Televisión Española tira la casa por la ventana esta semana con la retransmisión de Eurovisión, y también, con programas y especiales que giran alrededor del concurso musical más importante del mundo. Uno de sus platos fueres es el documental ‘Dime, historia de una canción’, donde se adentrarán en la candidatura eurovisiva de Beth en 2003, y cómo durante estos 20 años ha sentido rechazo por ella. Todo un camino hasta que, tras 20 años sin cantar ‘Dime’, se subió a un escenario en una fiesta de Barcelona dedicada a Eurovisión hace unos meses.
No es el único aniversario eurovisivo que se cumple este 2023. Y es que hace tres décadas, el 15 de mayo de 1993, España rompió un tabú en Eurovisión, interpretando por primera vez un tema que incluía la palabra sexo. Fue la cantante gaditana Eva Santamaría, con el tema ‘Hombres’, compuesto por Carlos Toro, el mismo autor que ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico. Una tonadilla que surgió durante una discusión entre ambos: estaban en Estados Unidos grabando, y ella quería irse de compras, y el autor prefería ver museos de aeronáutica. Eva soltó un “todos los hombres sois iguales”, y eso plantó una semilla.
Así, Eva cantó en Millstreet, en el irlandés Condado de Cork, un tema que muchos calificaron como feminista, y que prácticamente era una colección de reproches a los hombres. Que si son “tan egoístas que han confundido macho con machista”, que sin son engreídos, desagradecidos, todos iguales. Que “vuelvan como cuervos a tu alrededor y al sexo llaman amor”.
Fue entonces cuando aquella canción, que mezclaba pop, rap, y varios estilos más, rompió moldes. Ningún país, hasta entonces, había dicho esa palabra. Sexo. Fue algo no premeditado, como decimos: la canción se compuso al otro lado del charco, sin intención de ir a Eurovisión. Eva la grabó para su álbum ‘A buen puerto’, y la discográfica la mandó a TVE sin que ella tuviese ni la más remota idea. “Cuando yo la canté en Eurovisión no sabía que era la primera (que decía sexo), ni la canción la escribí yo. Cuando la grabé, que fue un año antes, en 1992 en Estados Unidos, solo era una más del disco”, comentó ella al respecto en el libro ‘No me toques los 90’.
El tema en cuestión tuvo cierto impulso en Eurovisión, y algunas crónicas la situaban como segunda favorita, por detrás de Países Bajos, que quedó sexta. Eva se conformó con un puesto 11, en mitad de la tabla. La forma en la que se adaptó a orquesta un tema electrónico no remó a favor de obra; eso sí, no se puede negar que su actuación fue impecable, sin una nota fuera de su lugar.
‘Hombres’ no es una canción muy recordada de la historia de España en Eurovisión, pero dejó su huella. Hasta hacían referencia a ella en la edición del juego Trivial Pursuit con preguntas de aquel 1993. Eva, que venía de una familia tradicional, se vio ensalzada por algunas mujeres que consideraban su tema un himno, y se lo dedicaban a sus parejas. Ella no entendía nada, se sentía como esos actores que hacen de malo en una serie de televisión y luego les dicen cosas feas por la calle, mezclando persona y personaje. Algunos hombres la atacaban, “feminista” era lo más suave que le decían. A ella, que, al menos hasta hace unos años, no se consideraba feminista.
Antes de la aventura eurovisiva, Eva Santamaría ya había grabado algún single y tenía un disco previo. Sin embargo, no llegó a buen puerto, como deseaba el título del LP que incluía ‘Hombres’. Firmó el contrato con un conocido mánager, que llevaba a otras figuras importantes de la música, y que no se preocupó en firmar conciertos para esta andaluza. Quizá, porque podría ser competencia de otras artistas que tenían un perfil similar al suyo, y que estaban en la misma cartera del representante. Con impotencia, Eva estaba atada de pies y manos, y veía cómo su carrera se quedaba congelada.
Sin embargo, Eva salió a flote, y siguió y sigue dejándose la piel en el mundo del espectáculo. Desde hace un par de décadas está volcada en el teatro, con funciones como ‘Café de Chinitas’ o ‘Con ganas de reír’, en la que interpreta personajes quinterianos y también da el do de pecho cantando esa copla que le corre por las venas. Además, jamás ha renegado de su paso por Eurovisión, y no es difícil verla en eventos eurofans recordando su paso por el Festival y cantando, con el mismo duende de antaño, eso de que todos los hombres son tan egoístas que han confundido machos con machistas. Y que al sexo, recordemos, llaman amor.
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