Fue el 19 de diciembre del pasado 2022 cuando Telecinco estrenó 25 palabras, el concurso que cada tarde presenta Christian Gálvez. En él, dos concursantes, acompañados cada uno por una pareja de famosos, intentan competir por alcanzar un bote que, desde entonces, se está resistiendo y que ya acumula más de 680.000 euros.
Para ganar en 25 palabras hay que adivinar palabras dando pistas al resto de tu equipo, y cuantas menos, mejor. La premisa es sencilla: una palabra, una pista. Y cuando no sepas tirar hacia adelante, dices “paso” y se prueba suerte con la siguiente de la lista. Este último matiz es muy importante, y deberían grabárselo a fuego todos los invitados que vayan al plató, pues a pesar de que el formato lleve ya medio año haciéndonos compañía hay quien habla más de la cuenta. Y me refiero a esos invitados que, quizá, nunca han visto 25 palabras, y meten la pata hasta el fondo más a menudo de lo que correspondería.
No son uno, ni dos, los famosos que han metido la pata en este programa. Y no por nervios, o por leer mal una palabra, que también. El otro día, sin ir más lejos, Silvia Marty quería que su equipo adivinase pesadilla, pero ella leyó pescadilla y las pistas iban por un lado erróneo. En otra entrega, la palabra era peladilla, y la actriz creyó que era pesadilla de nuevo, y pasó de palabra creyendo que habían acertado. Christian Gálvez le dio un toque: no había pasado, y aunque sus compañeros acertasen las siguientes palabras, no sería válido hasta que pasasen.
Otros preguntan dónde se tienen que colocar, y hasta preguntan para qué sirve la tableta que les da el presentador, desconociendo que ahí es donde aparecen las cuestiones que dan puntos. “¿Yo me pongo ahí delante de mis compañeros? ¿Y les tengo que hablar a ellos?” preguntaba con nervios Iván Torres, de Efecto Pasillo este lunes.
“No hables a menos que puedas mejorar el silencio”, decía Jorge Luis Borges. Y esa frase es muy importante en 25 palabras. Si no le vas a dar a tu equipo una pista cállate, o di paso. Hay que dejar a un lado los chascarrillos, los chistes, las disculpas incluso. Cada palabra dicha fuera de lugar resta puntos. Iván Massagué tenía que hacer que su equipo adivinase 5 palabras con 9 pistas. Una de las palabras, bolsa, no la dijo en castellano. “La he dicho en catalán, perdona. Bolsa”. Restó 7 palabras de una tacada, dejando a su equipo, en el que también estaba el actor David Carrillo sin posibilidades de vencer en la prueba.
[La ciega confianza de Mediaset en Christian Gálvez con la renovación de ‘25 palabras’]
Luego está el tema de las raíces de palabras. Es casi de lógica pensar que si la palabra que hay que adivinar es “fideuá” no se puede decir “fideo”. Ni “Madrid” para “madrileño” o cualquier otro ejemplo, pero situaciones así pasa casi cada tarde.
Otros famosos han intentado que dos palabras cuelen como una sola, o que repiten la palabra dos veces como si nos les hubiesen oído, lo que también resta pistas. O leen tan rápido lo que tienen que hacer que los demás adivinen que hasta empiezan a leerla y luego intentan disimular. Y hasta hay quien ha pegado patadas al diccionario como Daniel de Gemeliers. Tenía que conseguir que sus compañeros acertasen “lameculos”. Y Gálvez le advirtió: solo juegan con palabras que recoge la RAE. Como pista, él dio “chupanalgas”, y aunque acertaron, el tanto fue invalidado. Esa palabra, como tal, no existe. Solo palabras del diccionario.
[Mediaset para las grabaciones de ‘Reacción en cadena’, el concurso de Ion Aramendi en Telecinco]
El pasado jueves, Nuria Fergó, Esther Arroyo y Melody también se lucieron lo suyo en las pruebas, por más que Christian Gálvez insistiese siempre en decir que solo podían dar una palabra por pista. En una de las pruebas, tenían que conseguir que los equipos adivinasen “cepillarse a alguien”. Melody dio de pista “sexo”. Y Esther Arroyo, a continuación, “el pelo”, lo que hizo que saltase la alarma. “Cuando le decía a Melody una palabra también era para ti”, se ría Gálvez.
En la misma prueba, Nuria Fergó tenía que lograr que acertasen “echar el ojo”. Y antes de dar la pista, hizo un pequeño soliloquio. “Es que no sé si son dos o una. La expresión es dos, pero es una. Es una frase, solo es dos, pero es una. Me vale como una palabra”, exponía, con unos argumentos que el presentador calificó como propios de Martes y Trece. Su pista fue “Dar igual”. Saltó la alarma del error, y ella indignada, no sabía qué sucedía. “La frase dar igual es una, son dos, pero es una. ¿Me entendéis o no lo que quería deciros?”, preguntaba la cantante malagueña.
En la prueba final, Nuria Fergó tenía que hacer que sus compañeros adivinasen “sanatorio”. “¡Esto qué es!”, exclamaba la intérprete de Brisa de esperanza. “¡No digas eso que te descuentan las palabras!”, le reprochaba Esther Arroyo, que era de su equipo. Efectivamente, le quitaron tres pistas. En otra palabra se quedó callada, e Iván, el concursante, le recordó que le quedaban 15 todavía. “¡Sí, es verdad!”, respondía ella, lo que supuso tres pistas menos del tirón. En su turno, Melody también tuvo su momento de gloria cuando en una palabra dijo “Esto qué es, hay que me he...”. Siete pistas menos de una tacada.
Así pues, habría que preguntarse hasta qué punto los famosos invitados tienen la culpa de que el bote del programa no se haya entregado ni una sola vez desde que empezó sus emisiones. Y es que son muchos los que siguen cometiendo estos errores, los mismos. Quizá, por la tranquilidad de que ellos no se están jugando absolutamente nada, que van allí a echar el rato. A pasar palabra.