Una vez más, Martínez y hermanos logró conseguir varias anécdotas gracias a sus invitados. En esta ocasión, fueron los actores Javier Cámara y Aura Garrido y el chef Jordi Roca los cómplices de Dani Martínez y fue la protagonista de El Ministerio del Tiempo y Un asunto privado la que dejó uno de los momentazos más comentados, al hablar sobre su miedo a volar y cómo sintió que estuvo a punto de morir en uno de sus viajes.
Fue en la sección Rompiendo el hielo en la que la actriz contó la anécdota. Garrido respondió afirmativamente a la pregunta sobre si había vivido una situación vergonzosa por un ataque de pánico. Fue en un vuelo de regreso de un festival de cine. La madrileña, dada su profesión, está obligada justo a realizar varios viajes en avión, lo que provoca que tenga que controlar su pánico.
Fue en ese momento cuando comentó que toma una pastilla relajante cada vez que tiene que tomar un vuelo. "Cuanto más nervios sufres, más efecto provoca la pastilla, para poder controlar el pánico", detallaba la protagonista de Alguien que cuide de mí. "Volvía de un festival de cine, viajaba con mi representante y estábamos en primera fila y justo estábamos al lado del teléfono para hablar con la cabina de pilotos", comenzó a narrar.
"Todo bien, el avión empieza a andar por la pista y, de repente, una azafata comienza a andar desde el fondo del avión, coge el teléfono y comenzó a comentar que estaba saliendo humo del baño del fondo, justo cuando el avión estaba despegando. Yo me giro, me intento levantar y me entró un ataque de pánico. La pastilla me empezó a relajar mucho, pero pensé que iba a morir. Lo único que recuerdo que no podía hablar, no me podía mover, no podía hacer nada, estaba inerte y me iba resbalando por el asiento hasta abajo, con unos lagrimones. Sentía que no podía despedirme siquiera de mi representante", compartía.
"Mi representante me subió, pidió un vaso de agua. Sentí que me desmayaba", siguió contando, señalando que, en ese momento, nadie le pudo explicar el origen del humo, dado que nadie podía moverse de su asiento por motivos de seguridad, dado que el avión estaba despegando. "Cuando pudimos desabrocharnos los cinturones, que sentí que habían pasado ochos horas por los efectos de la pastilla y el agobio, vino la azafata para disculparse. Me dijo que no pasaba nada, que era la condensación", terminó entre risas.
Una anécdota con final feliz y que provocó carcajadas entre los invitados y el público. No fue el único momentazo. El chef Jordi Roca habló de cuando tuvo de cliente a un oso gigante de peluche, que trajeron unos comensales cuya reserva fue hecha por la Embajada de Japón; así como cuando llegó a pensar que sufría cáncer al sentir un bulto en la barriga mientras cargaba bolsas de kilos de cacao y descubrió que era una hernia.