Tal día como hoy, hace 14 años, arrancaba en televisión un programa diario llamado Sálvame, y que presentaba Jorge Javier Vázquez. En principio no iba a ser más que un debate sobre Supervivientes, en aquella edición en la que participaron Cuca García de Vinuesa, Juanito el Golosina, Marías de Gran Hermano 4 o Maite Zúñiga, la atleta olímpica que terminó por llevarse el gato al agua. Poco a poco, el programa se abrió a contenidos del mundo del corazón, y dio la bienvenida a nuevos colaboradores, como aquella que fue presentada por Jorge Javier Vázquez como Milagros Ximénez de Cisneros. “Estoy francamente emocionado por la presencia en este plató de Milagros”, decía con ilusión el presentador, sin ser consciente de que Mila, como Sálvame, llegaba para quedarse en nuestras vidas, y para dar grandes momentos de diversión en la historia de nuestra tele.
A lo largo de los años, Mila lloró, se enfadó, se rió, y alguna vez, a desgana, hasta de disfrazó en el plató de Sálvame. Tuvo un protagonismo que no todo el mundo sabía robarse, formando parte, durante mucho tiempo, del eje del mal del programa, que formaba junto a Kiko Matamoros, Kiko Hernández. Ellos eran el azote de cualquiera que se les pusiese entre ceja y ceja.
A veces, Mila desaparecía de Sálvame para tomarse unas vacaciones. O para participar en un reality, porque la vimos en Supervivientes, donde llegó a alzarse como finalista, y en Gran Hermano VIP. En junio de 2020 anuncia que tiene un cáncer en el pulmón, y un año más tarde, en junio de 2021, fallece a los 69 años.
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Eso supuso el fin de una era en Sálvame. Mila no era una de esas colaboradoras que se enfadan con el programa y se marchan para no volver, como Raquel Bollo o Rosa Benito; ella se había ido para siempre, y por más que le dejasen la puerta del plató abierta, no iba a poder regresar. Dejó a todos sus compañeros muy tocados, y aunque en Sálvame saben crear contenidos de cualquier cosa, nadie quiso hablar de ella más de lo necesario en las semanas posteriores. Ni siquiera para echarle flores, para recordarla con alegría y diversión.
En diciembre de 2022, en una entrevista, Jorge Javier Vázquez reconocía que se quedó en shock con la muerte de Mila. “Al día siguiente hicimos un programa de recopilación de sus mejores momentos y decidimos 'hasta aquí, ya no hablamos más de Mila'”, revelaba. Un comportamiento que luego comprendió que era “antinatural y ahora yo me doy cuenta de que ninguno de mis compañeros ha hecho ese duelo”. En ese sentido, explicaba que cuando se dice el nombre de Mila, la gente mira para otro lado. Que piensan que está de vacaciones o en un nuevo reality, “pero hay que aceptar que ya no volverá”. No era la primera vez, de hecho, que definía como antinatural el tratamiento del programa hacia la figura de Ximénez.
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Jorge y el resto del equipo parecen haber aprendido la lección. Es hermoso y justo hablar de Mila. Y por eso, este jueves, el especial que celebra los 14 años de Sálvame tendrán un gesto especial hacia la colaboradora, que dejó su huella en el formato hasta el punto de cantar su sintonía. El programa se ha trasladado hasta Sevilla, donde Mila vivió bellos momentos, para que los ciudadanos le dediquen algunas palabras, y seguro que tienen sorpresas en la recámara. Van a cerrar, aunque sea un poco, esa herida que todavía está abierta y duele. Lo harán incluso con música, pues ya adelantaron que Jorge Javier cantará a dúo con Mila, y probablemente se trate del tema 'Si te marchas' de Merche.
En televisión, a menudo, se habla de quién puede ser el sucesor o sucesora de tal o cual comunicador. Quién será la próxima reina de las mañanas, quién será el nuevo Fulanito o Zutanito. Sin embargo, con Mila Ximénez esto resulta imposible. Tuvo una forma de entender el espectáculo catódico única, personal, con carácter, personalidad. Dejó una huella fuerte, dando un contenido que otros se niegan a ofrecer, pasando de colaboradora a personaje y viceversa cuando la ocasión lo requería. Porque Ximénez era así, y su recuerdo, por más que lo queramos, no para, no para, no para.