"Si esperas que Esperanza Aguirre acepte a la primera cantar Ella Elle L'a sería vivir en una utopía", dice Carlos Marco, el director musical de Mask Singer. El que fuera integrante de Auryn -con Blas Canto y Dani Fernández-, es el encargado de trabajar con los famosos las canciones que interpretarán bajo sus máscaras en las galas del programa de Antena 3, que celebra este miércoles (22.40) la semifinal de su tercera edición.
"Mask Singer es el programa que más satisfacción me genera, pero también es el que más me exige", confiesa Marco. Su cometido empieza mucho antes de llegar al estudio de grabación, donde él y su compañero Raúl López, que "edita las voces a tiempo real para que las máscaras vean el resultado antes de irse", se convierten en confidentes de los VIP. "Por confidencialidad no puede haber nadie más".
Previamente a que Fremantle, la productora de Mask Singer, y Atresmedia cierren el casting, Carlos Marco hace una lista de 200 temas, en la que se incluyen "temas de todos los estilos, canciones actuales, clásicos, de varios idiomas...", explica a BLUPER el cantante que, por cierto, acaba de lanzar Epicentro, el nuevo single de Mantra, su grupo. "Estoy muy ilusionado al ver que el proyecto arranca y ya suena en la radio".
"Esos 200 temas son revisados por Mario Briongos [director de Entretenimiento de Fremantle] y Belén Martín [la directora de Mask Singer] para después mandarlos a la cadena", prosigue. "Cuando entran las máscaras, empezamos a distribuirlas", añade matizando que, en ocasiones, el personaje o la misma actualidad musical da pie a que se incluyan otras canciones. "Vamos perfilando en base a la máscara".
El programa también da vía libre a que los famosos puedan proponer más opciones. "Siempre intentamos que se defiendan. Por la experiencia de estas tres ediciones, sé más o menos lo que les va a venir bien. Hay máscaras que, ya no solo por la voz que tienen en sí, sino para que no sean descubiertos, hay canciones más fáciles o difíciles", asegura Carlos Marco poniendo el ejemplo de "alguien que no habla inglés y que en español lo reconoce todo el mundo". En este sentido, las máscaras internacionales eligen casi todo su repertorio porque "vienen con apuestas más claras".
La 'primera cita' que tiene Carlos Marco con el famoso en cuestión se produce a través de videollamada, en torno a dos meses antes de acudir al estudio. "Es ahí donde veo cómo cantan", nos cuenta. "Les mando la letra de las canciones para que se la vaya aprendiendo". Las semanas posteriores, el contacto es permanente: "Algunos me piden por WhatSapp que les ajuste el tono".
El encargado musical de Mask Singer, además, enseña varias técnicas vocales a los VIP para evitar que sus voces sean reconocidas fácilmente. El proceso sería el siguiente: "Primero, intento que canten. Una vez que están afinados y cómodos, damos un paso más: ahora vamos a cantar bien. Y cuando ya lo tengo todo, nos centramos en disimular, desde los acentos o el seseo, hasta si tienen una cadencia muy marcada". Por ejemplo, en esta edición, se hizo con el acento argentino de Valeria Mazza.
"Los políticos son complicadillos"
Carlos Marco pasa varias jornadas con los famosos en el estudio porque todas las máscaras graban, como mínimo, cinco temas, pues se parte de la base que todas pueden llegar a la final. De esta forma, hay canciones grabadas que nunca han visto la luz. Así, el Si por mi fuera no sería el único tema que cantó Georgina (León) en la primera edición. "Fue una de las actuaciones más icónicas de Mask Singer. Hubo un planteamiento por su parte de cómo hacerlo para explotarlo al máximo", dice.
A la hora de ponerse en faena, no todos los perfiles requieren las mismas horas de trabajo. ¿Cuáles son los más difíciles? "Los políticos son complicadillos, tienen mucho carácter", revela Carlos Marco, que airea cómo fue la 'negociación' con la que fuese presidenta de la Comunidad de Madrid para que aceptara a cantar el tema de Kate Ryan. "Ella tenía claro que quería cantar en francés, pero yo le animé a que hiciera algo más moderno porque, al final, intento que todos brillen en el escenario".
"Los famosos tienen que entender que cuando se destapan, si has cantando La vie en Rose, por ejemplo, pues bueno, los espectadores lo contextualizan por tu edad y con tu clase. Pero si cantas una canción dance, la sorpresa en casa es mucho mayor", nos cuenta. "No es lo mismo ver cantar Ella Elle L'a a Esperanza que si lo hiciera otra persona". Marco, además, explica que los perfiles que más se alejan del mundo de la música son difíciles. "Los deportistas son los que más me cuestan a nivel vocal. La lejanía es abismal", reconoce aunque "hay excepciones como Feliciano López, que lo hizo muy bien".
¿Y cómo es trabajar con protagonistas del papel couché como Isabel Preysler, la Gatita de la segunda edición? "Me sorprendió mucho. La vi en persona y aluciné. No sé cómo decirlo para que no suene mal, pero dije '¡madre mía, que pibón!", confiesa destacando "la paz y vitalidad que transmite". "Cantando, dentro de su timidez, era curioso porque decía que en su familia todo el mundo cantaba menos ella". Con María Zurita, la Dragona, hasta ha generado una relación. "Es un amor, puso todo de su parte. Me lo puso facilísimo".
En esta edición, Carlos Marco ha tenido el reto de trabajar con la primera máscara doble del programa, los Alienigenas. "Paula Echevarría y Miguel Torres fueron muy trabajadores y me dejaron mucha libertad a la hora de elegir el repertorio. Me hizo mucha ilusión que cantaran Camela. Tienen buena química y se nota que se llevan muy bien", desvela. De hecho, algunos famosos se lo pasan tan bien, que quieren probar suerte en el mundo de la música. Es el caso de Jorge Lorenzo, Cuervo en la primera temporada: "Estuve con él en el estudio después, pero nada formal. Tiene una curiosidad artística y tiene talento para ello".
De las más de 40 máscaras (más las invitadas) que han participado en Mask Singer, el director musical del programa se queda con la trayectoria de Willy Bárcenas, ganador de la segunda edición debajo de la máscara de Plátano. "Es de lo más guay que he hecho. Al ser un cantante, el reto era muy grande a nivel vocal", asegura insistiendo en que "las mejores actuaciones no son las que mejor cantan, sino las que pasan más tiempo sin que les descubran".