25 palabras, uno de los dos concursos con los que Telecinco apostó para renovar sus tardes, cumple 100 programas y lo hace acumulando el mayor bote de su historia, al llegar a la cifra de 600.000 euros. Un programa especial que contará con invitado de lujo como Ana Morgade, Cristina Medina, Laura Sánchez y Eduardo Casanova. Un formato que "demuestra que Mediaset está apostando por proyecto que puedan consolidarse y fidelizar al público". "Hay confianza en el producto y todos estamos contentos", señala Christian Gálvez, quien comparte que el concurso le ha llegado en su "mejor momento profesional y personal".
Han pasado ya 100 emisiones desde el debut de 25 palabras en Telecinco. Fue el 19 de diciembre del año pasado cuando tanto el programa junto con Reacción en cadena. Ambos concursos desembarcaron en una de las franjas más complicadas para la cadena principal de Mediaset, dada la feroz competencia frente a otros formatos consolidados de otras cadenas como El cazador, Y ahora, Sonsoles, Aquí la Tierra o, sobre todo, Pasapalabra.
"Realmente, no hay franja fácil. Lo importante, es tener una franja. Estamos teniendo un tiempo en televisión que el que justo queremos tener. Solo puedo sentirme un privilegiado por eso. Pero, volviendo a lo de tener una franja fácil o difícil, lo importante es que hay confianza en la apuesta que estamos teniendo. Además, en lo que a mí respecta, 25 palabras me ha llegado en mi mejor momento a nivel personal. Es un proyecto en el que conjugamos cultura y entretenimiento, que es lo que más me gusta y me hace tener ilusión por las cosas", comenta Gálvez en una entrevista concedida a BLUPER con motivo de la celebración de los 100 programas.
Desde su debut el pasado 19 de diciembre, 25 palabras ha ido, poco a poco, ir consolidándose en la parrilla, siendo un ejemplo de cómo Mediaset ha querido apostar por proyectos a largo plazo que tenga un margen de crecimiento que, anteriormente, otros formatos en la misma franja no tuvieron. "Estamos en otro momento. Sí que es verdad que [la cadena] necesitaba algo más a corto plazo. Pero yo creo que estamos una situación bastante dulce. Ahora se busca consolidar un proyecto y, para eso, hay que tener paciencia", señala el presentador, quien es también productor ejecutivo del concurso.
Producido por Fénix Media Audiovisual, 25 palabras acumula una media del 9,2% de cuota y 843.000 espectadores [a fecha del 25 de abril] y su evolución ha sido ascendente en sus datos mensuales desde su debut. En enero, por ejemplo, el programa tuvo una media del 8,5% de share, cifra que ascendió al 9,9% en abril. De hecho, lidera en lo referente al target comercial entre todas las cadenas, al lograr una media del 11,5% de cuota y ser la opción preferida por los espectadores entre 13 y 24 años (9,9%), 25-44 años (12,1%) y de 45-54 años (10,8%).
"Un programa no triunfa de la noche a la mañana. Hay que cocerlo a fuego lento e ir viendo cómo evoluciona"
"Lógicamente, un programa no triunfa de la noche a la mañana ni tampoco fracasa. Hay que cocerlo a fuego lento e ir viendo cómo evoluciona. Lo estamos construyendo así y en esa línea. Solo puedo estar agradecido, porque nos sentimos muy protegidos y sentimos el cariño y la confianza que la cadena está depositando en nosotros", confiesa Gálvez, quien, a pesar de ser productor ejecutivo, considera que continúa siendo "esencial" el trabajo en grupo y "confiar en los socios" cuando estos manejan mayor experiencia en otros factores.
"Sobre el papel, sí que tengo mayor poder decisión. Solo puedo decir que, como presentador, tengo plena libertad a la hora de llevar el programa. Ahora bien, hay que confiar en tu equipo y yo tengo uno que me respalda completamente. También digo que en la productora [Fénix Media Audiovisual] tenemos una jerarquía muy horizontal. Llevamos tanto tiempo trabajando juntos, con Rafa Mayorga y Olga Flórez, que nadie impone sus decisiones o criterios desde el punto de vista de administración del programa", manifiesta.
"Es decir, con Rafa no solo llevo trabajando con él muchísimos años, sino que es mi mejor amigo y también mi director. Entonces, cuando él me dice algo como director, lo acato. Y lo hago porque sé que es por el bien de todos, por mí, por el programa, por el ritmo del concurso... Entonces, no existe guerra de egos. Al igual que yo tengo la libertad de manejar mi puesto de presentador como considere; ellos la tienen en referencia a cómo ir llevando el programa desde fuera, viéndolo desde fuera y de una manera más objetiva", continúa.
"Haces televisión para los demás, nunca para nosotros mismos"
Un formato versátil que ha ido transformándose también estos meses, según las demandas del público. "Recuerdo cuando nos encargaron el proyecto. Se trata de un formato ya testado, proveniente de Estados Unidos, que venía con un tipo de duración que hemos tenido que duplicar, dada nuestra propia idiosincrasia televisiva. En este momento, surgió una tormenta de ideas sobre cómo hacerlo. Teníamos que hacer crecer al concurso. En esto, por supuesto, hay mucha ilusión, pero no olvidamos tener templanza, porque está el miedo por saber si funcionará o no", argumenta.
"Al final, haces televisión para los demás, no realizamos televisión para nosotros mismos. A nosotros nos gusta abrir las puertas de casa, porque eso forma parte de hacer televisión. No hemos sentido miedo, pero sí vértigo", explica Gálvez, quien, considera que, a pesar de que, en este nuevo ciclo, se dé tiempo al concurso para consolidarse. "Hay que estar preparado para adaptarse si las reglas vuelven a cambiar. Es puro darwinismo", advierte.
"Son etapas. Hoy estás, pero mañana puedes estar abajo. Nadie te asegura absolutamente nada. Al final, somos frutos de los resultados, eso es así. Te piden una serie de objetivos para cumplir una serie de cosas. Nosotros somos conscientes y, por eso, siempre hemos seguido las reglas del juego que nos proponen. Las reglas hace un año eran de una manera y ahora son de otras. Si vuelven a cambiar, pues nos adaptaremos", alega.
Y en esa versatilidad, 25 palabras ha ido cambiando con la sustitución de pruebas, según lo que "pedía el público", como la supresión de que la audiencia entrase en directo o la introducción de la repesca de concursantes eliminados. "Escuchamos a los espectadores. A la gente que está en casa lo que quería era a héroes y villanos jugando en continuidad y que el bote creciera. Si eso lo pedía el público, pues había que dárselo. Lo que ya hecho dicho, puro darwinismo. Aunque el concepto era innovador, la audiencia no quería perder el hilo. Al final, en televisión hay momentos para la tensión, para la emoción o para el humor y esta prueba era algo anticlimática. Escuchamos lo que pedía el público e hicimos los cambios que demandaban", detalla.
Un aspecto que ha querido destacar Gálvez en su etapa en 25 palabras es que le ha llegado un momento en el que puede ver las cosas con perspectiva. "Es cuestión de madurez. El paso del tiempo me ha enseñado en que no quiero quedar bien delante de todo el mundo, me cansé de ello. El Christian menos maduro, le daba mucho importancia a las redes sociales, por ejemplo. Pero ahora, no puedo negar que me he granjeado grandes amistades a través de los concursos. Eso sí, no tengo un concursante favorito. Para mí, todos los son", expone.
"La madurez me ha enseñado a diferenciar qué es lo importante y qué es lo urgente"
Y esa madurez, Gálvez la nota tanto a nivel personal como profesional. "La madurez me ha enseñado a saber diferenciar qué es lo que es importante y qué es lo urgente. Hay cosas que son tanto importantes como urgentes, otras que son importantes pero no son urgentes y otras que son urgentes pero no importantes. El hecho de poder diferenciar todo eso, me da mucha paz y tranquilidad. A nivel personal y a nivel laboral", comparte.
Otro de los méritos de 25 palabras es que ha logrado obtener un rendimiento excepcional en redes sociales, especialmente en TikTok. Varios de los mejores momentos del program se han viralizado masivamente. Con solo 69 vídeos publicados, la cuenta ha obtenido más de 82 millones de visualizaciones, lo que supone una media de 1,2 millones de reproducciones por vídeo publicado. A pesar de ser un fenómeno en las redes, Christian Gálvez atribuye este éxito "exclusivamente" al equipo de redes.
"No tengo ningún mérito. Todo es gracias a que hay un equipo trabajando a pico y pala. Respondiendo a las reacciones y generando una comunidad a la que dotan de contenidos. Pero yo creo que he llegado muy tarde. No tengo TikTok, me quité de Twitter y solo tengo Instagram, donde comparto cosas de vez en cuando", revela.
Sobre el horizonte al que se enfrenta 25 palabras tras la emisión de los 100 programas, Gálvez ha afirmado que "firmaría un contrato vitalicio con el concurso". "Se lo comenté a Alessandro Salem y Manuel Villanueva. Cuando estamos contentos y felices con lo que hacemos, pues qué mejor. Sí, puedes tener mayor ambición, yo la tengo, y quiero no tocar techo. Eso sí, también quiero saber en qué distancia está el suelo. Hay que ser consciente de donde venimos y dónde podemos tocar suelo, pero, justamente, ver cuántos escalones hemos subido", concluye.