"Canción número 18. Título: No pidas más amor. Letra y música: Mercedes Trujillo. Canta: Luna", decía el cantante Mikel Herzog en la inolvidable, irrepetible e inenarrable gala de Eurocanción 2001, donde se elegía a nuestro representante para Eurovisión y que pasará a la historia por algunos momentos de lo más delirantes.

Con estas palbras y, sin saberlo, los espectadores estábamos asistiendo al nacimiento de una estrella, aunque por entonces actuaba con otro nombre. Se trataba de Merche, una de las voces femeninas más poderosas de este país y una de las artistas más prolíficas y completas.

A lo largo de sus veinte años de carrera, la gaditana ha compuesto y grabado 10 discos de estudio, más de 600 mil copias vendidas, 9 discos de platino, 7 discos de oro, 1 nominación al Grammy Latino y más de 1.400 concierto. Además, en esta temporada, es una de las estrellas de Tu cara me suena

[5 curiosidades televisivas sobre Merche]

También se encuentra promocionando Después de un tiempo, un proyecto en el que lanzará nuevas canciones basadas en algunos de los temas que más alegrías y éxitos le han dado en su carrera musical. Precisamente el capítulo uno de este trabajo es Una y otra vez, donde nos devuelve a la historia de amor de No me pidas más amor.

Con motivo de ello, en BLUPER hemos querido charlar con esta gaditana cuyo éxito está basado en la sencillez. "Iba yo con mi carrito del Día, ¡qué lástima!", nos dice recordando cuando le llamaron para decirle que su primer disco se había colado entre los más vendidos un año después de su lanzamiento y demostrando su espontaneidad y frescura.

"Siempre he sido muy feliz. Era muy feliz siendo secretaria de dirección y me quitaba mi espinita cantando por Cádiz. Y hubiera sido muy feliz siguiendo siendo secretaria o profesora o lo que fuese. Y si lo tengo que hacer ahora, también", confiesa.

Quizá por ello, siempre con los pies en el suelo, ha sabido adaptarse y sobrevivir a una industria nada sencilla como la musical, donde en ocasiones le han tratado como si fuera tonta o le han pedido ocultar su acento andaluz. "Cada vez que veía al presidente de la compañía discográfica, más bruta me ponía hablando. Salió como single y el presidente sabía que era para él", recuerda.

"Hasta hace cinco o seis años me preguntaban todavía que quién hacía mis canciones. Había quién pensaba que como era una mujer con minifalda, con el pelo rubio largo, me habían puesto ahí, que era un producto... Así que me ponía más corta la minifalda, más rubia me ponía", añade.

¿Quién es Merche?

¿Te puedes creer que nadie en 21 años me había preguntado esto? ¡Ay, qué arte! Merche es una mujer que siempre fue muy soñadora. Y soy muy soñadora hoy en día. Siempre me ha gustado no ponerme ningún límite ni poner freno a ninguno de mis sueños. Vengo de una familia muy humilde, en la que nadie se dedicaba a esto de la música. Pero yo desde que tengo uso de razón siempre quise dedicarme a la música, contar mis historias, dedicarme a estar en un escenario, a divertir a la gente y hacerles olvidar sus problemas durante un ratito. Esa era mi misión y mi objetivo desde que tengo uso de razón. Es verdad que mi madre siempre decía que primero tendría que tener por lo menos una diplomatura y ya después lo que quisiera. Entonces hice magisterio por música e incluso trabajé como profesora. Después trabajé también como secretaria de dirección, empecé a estudiar administración y dirección de empresa.

He sido siempre muy hiperactiva. Y siempre eso compaginándolo con mis maquetas, mandándolas a las discográficas, cantando en orquestas por ahí por mi tierra. Y un buen día pues tuve la suerte de que los que fueron mis mánagers durante 16 años me escucharon y a partir de ahí hicimos una maqueta más profesional y tener la suerte de firmar con Vale Music, de empezar esta andadura. Lo dejé todo lógicamente y me centré en mi sueño. Y ahora sigo con el mismo sueño, con la misma ilusión, con las mismas ganas y con la misma fuerza después de casi veitiún años.

Decían que Merche era un nombre muy sencillo, muy común, muy normal. Así que fui Luna, Amanda y le dimos vueltas a un montón de nombres.

Pero la primera vez que te vemos aparecer en televisión te llamabas Luna...

Y también fui Amanda. Tengo hasta maquetas. Y le dimos vueltas a un montón de nombres. Eso fue idea del equipo anterior que tenía. Decían que Merche era un nombre muy sencillo, muy común, muy normal. Y aparte mis apellidos eran Trujillo Calle Alta. Yo decía: Merche HightStreet. Sentía que ese no era el camino que yo quería, pero aun así lo hice. Son cosas que haces cuando eres joven y no lo tienes muy claro y te dejas llevar. Ten en cuenta que ahí trabajaba todavía como secretaria. Me gustaba mucho el nombre de Luna. De hecho, hoy en día tengo una canción que se llama Luna, que salió hace ya unos años.

Pero cuando ya me centré y llegó una propuesta seria, como era firmar con Vale Music, me di cuenta de que ese no era el camino. Soy de Cádiz, hago la música que hago con mi esencia y con mi forma de componer y de escribir, no quiero cantar canciones que no son mías, no quiero hacer música que no me sale del corazón, que sea más o menos comercial, más o menos acertada... Así que con mi nombre era igual. Mi nombre es muy sencillo, sí. Pero es que soy Merche y me llaman Merche desde siempre. Que no es que me hayan dicho Merceditas o Mercedes. Yo soy Merche. Y siempre me ha gustado vender la naturalidad, sea sencilla o no. Esto es lo que soy.

¿Creaste un personaje entonces?

No, no creo ningún personaje. Simplemente me digo que voy a buscar un nombre que sea un poquito más sofisticado. Es decir, que no sea tan sencillo, tan común. Pero no era un personaje. Hay muchos artistas que se llaman de una manera y después artísticamente de otra. Los respeto totalmente, pero no podría. Sería incapaz. Yo soy exactamente la misma en el escenario, aquí hablando contigo o en mi casa o tomándome una copa con mis amigos. Aquí no hay personaje, aquí hay verdad. Yo cuento mis vivencias, mis historias y me comporto y soy de la misma manera en todos los sitios. No me sentía cómoda si no me llamaban Merche.

Es como cuando empiezan a pasar los años y empiezas a aceptar tus defectos y empiezas a querer cosas que cuando tienes quince no. Hay una canción de mi segundo disco que empezaba diciendo ‘Hola, ¿qué tal estás? Soy Merche. A mí artísticamente nunca me han dicho nada. Sin embargo, la única vez que una compañía de discos me ha dicho esto que algo no le gustaba era con esa frase. Y yo dije que esa frase lo era todo. ¡Si se han hecho hasta alfombras!

Es que además es una frase como muy de la calle, algo que le falta a muchas canciones que no se entienden... 

Sí, las hay más etéreas y no te enteras de lo que están contando. Yo soy muy natural. Escribo muy sencillo para que llegue al corazón de la gente. Es mi manera de expresarme y tampoco tengo otra manera. Una vez recuerdo que hablando con Manolo García, me decía que no hay que buscarle siempre sentido a las canciones, que a veces son frases sueltas que gustan por su sonoridad y que luego el oyente le da su interpretación. A mí, sin embargo, me gusta contar historias, películas chiquititas. Muchas las he vivido en primera persona, otras no, porque sino habría tenido una vida amorosa turbulenta. Y no es el caso.

2001. Volvemos a esa primera vez que te vemos en televisión. ¿Cómo surgió aquello de presentarte a una preselección de Eurovisión? ¿Cómo lo viviste?

No lo viví. Yo no estaba en esas, yo estaba trabajando en el astillero, cantando en mi orquesta y de repente vinieron mis mánagers y me dijeron que existía esa posibilidad de cantar una canción mía. Yo no era ni consciente. Fui, canté y me vine.

Mi cabeza no estaba en Eurovisión en 2001. Me lo tomé como un divertimento. No estaba psicológicamente preparada.

Pero, ¿tú habías cantado alguna vez en televisión?

¡Que va! Pero era lo mío. Yo era muy ajena y muy inconsciente. Me dije: voy a Madrid, canto, canturreo y me vengo aquí a Cádiz otra vez a seguir currando, porque ni tampoco estaba en mis planes ir a Eurovisión ya que era algo como muy lejano y como muy grande. Me lo tomé como un divertimento. Y realmente no fue el comienzo de la aventura porque, como te digo, yo no estaba psicológicamente preparada. 

¿Recuerdas aquellos días? ¿a tus compañeros?

No. Es que no nos relacionamos. No es como ahora que es súper chulo. Recuerdo llegar a Televisión Española, que había mucha gente, que hice una prueba de sonido muy cortita y ya. No hubo interacción y muchísimo menos con los compañeros. De hecho, el que ganó fue David Civera y después fue compañero mío en Vale Music, coincidimos muchas veces y ni nos acordábamos. Se vivía de otra forma. Y mi cabeza no estaba. Fue una aventura muy bonita, pero no fue parte de lo que después fue Merche.

Pero esa canción sí que fue la que explotó luego...

Fíjate la casualidades de la vida que después es esta la canción que elige Vale Music como single y me lleva a donde estoy hoy. De hecho, ahora que cumplí los 20 años en la música lo que estoy promocionando es una saga de canciones que cuenta lo que ha pasado 20 años después y está 'No me pidas más amor'.

¿Y de donde surge esta idea de volver atrás?

No sé si lo han hecho otros artistas, pero a mí me parecía divertido contar qué ha pasado con aquellas historias. Me molaba mucho hacer un homenaje a esas canciones que me han dado tanto. Hay muchas canciones ahí que han dejado un poso en la gente de recuerdos, de vivencias, y me apetecía contar cómo han evolucionado esas historias veinte años después. Por ejemplo, la canción de María. Imagínate. Me lo invento. Al final María se casó con él, ha tenido cuatro hijos, pero le ha dejado su marido. Y ahora está soltera como las de Sexo en Nueva York disfrutando de la vida.

O la de No me pidas más amor. No sé si lo he contado alguna vez, pero la historia esa sí la viví yo. En la empresa donde trabajaba había un compañero que yo solo quería de compañero. Y ahora con el tiempo, aunque ya no es real, me lo he encontrado y ahora soy yo la que está por él. Se han intercambiado los papeles. También es reflejo del momento social que estamos viviendo. Antes era la mujer la que tenía que ser conquistada y ahora también conquistamos.

Merche en 'Tu cara me suena'.

¿Cómo fue ese salto de la niña de Cádiz y se viene a Madrid y empieza a triunfar? ¿Cómo recuerdas aquellos mometnos?

Yo siempre he sido muy soñadora. Inconscientemente siempre he estado visualizando todo el rato. Siempre me ha gustado la soledad, estar conmigo misma, tener mis tiempos, coger mi guitarra y desahogarme. Y con quince años soñaba. Lo veía como una utopía, pero había algo en mi alma, en mi corazón, que me decía que la vida me iba a dar la oportunidad. Y lo que tenía que hacer era formarme. Y eso hice. Por si algún día tenía la oportunidad de subirme a ese tren, estar bien formada.

Y sobre mis comienzos recuerdo que vivía en una casa de alquiler que se caía a trozos. Recuerdo perfectamente un día que me presenté en el programa de María Teresa Campos que, justo antes de irme me estaba duchando, y el calentador se estropeo. Tuve que salir con los pelos chorreando y pensé en lo qué pensaría la gente si me vieran en ese momento. Poquito a poquito la canción empezó a funcionar, a llegar los conciertos...

De los 90 o 100 artistas que salieron cuando yo comencé, muchos de ellos ya no están. Así que estoy muy agradecida al público que desde el primer momento me dio su mano y no me la ha soltado.

En la industria de la música no hay leyes, pero a mí me pasó algo muy curioso. Mi canción era muy conocida. Pero yo salí a la vez que Operación Triunfo y mi disco salió a la venta y no se coló en las listas. Es muy difícil que si no entras en las primeras semanas, ya no lo hagas. Pues yo lo hice al año con 'Le deseo'. Venía yo con mi carrito de la compra del Día, qué lástima, y me de repente me llaman para decirme que estaba en las listas. Y a partir de ahí empezó a despegar todo. Me vino todo de golpe, pero siempre con los pies en el suelo.

Cuando vuelves a casa de tu madre en Cádiz y te tumbas en tu cama de adolescente donde soñabas, ¿te paras alguna vez a pensar en lo que has conseguido?

Cada día. Desde que empecé yo soy muy consciente de dónde vengo, de lo difícil que es esta profesión, de lo complicado que es llegar, pero lo infinitamente difícil que es mantenerse. De los 90 o 100 artistas que salieron cuando yo comencé, muchos de ellos ya no están. Y estoy muy agradecida al público que desde el primer momento me dio su mano y no me la ha soltado.

¿Y has tenido algún momento más de más de bajón en estos años en el que hayas querido tirar la toalla? Porque todo ha cambiado mucho...

Yo lo he vivido como algo natural. Aunque a veces me he hecho la tonta, yo de tonta no tengo un pelo. Lo que pasa es que la vida algunas veces te pone en situaciones que preferible hacerse la tonta y ya si te pones una minifalda... A mí hasta hace cinco o seis años me preguntaban todavía que quién hacía mis canciones. Había quién pensaba que como era una mujer con minifalda, con el pelo rubio largo, me habían puesto ahí, que era un producto... Así que me ponía más corta la minifalda, más rubia me ponía. Lógicamente una vez que estás trabajando te das cuenta de cómo funciona la industria. Pero yo tenía muy claro que esta era una profesión como una ola y siempre está muy concienciada en seguir manteniendo esa seguridad y ese creer en mí.

Cuando empecé, recuerdo a un manager mío que me decía que mi canción no había gustado y yo le decía: "Pero, ¿eres tonto? Si acabamos de empezar, si nos queda todo el trabajo por hacer. He sido siempre muy consciente en los momentos planos o en las mesetas, pero también en el pico de la montaña. No me he vuelto nada loca ni he tenido un momento de tirar la toalla. Siempre he creído en mí.

Y también te digo una cosa: yo siempre he sido muy feliz. Era muy feliz siendo secretaria de dirección y me quitaba mi espinita cantando por Cádiz. Yo hubiera sido muy feliz siguiendo siendo secretaria o profesora o lo que fuese. Y si lo tengo que hacer ahora, también. Yo no digo eso de que es lo único que sé hacer: cantar y hacer canciones. Yo puedo hacer mil cosas más. ¿Que es lo que más me gusta hacer y que es mi pasión? Sí. ¿Y que me muero y disfruto como si fuera una niña pequeñita? También. Yo sigo mirando al cielo y dando las gracias. He aceptado todo lo que me ha venido sea bueno, buenísimo, regular, o malo. Lo he aceptado como parte de la vida. La vida es eso.

Merche en 'Tu cara me suena'.

Al final es importante tener los pies en el suelo y saber de dónde uno viene...

Y creer en uno mismo. Aunque a veces es difícil. En cualquier profesión tienes que ir reciclándote, tienes que estar aprendiendo, estudiando, estar al día, porque viene la gente joven con savia nueva, con aire fresco y te quedas chiquitito. Te tienes que ir actualizando, ponerse al día...

¿En esta actualización ha tenido mucho que ver la televisión? Porque has tenido una relación muy estrecha...

La tele me vino de sorpresa. Pero, ¡si incluso he presentado! He tenido un programa en prime time en Canal Sur. ¿Hola? Eran como tres horas yo sola en directo sin ningún colaborador. ¡Me he metido en cada fregaoo! Yo la tele nunca la soñé, nunca fantaseé con ello. Sin embargo, mi primera incursión fue precisamente con Eurovisión ya que me llamaron para ser jurado de la preselección de 2014. Y de ahí surgió Tú sí que vales, otros programas en televisiones autonómicas y después me llegó la posibilidad de presentar. Ha sido algo natural. Son oportunidades que me ha dado la vida y que yo decidí cogerlas. Me río mucho, disfruto mucho y no lo paso mal. Es verdad que hay muchas veces que los compañeros se ponen muy nerviosos, pero yo me lo paso bien y me lo tomo como un divertimento e intento hacerlo lo mejor posible.

La última vez que me ofrecieron ir a Eurovisión fue cuando tuve que recoger a mi niña en la India y dije que no porque era inviable.

Fue algo que llegó y que me ha aportado muchísimas cosas, sobre todo porque conocí un mundo y una profesión que no tenía ni idea. Ha sido y es divertido. Lo de Tu cara me suena, por ejemplo, llevaban años detrás de mí, como desde 2011. Pero yo decía que no sabía imitar. Y luego que mi vida durante quince años ha sido una locura. Pisaba mi casa cuatro o cinco veces al mes. No podía añadirle un programa así a mi vida. Pero esta vez yo no sé por qué se confabularon las cosas. Mi hija también contribuyó a ello porque le hacía mucha gracia verme disfrazada. E igual tuve que decir que no muchas veces, para que luego llegara el sí. Ahora, aquello ha sido una brutalidad. No he estudiado más que la universidad.

Pero, te lo habrás pasado pipa...

Me lo he pasado muy bien. Sobre todo porque, aparte de que todo el equipo de Gestmusic es fantástico, desde producción, pasando por la gente de sonido, de luces, de vestuario, de maquillaje, he tenido la tremenda fortuna de coincidir con unos compañeros que son tan buena gente... Ahora estamos todo el rato hablando, todo el rato escribiendo.

¿Tu hija te ha propuesto imitaciones?

No, no. Yo me lo he pasado muy bien, me he reído mucho, he disfrutado muchísimo, pero también ha sido muy duro y ha ha habido veces que he llorado porque no conseguía que me saliera el personaje, que me saturaba y que no sabía qué camino coger. Tampoco tienes mucho tiempo para prepararte. Es algo muy intenso.

Pero seguro que esta experiencia también ha servido para conocer aspectos de ti que no conocías...

Bueno, yo tengo 48 años y ya me conozco bastante. Hay poca cosa que me quede. Pero sí que es verdad que vocalmente el instrumento sí que lo he utilizado en la mayoría de las ocasiones de una manera muy diferente a como lo uso cuando canto. E igual he pensado que hay cosas que puedo incorporarlas a mi forma de cantar. Por ejemplo, yo no suelo trabajar mucho con la voz de falsete. El ejercicio de contención ha sido brutal, el aprenderte los gestos... Yo no estoy acostumbrada a eso.

¿Qué nuevas canciones vamos a ir viendo en los próximos meses? ¿Cuántos capítulos habrá?

Mi intención es sacar unas cuatro o cinco. No quiero sacar tampoco muchas más. Hay canciones que no pueden tener una segunda parte como Eras tú. Ojalá la hubiera. E igual el año que viene hago cuatro o cinco canciones inéditas y saco otro disco.

Merche.

Abre tu mente tiene una buena continuación... Sobre todo porque no fuimos conscientes que estabas cantando sobre los malos tratos...

No, no lo fuimos. Porque además yo conté la historia como es mi personalidad. Y eso creo que viene de mi tierra, de mi Cádiz. Nosotros las cosas malas siempre las intentamos solucionar o paliar con la risa, con el chiste, con el doble sentido, con la gracia... Así me he criado yo. Así que yo quería contarlo desde un punto positivo, desde un punto alegre, que hay salida. Pero yo no pensaba en discotecas sino en transmitir ese mensaje urgentemente. Sin embargo, la gente tomó esa canción como algo festivo. El mensaje fue calando con el paso de los años. Y hoy en día no hay ningún evento, ningún concierto, ni un Orgullo, en el que no suene Abre tu mente. Después he hecho muchísimas más como Lo que me dé la gana. Y esa hablaba precisamente de lo que yo te decía de 'me pongo minifalda porque quiero y muy corta si me dicen que no puedo'.

Recuerdo una etapa en la que me decían que no hablase tan andaluz. Y hay una canción que se llama 'No me das miedo', que habla del acoso laboral.

Recuerdo una etapa en la que me decía que no hablase tan andaluz. Y hay una canción que se llama 'No me das miedo', que habla del acoso laboral, que precisamente decía eso: 'Si me ves muy gaditana me pides disimularlo y si estamos cara a cara lo que hago es exagerarlo'. Y yo cada vez que veía al presidente de la compañía, más bruta me ponía hablando. Salió como single y el presidente sabía que era para él. Y fíjate que yo tengo un acento neutro cantando.

Siempre me ha gustado hablar del amor, del desamor, pero también hablar de las cosas que me tocan el corazón: de la violencia de género, el machismo, la intolerancia, la falta de inclusión, la libertad... Siempre me ha gustado cantarle a todo eso e intentar tender puentes. Una de mis canciones favoritas habla de de los inmigrantes y lo mal que nos portamos muchas veces y de lo olvidados que están... Para mí es como uno de los objetivos de mi oficio, dar voz a todas esas cosas que me parecen injustas, que me tocan el corazón. Considero que es una obligación.

¿Te ves de alguna manera relacionada con el Benidorm Fest? ¿Cantando? ¿Componiendo?

A Eurovisión le he tenido siempre mucho, mucho, mucho, respeto. TVE me ha propuesto en alguna ocasión ser la representante, pero para mí Eurovisión es muy grande. Hay que invertir mucho tiempo, mucho esfuerzo y hacerlo muy bien porque hay mucha gente que lo disfruta. Así que siempre he dicho que no porque tenía que dejar todo lo que estaba haciendo para dedicar de seis a ocho meses solo a eso. Y recuerdo que la última vez fue cuando tuve que recoger a mi niña en la India y dije que no porque no era viable. Pero para mí es una plataforma maravillosa para los artistas.

Ahí hay una pandilla de seguidores brutales que son maravillosos. Yo me siento muy vinculada a Eurovisión en todos los sentidos y lo disfruto mucho. También he compuesto canciones para artistas que se han presentado para ir a Eurovisión. Y ahora con el Benidorm Fest ni te cuento. Lo que podía hacer unos años algo casposo, ahora se ha convertido en un show maravilloso que disfruto un montón. Yo soy Eurovisión total. Me siento eurovisiva como si hubiera ido.