El programa Así es la vida ha comenzado su rodaje esta tarde en Telecinco, con Sandra Barneda como presentadora. Y, como suele suceder en muchos magacines, han contado con una suerte de padrino, un primer invitado de peso que dé suerte al formato en esta nueva andadura, en la que cubre el hueco que antaño ocupó Sálvame. El elegido, en esta ocasión, fue el actor Maxi Iglesias.
El protagonista de producciones como Valeria tuvo una charla con Sandra Barneda en las escaleras del plató, con mucha cercanía. Y allí reflexionaron sobre la importancia de la imagen en su trabajo, algo que el intérprete reconoce que existe, pero asegurando que nunca será esclavo de ella. O la importancia de la salud mental cuando uno sale a la calle y todo el mundo le reconoce.
Así, Maxi Iglesias reconoció tener los pies en el suelo gracias a su familia, su madre, su tata o sus amigos. “Me gusta mucho trabajar fuera, conozco gente, conozco culturas distintas. Pero al final mi país es mi país, mi gente es mi gente y si veo que voy a pasar más tiempo del que yo ya sé por salud mental, que necesito volver como un poco a las raíces, entonces me lo llevo para allá”, velaba el que fuese Cabano en Física o química. “Tengo la suerte de que mis amigos van a verme y mi familia también, entonces en ese sentido me siento afortunado. Creo que es muy importante saber en todo momento de dónde vienes, lo que estás consiguiendo, ser consciente, pero que eso te supere”, reflexionaba.
Sandra Barneda quiso poner sobre la mesa entonces una de las últimas polémicas que le han salpicado. Y es que hace unos días, un taxista contó que, en cierta ocasión, tuvo que bajarle del coche en mal estado, junto a unos amigos, por la madrileña calle Serrano. “No sé esto cuando lo habrán grabado, hace dos meses estaba en Los Ángeles”, explicaba, en referencia a que el conductor mencionaba ese plazo de dos meses. Él no descarta que fuese en un transporte así, pues coge muchos taxis, Cabify o Uber. “Que íbamos muy animados, más que por supuesto, o sea, para que se sale si no ahora”, continuaba diciendo.
Sin embargo, duda del testimonio del taxista. “No tengo recuerdo yo de que ninguna persona que tenga que ofrecerte un servicio en general, ya no un conductor, pueda tener una queja así”, se justificaba. Y añadía que a él la memoria le podría fallar, pero de haber tenido un conflicto así algún amigo lo habría comentado. “Es que nadie me ha dicho nada”, lamentaba. El relato del taxista, según contaba, no encajaba con su forma de ser, y así se lo habrían expresado sus familiares cuando saltó la noticia. “Me gustaría, si en algún momento me encuentro esta persona, que me mire a la cara y decir: estás seguro de que era yo”, pedía Maxi Iglesias, que relató que muchas veces le han dicho que ha estado en lugares que ni siquiera ha visitado.