te puedas dejar llevar, sin que tú tengas que aportar nada. El vestuario que manejan y la caracterización es fantástica. Es lo que más voy a echar de menos. Yo a Tinet [Rubira] le he dicho que pongan un salón de belleza de Tu cara me suena en Serrano 100 [aquí estuvo la peluquería del famoso Ruphert]. Ahora mismo, la moda va por los derroteros de la caracterización. ¿Por qué no hacer un salón de caracterización? Te hace disfrutar de la vida. Si no lo abren ellos, lo haré yo.
La última, ¿cómo llevas guardar el secreto de Tu cara me suena? ¿Te cuesta?
¡Para nada! Yo me he criado en los secretos. Recuerdo la primera vez que entré en Vogue. Cuando has trabajado en revistas, donde todo está prefabricado, sabes que no puedes hablar. Yo toda la vida he vivido con secretos que he sabido guardar.