El que fuese colaborador de El Hormiguero, Mario Vaquerizo, ha regresado este jueves al programa en calidad de invitado. Y es que el marido de Alaska, junto a su grupo musical, Nancys Rubias, acudieron para promocionar su nuevo álbum, Orquesta Nancy, que sale a la venta el 30 de junio. “Antes ibas a la tienda y lo comprabas. Ahora ha cambiado la tecnología los discos se compran por preorder, lo compras y te lo envían a la casa”, contaba con cierta ingenuidad Vaquerizo.

Este nuevo trabajo está compuesto exclusivamente de versiones. “Después de 20 años que llevamos hay que entretener. Cuando vas a las ciudades y pueblos importantes ¿qué es lo que más entretiene? Lo que conoce todo el mundo.Y por eso nos hemos decidido a hacer versiones”, explicaba el cantante de temas como Peluquitas o Maquillaje.

Me duele el corazón de quererte tanto de La Venta, Pedro Pe de Raffaella Carrá o Call me de Blondie son algunos de los temas que han revisitado. “Somos muy eclécticas”, sintetizaba Vaquerizo sobre el repertorio. “De nosotros nadie espera nada”, añadía también el líder de la banda, que cree que su si Nancys Rubias es “lo más marciano del pop español es porque somos muy sinceros, este disco no es una intención, es una casualidad”.

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En un momento dado de la charla, Mario Vaquerizo habló del paso del tiempo. “Tengo 48 años, voy a cumplir 49 el 5 de julio. Nací el 5 de julio y pesé 5 kilos y tres cuartos. Y no hablé hasta los tres años”, exponía, algo que permitió que sus compañeros le lanzasen dardos como “no se nota” o “le has cogido carrerilla”.

Las fotografías del nuevo disco de Nancys Rubias se hicieron en el hotel Pez Espada de Torremolinos “a las seis o siete de la mañana. No hay ni filtro, ni no filtro ni TikTok”, revelaba Mario, que contó cómo acabaron actuando en el escenario del recinto de forma espontánea, y que conocieron a dos holandesas “un poquito raras” que querían robarles.

Cuando se van de gira, los cuatro componentes del grupo se van en la “Nancy Furgo”, que es “la cosa más divertida del mundo”. Un punto de encuentro donde hablan de sus cosas, de qué se han comprado, qué discos han escuchado, mientras se toman unas cervezas. Sobre el vehículo, contaron una anécdota de cómo un día al abrir la ventanilla salió volando la peluca de Juan Pedro, y que unos amigos que iban detrás en otro coche la vieron en el arcén y la confundieron con un conejo muerto. En la Nancy Furgo se puede hablar de todo, pero “con el paso del tiempo hemos decidido que no hay que hablar de política”.

La entrevista terminó con la intervención de las hormigas Trancas y Barrancas, que preguntaron cosas como que qué nombres tendrían como drag queen o qué deseo pedirían a una lámpara mágica. Ahí Mario se puso más serio y dijo: “He estado tres días con mi mujer y me he dado cuenta de que si me dieran solamente un deseo sería seguir estando con ella, si ella quiere estar conmigo”. Así, dejó claro que en su matrimonio con Alaska ha habido “sudores, muchos dolores de cuellos, lágrimas, muchas alegrías, muchas emociones”. Para él, el amor “no se acaba, hay que resetearse, y que tirar para adelante como los de Alicante”.