Galardonada con un Premio Goya al mejor cortometraje documental por Biografía del cadáver de una mujer en 2021, Mabel Lozano da un paso más en su filmografía como directora documental con PornoXplotación, su primera serie, disponible desde este 8 de junio en RTVE Play. Una producción que aborda la realidad que se esconde tras la industria pornográfica y sobre las víctimas de explotación sexual, extorsión y chantaje vinculadas a ella. "El porno puede llegar a ser tan adictivo como la cocaína", denuncia la realizadora.
Estrenada mundialmente dentro de la categoría de series de la pasada 67ª edición de la Seminci de Valladolid, PornoXplotación recoge testimonios devastadores de mujeres que han sido explotadas por esta 'industria'; así como exactores que denuncian las 'condiciones laborales' que vivieron; como también adictos del porno, víctimas de extorsión y expertos.
Especializada desde hace varios años en el cine documental de denuncia social, Mabel Lozano se ha convertido en un referente respecto a la defensa de los derechos de las mujeres a través de la cinematografía, como buena muestra de ello son sus largometrajes Chicas nuevas 24 horas o El proxeneta. Paso corto, mala leche. En el caso de PornoXplotación, la toledana combina denuncia social con un enfoque innovador en lo referente a la narrativa documental, pues opta por romper la cuarta pared con secuencias ficcionalizadas.
"Lo más complicado es la narraturgia. En este documental, contamos con dos testimonios reales y hubo que introducir a dos actrices [Laura Rozalén y Clara Chaín] para narrar las historias de Halyna y Diana, las dos mujeres reales que no pueden ni quieren aparecer. Se nos ocurrió la ruptura de la cuarta pared, que es muy teatral, pero era para que el público fuese consciente de que lo que estaba viendo era una representación de lo real", explica Mabel Lozano a Bluper.
Precisamente, en ese sentido, PornoXplotación muestra la diferencia entre las mujeres explotadas por esta 'industria' y los hombres que trabajaron en ella. Mientras que ellas deben utilizar nombres falsos, al ser testigos protegidos, y tener que ser representadas con actrices; ellos sí que pueden hablar a la cámara frente a frente y utilizar sus nombres reales.
"Ellos no tienen ningún problema. Ellos no hablan de que los han explotado, salvo laboralmente. Me han preguntando por qué he puesto a los hombres, siendo algo tan diferente. Precisamente, lo he hecho por ese contraste. Ellos hablan, principalmente, de las malas condiciones económicas y laborales. Ellos no dicen que les violaban, que les maltrataban, que eran víctimas de trata, para nada, no tiene nada que ver. Para ellos, es una película completamente diferente", expone la toledana.
"¿Hay alguna actriz porno que sea tan famosa y popular como Nacho Vidal o Rocco Siffredi?"
Precisamente, en esa diferencia, se ve cómo muchas mujeres que han trabajado en el porno, ha sido por motivos muy diferentes al que tenían sus compañeros masculinos. "Ellos se quejan de que las condiciones eran una mierda, porque en esa ‘industria’ no hay alta en la seguridad social. Ellos firman cesión de derechos de imagen a perpetuidad o hasta que mueran. Ellos resaltan que las condiciones laborales no son las idóneas, pero, para nada, se puede comparar con lo que han vivido ellas. Repito, ellos no dicen que les violaban, que les pegaban, que los explotaban, que los extorsionaban", exclama.
De hecho, Lozano pone como ejemplo cómo sí que existen actores porno que han logrado obtener popularidad y reconocimiento, algo que las actrices no han conseguido. "Mira los nombres de actores porno como Nacho Vidal o Rocco Siffredi son grandes estrellas. Son hombres muy activos sexualmente, con un miembro viril muy grande, son admirados. Pero mira el lado contrario, el equivalente en femenino, ¿hay alguien que despierte la misma admiración? ¿Qué sean catalogadas de ‘pornostar’? Ninguna, mira Lucía Lapiedra o Amarna Miller. Llegan y se van. Se sienten bien, empoderadas, deciden sobre su propio cuerpo, pero desaparecen y nada más se sabe. Esa es la diferencia", argumenta.
Lozano recalca que en su filmografía no hay un interés moral. "Siempre que hablo de pornografía, hay alguien en redes sociales que me llama moralista. Esto no va de moral, va de sexualidad y la pornografía no lo es. Básicamente es un nosotros, dos hombres, dos mujeres, un hombre y una mujer, es un nosotros. Eso es la sexualidad. La pornografía es un yo. Es para la autosatisfacción. Luego, la sexualidad es importantísima, todos hemos venido de un encuentro sexual", expone.
"En España, no se habla abiertamente sobre sexo y menos sobre pornografía. Imparto conferencias en institutos de secundaria, te sorprendería la cantidad de chavales entre 13 y 14 años a los que sus padres no les han hablado nada de sexualidad. En mi caso podía verse como algo normal, en mi época aún se decía que a los niños los traía la cigüeña. Pero que, ahora, a los niños de 13-14 años si no les hablas de sexualidad, la pornografía viene a ocupar ese espacio y provoca una terrible desinformación", continúa.
No obstante, Lozano también advierte sobre los peligros de "normalizar" el porno, hablando sobre fenómenos como las 'cum-girls'. "Quiero que la serie la vea la máxima gente posible para crear un pensamiento crítico. Hablé con una compañera colombiana, que me cuenta cómo mujeres venezolanas son captadas y obligadas a ser ‘cum-girls’. Es una realidad brutal y hay cosas que se están normalizando, como también el ‘sexting’. Y si tú quieres dedicarte al mundo de la pornografía no pasa nada, quieres jugar a ese juego. No estamos juzgando eso, no juzgamos lo que la gente considera hacer con su cuerpo. Cuando uno es mayor de edad, puede hacer con su cuerpo lo que quiera", explica.
La gravedad sobre los fenómenos del 'sexting' y el 'grooming'
"Pero es cierto que si te quieres dedicar al porno, te da igual; pero si a lo mejor subes unos vídeos y te quieres sacar un dinero para ese momento (como pasó con la hija de Pablo, que sale en el documental, a la que captaron de esta forma) y lo haces en casa, crees que tienes la seguridad de que no va a pasar nada. Pero, ¿qué ocurre? Sucede que haces un vídeo y luego te piden otro más explícito y entras en una vorágine que pasa de ‘sexting’ a ‘sex-extorsión’. Y, en el caso de Paula, al ser menor, ‘grooming’. Si te quieres dedicar a la pornografía, quizás no te importa entrar en ese juego. No vamos a juzgar a la gente mayor de edad que hace lo que considera con su cuerpo. Pero, ¿y si no te quieres dedicar a eso o hay un momento en el que quieres parar?", prosigue.
Lozano remarca cómo aquellos que se han dedicado al porno, luego les cuesta redirigir su vida laboral, especialmente a las mujeres. "Te puede pasar que quieras tener un trabajo normal y por ahí continúan pululando esos vídeos, nunca más se van a recuperar. Una vez se suben a Internet, estarán ahí para siempre. Incluso aquellos que lo quieren dejar, el porno les condicionará sus vidas, porque ese material que hicieron, seguirá viéndose", advierte.
PornoXplotación abarca varios temas, especialmente el que lo vincula directamente con la prostitución, en cómo provoca adicción o cómo en menores provoca comportamientos como el que se ve en las recientes manadas compuestas por adolescentes. "Yo llevo tiempo hablando de las manadas. Las últimas están siendo niños, menores, violando a niñas. Claro, me pregunto dónde han visto eso. La respuesta es en la pornografía. Han visto un gang-bang y lo han naturalizado a través del porno. De hecho, uno de los vídeos porno más vistos de Internet es una violación grupal. Hay quien dice que no tiene que ver, pero sí y mucho", manifiesta.
Para Lozano, es más que "evidente" la influencia del porno en estos menores de edad, muchos de ellos inimputables. "Es como cuando te pillas una borrachera y coges el coche. ¿Tienes muchas papeletas de tener un accidente? Sin duda. Eso es lo mismo en la pornografía con las manadas. Un chaval de 12 ó 13 años, ¿dónde ha visto eso? ¿Dónde lo ha aprendido? Tiene una respuesta lógica y no terminan hasta que, al más puro estilo de la pornografía, comparten el vídeo de lo que han hecho. Son así de imbéciles que graban las pruebas de su propio crimen, porque es lo que ven en el porno", argumenta.
"De ahí, que diga que la pornografía intenta normalizar comportamientos que no lo son, prácticas que no son habituales. Ese es el éxito de la pornografía, normalizar esas conductas y es lo que lo diferencia de otras cosas. Ningún chico, tras ver Superman, se va a tirar por la ventana para ver si puede volar, sabe que lo que ha visto no es real. Pero ves el vídeo de la violación de una chica en un bosque y ves a chicos normales forzando a una joven y grabándolo en vídeo", continúa.
"La pornografía te ofrece un supermercado de cuerpos 24/7"
Aunque el acceso al porno en menores no es una novedad reciente, nunca había sido tan fácil que niños y adolescentes puedan ver contenido pornográfico como en la actualidad. "Ahora, todos podemos tener un pequeño cine porno en el bolsillo. En España, uno de los regalos más recurrentes cuando los niños hacen la Primera Comunión es un Smartphone y la Comunión se hace con 9 años. Entonces, tienes a chavales de entre 9 y 10 años con un dispositivo móvil y ahí ya tienen acceso a estos contenidos. Además, es un muy fácil, basta con apretar a un botón en el que uno dice que es mayor de edad, aunque no lo sea. No hay más muros", advierte.
El acceso a la pornografía a tan corta edad provoca, justamente una serie de expectativas en el consumidor de este contenido que difieren mucho de la realidad. De ahí, que PornoXplotación cuente con testimonios de adictos al porno, como Daniel Rego, quien confiesa en la docuserie que tuvo acceso a pornografía desde los ocho años.
"La pornografía te ofrece un supermercado de cuerpos 24/7, acceso al cualquier tipo de mujer que desee. Pero la vida no es así, tú sales y no tienes ese supermercado de cuerpos, esa es la primera decepción. Y, luego, a ti, en la vida real, te toca seducir a la otra persona y que ésta quiera, además de que el sexo en la otra persona llegue también al clímax. Eso en la pornografía, no existe", comparte la cineasta.
La propia Lozano también advierte de cómo el porno crea también modelos imposibles para los hombres, creando así complejos con sus propios cuerpos. "Imagínate también ellos, los consumidores ven unos cuerpos de actores esculpidos, con unos miembros muy grandes, que no es lo normal. Los chavales también se crean así modelos imposibles y complejos sobre sus propios cuerpos, al ver un referente que no es real", argumenta.
De ahí, que sea peligroso que menores de edad tengan acceso a estos contenidos con solamente un clic. "Los chicos de 13 ó 14 años están construyendo su sexualidad, hay mucha curiosidad. La propia inteligencia artificial de esos lugares redirecciona a esas páginas y contenidos. Y, luego, la propia pornografía busca a los usuarios, ya no hace falta que éstos lo busquen siquiera. Es el algoritmo", denuncia.
"¿Dónde se cree la gente que los chavales han aprendido sobre su sexualidad?"
"La inteligencia artificial de esos sitios es brutal. Pones tres veces ‘japonesas’ en esas webs, a la cuarta vez que lo hagas, te ofrecen mujeres japonesas en prostitución. La pornografía es un incentivador de la prostitución. Se retroalimentan. Por eso, llamo a la pornografía como prostitución 2.0. Es prostitución filmada. Una cosa incentiva a la otra. El espectador lo ve tantas veces, que pueden querer reproducirlo en sus vidas", continúa.
Y es ahí donde la cineasta compara el consumo de pornografía con la drogadicción. "Hemos aprendido sobre el sexo, pero nadie nos ha enseñado. ¿Dónde se cree la gente que los chavales han aprendido sobre sexualidad? Pero es que el porno es adictivo. Lo cuenta Daniel en el documental. Si no hubiera sido por el psicólogo Alejandro Villena, él no hubiera podido salir de ahí. Hay una asociación, Dale Una Vuelta, que colaboro mucho con ellos. Tienen miles de consultas de chavales del mundo entero", señala.
"Hasta que no llevan entre 10 y 15 años haciéndose preguntas, no se han dado cuenta de que han fundido su vida, que son unos yonkis de la pornografía, por eso también se le llama la cocaína digital. Se dan cuenta 10-15 años después, de que son adictos al porno, que no saben cómo salir. El porno te aísla del resto del mundo", añade.
Según publicó Europa Press en diciembre de 2021, un 75,8% de los chicos menores de 16 años consume pornografía con asiduidad, frente al 35,5% de las chicas. De ahí, que esta 'industria' tenga una mirada muy masculina. "La pornografía está dirigida por hombres, producida por hombres y pensada hacia hombres. Mayoritariamente, más de un 70%, son producidas por varones. La producen y la dirigen hombres. Por eso, el porno es tan misógino y violento hacia las mujeres. Por eso, cosifica a la mujer. También a los hombres les crea complejos, les hace tener como referente a modelos imposibles y hacer un tipo de sexo que no es real. También en que hay escenas muy violentas que no tienen por qué gustar. Es el problema de ver pornografía sin tener un pensamiento crítico", explica la toledana.
"Soy poco de prohibir, soy más de educar"
De ahí, que Lozano pida sólo leyes para evitar que los menores tengan acceso a este contenido y que se enfoque la sexualidad a través de la educación. "Yo soy poco de prohibir, soy más de educar y poner leyes que impidan que los menores accedan a determinado contenido que les va a hacer daño. Pero lo esencial es tener un pensamiento crítico, la sexualidad tiene que ver una experiencia compartida en igualdad y no tiene nada que ver con la violencia que hay en el porno. Es un gran problema que no se hable de sexualidad. Seguimos con esa reminiscencia católica en la que se cree que follar es pecado. La sexualidad es una de las cosas más placenteras que tiene el ser humano, pero eso no es el porno y el problema es que no se habla de sexo con los chavales. Como mucho, se advierte a las chicas de que no se quedan embarazadas o sólo se habla de las ITS", argumenta.
Retomando los aspectos más técnicos de PornoXplotación, Lozano muestra una habilidad única para la no ficción, al combinar testimonios a cámara, secuencias ficcionadas, la ruptura de la cuarta pared y recurrir a la animación para ahondar en los momentos más sórdidos, evitando así recrearse en las situaciones, permitiendo así a la serie mostrar una virtuosa mezcla de denuncia social, cuidado técnico y narrativa artística.
"Me he apoyado mucho la animación de Diego Ingold. Había que tener mucho cuidado de no hacer pornografía de la pornografía. Ten en cuenta que estoy denunciando una industria turbia y opaca, no podía recrearme en eso, era muy complicado. A ver, es duro y fuerte porque estamos hablando de explotación sexual, de trata, de violencia, de temas muy serios. Es grave que un chico de 14 años sepa lo que significa un ‘bukkake’, que es una forma terrible de humillación a una mujer. Lo saben casi todos los chicos. Además, esas escenas, de 20 ó 30 tíos rodeando a una chica, todos van con la cara cubierta, pero ella no. A la hora de plasmar la gravedad en una escena así, ¿cómo lo hago? ¿Pongo a una actriz? Sería caer en lo que denuncio. Por ello, la mejor manera para contarlo era a través de la animación", detalla.
Además de denunciar la situación de las mujeres en la 'industria' del porno y de los peligros que llevan su consumo, Lozano también dedica un episodio a un fenómeno de alarma social, el 'chemsex' en las relaciones homosexuales. "No sólo suceden cosas graves en el porno heterosexual, poco se habla del ‘chemsex’ y su relación con la pornografía gay. He sido muy libre a la hora de utilizar las herramientas cinematográficas necesarias para poder narrar esta historia. Había que evitar caer en lo que denunciamos", comparte.
"Nunca he sido explícita en las imágenes, soy una vocera de los derechos fundamentales"
Lozano cuenta con un enfoque cinematográfico de denuncia frontal, aunque no por ello explícito. "Cuando gané el Goya con Biografía del cadáver de una mujer, tenía fotos de la protagonista asesinada en el suelo, llena de tiros. Pero, ¿qué hubiera ganado con ponerla? Sí, hubiera sido más impactante, pero, ¿a qué precio? ¿Los hijos de esta mujer maravillosa lo hubieran podido ver? Hubiera sido hacer pornografía con la vida de esta mujer llena de luz y extraordinaria. Si tú ves todos mis trabajos, tienen ese denominador común: denuncia contundente pero rechazo en hacer porno sobre el sufrimiento. [...] He conseguido un estilo o línea como directora. Nunca he sido explícita en las imágenes, soy una vocera de los derechos fundamentales", declara.
PornoXplotación tiene como base el libro homónimo que escribió Lozano junto con Pablo J. Conellie, policía experto en trata y explotación de seres humanos. Precisamente, la mayor parte del arduo proceso de documentación e investigación a la hora de elaborar el escrito sirvieron de base para la serie. "Buena parte del proceso de documentación, testimonios, expertos y datos provienen de allí. Si hubiera partido de cero, me hubiera llevado más de 5 ó 6 años. Hubo una investigación previa muy larga para el libro, que supimos aprovechar para la docuserie, porque la elaboración del libro me llevó más de un lustro", comparte.
"Al final, mucha gente investiga sobre el tema y lo hace a través de un ordenador. Estamos hablando de temas muy serios, de fenómenos delictivos, que van más rápido que la propia ley en ciertos casos. Por eso, es complicado estudiarlos sólo consultando en el ordenador. Yo he tenido la suerte de hacer trabajo de calle, hablando con la policía, con la fiscalía, con asociaciones, viajando a Colombia, México, Bolivia, claro, yo tengo un trabajo de campo notable", detalla.
"Para abordar el tema de las ‘cum-girls’, viajé a Colombia, fui a Medellín, habían abierto un área en la universidad sobre ello y toda la investigación, lo que aprendí allí, me lo traje. Es mucho trabajo. Y eso nos ha ayudado para realizar PornoXplotación. No es una serie que se haya hecho con dos duros, ha habido mucho trabajo detrás, toca tener mucha documentación e investigación sobre este fenómeno", prosigue.
"Tengo la esperanza que, tras mi libro y tras la serie, salgan más producciones que aborden este problema, que tendría que ser prioritario en la opinión pública. Ese trabajo de investigación sirve como referente, para que haya más investigaciones sobre esta problemática. A mí me pasó ya antes con mis anteriores trabajos, es importante contar con referentes", agrega.
"Una serie como 'PornoXplotación" es casi una obligación de las televisiones públicas el emitirla"
El estreno de PornoXplotación en RTVE Play es motivo de "orgullo" para Lozano, quien considera que es el medio "ideal" para concienciar al público más joven. "Creo que una serie como PornoXplotación era casi una obligación de las televisiones públicas emitirla. Es una herramienta de información, de formación, a padres, a madres, a educadores, a chavales. Era importantísimo que fuera gratuita y para todo el mundo. No todo el mundo tiene Netflix, no todo el mundo tiene HBO Max, no todo el mundo tiene Disney+. Pensamos que son plataformas que las tienen todos, pero no tiene por qué ser así y esta serie tiene que estar al alcance de todo el mundo", manifiesta.
"Confieso que, al principio, me disgusté porque no fuera a ser emitida por la televisión tradicional. Sé que no es una producción para prime time, pero para el late night o en La 2. Pero después pensé que lo han puesto en el sitio correcto, donde tenían que ponerlo. Por una sencilla razón, por ejemplo, mis hijos tienen RTVE Play, mis sobrinos también. Al ser una plataforma gratuita, mucha gente lo tiene, especialmente gente joven", prosigue.
"Y, con todo el respeto del mundo, no he hecho PornoXplotación pensando en un público de 80 años, sino que me quería dirigir a uno de 20, el cual es un tipo de público que, probablemente, es más fácil que esté en RTVE Play que viendo La 1 o La 2. Sé que muchos chavales tienen la app, porque es gratuita. Además, el público joven suele ofrecer feedback en las redes, aumentando así la conversación alrededor de la serie. Yo me quería dirigir a ese nicho, estoy contenta", concluye.