"Más de 200 personas de televisión, más de 50 juegos. Hemos estado aquí dejándonos la piel, en cuerpo y alma. Más de tres meses lejos de nuestras familias para compartir con vosotros la experiencia de estos 16 supervivientes que, al final, se han vuelto vuestras aventuras y desventuras. Gracias a los millones de espectadores que nos habéis acompañado. Equipo, un año más, hemos superado nuestro reto".

Con estas palabras Lara Álvarez apagó las luces de la Palapa. Lo hizo como siempre, muy emocionada, y sabiendo que posiblemente era su última vez. La presentadora enlazó Supervivientes con Pesadilla en El Paraíso, pero meses después, se supo que no seguiría en el reality. Esto hizo que muchos pensaran que la asturiana quedara fuera de sitio en la parrilla de Telecinco y que se planteara irse del grupo al que se vinculó a finales de 2014. 

El nombre de Lara sonó con fuerza para nuevos proyectos de entretenimiento de TVE y Antena 3. Sin embargo, a pocos días de acabar el año, Mediaset España anunció la renovación del contrato a largo plazo de Lara Álvarez. El nuevo rumbo de Telecinco hacia una televisión más blanca y familiar ha abierto las puertas a que la asturiana se enfrentara a nuevos retos. Y, en este sentido, llegó Me Resbala.

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"Era el momento de un cambio, de una evolución. Lo sentía de manera personal y, cuando eso pasa, es imparable. La buena noticia es que no estaba cerrada a nada", señala en una charla con periodistas en el plató del programa de Shine Iberia, entre los que se encontraba BLUPER: "Hay prioridades que van cambiando en tu vida. Cuando tu vida se para cuatro meses, te vas a un país con una gran diferencia horaria, y eso se repite durante ocho años, pues para mí la prioridad, siempre lo ha sido, pero cada vez más, es mi familia".

¿Qué tal en Me Resbala? ¿Creías que ibas a sentirte tan cómoda?

Yo soy muy así en mi intimidad, con amigos y familia. Soy bastante payasa, bromista, y me gusta jugar mucho a divertirme. La vida ya es demasiado seria como para no tener un poco de sentido del humor. Pero a este nivel, de poder mezclarlo con lo profesional, y llevar esa diversión a este punto de locura, de no tener límites y de salir del encorsetamiento, me pareció muy interesante. Luego he aprendido algo fundamental: la inteligencia de los humoristas para poder hacer humor; la capacidad que tienen para jugar en la medida correcta, sin ofender ni quedarse atrás, pero tampoco llegar tarde a la broma. Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto trabajando.

¿Te has atrevido con todo?

Claro. Porque yo creo que además hay una cosa que no falla: el espectador puede ver una pantalla, pero la realidad se transmite. Por muy buen actor que seas, yo creo que la clave para que las cosas fluyan es que tienen que ser reales. Y también para poder entender lo que están viviendo ellos. Yo soy muy de experimentar para ver lo que luego se transmite. Intento hacerlo con todo, en mi vida en general, el que no me lo cuenten, sino experimentarlo yo mismo para luego saber qué sientes tú. Cuando decimos que no hay trampa ni cartón es verdad. La silla de los calambres pincha. Es como si te metieran un clavo por debajo y es imposible no saltar. Un dato, como curiosidad, es que grabamos siempre después de comer, o sea que… El primer día que probé esa silla, estaba dando vueltas y le dije a Flo: 'Flo, te juro que voy a vomitar, no abras la boca'. Lo que también funciona de este grupo es que ha conseguido ser una familia real. No hay luchas de ego, sino generosidad. Igual de importante es saber hacer una broma que encajarla, no querer pisar al otro para sacar la cabeza y brillar. 

¿Da vértigo coger el testigo de Arturo Valls?

Por supuesto. Arturo tiene mi máxima admiración, me he visto muchos de sus programas. Lo bueno de Me Resbala es que lo que puede hacer que funcione es precisamente no querer copiar. Lo que funciona de Arturo es que es Arturo. Tiene la personalidad de Arturo, las bromas de Arturo… Sí que sirve para coger los tiempos. Porque al final si que hay un rodaje que es el formato y luego la parte que he intentado trabajar es quién es Lara en este programa. Cómo encajar de manera natural y ver cómo me sentiría cómoda en mi vida personal, cómo le gastaría esta broma a mis amigos… No querer copiar, sino adaptar. Por supuesto que Arturo Valls es un antecesor brutal, pero también te digo que lo que ha funcionado y puede llegar al espectador aquí es la autenticidad de cada uno. No solo la mía, sino la de todos los cómicos. 

Lara Álvarez se pone al frente del nuevo 'Me Resbala' en Telecinco.

¿Te imaginabas que ibas a acabar presentando un programa de este estilo después de que tomaras la decisión de dejar Supervivientes?

Lo único que tenía claro es que era el momento de un cambio, de una evolución. Lo sentía de manera personal y cuando eso pasa es imparable. La buena noticia para mí es que no estaba cerrada a nada. Era un muy buen momento personal, pero creo que también es importante que te acompañe lo profesional para que haya una simbiosis y una armonía. Lo mejor es que mi cadena lo entendió. Fueron ocho años de Supervivientes de los que estoy muy agradecida, porque fue un aprendizaje brutal en todos los sentidos. Pero sí que es cierto que, al no tener una expectativa sobre el nuevo proyecto, me ha permitido enfrentarme sin ningún tipo de filtros y ser una experiencia real de disfrute. Ha sido una cosa de: 'Me tiro'. Y me tiro con un grupo de profesionales que para mí son los mejores de España; con una nueva productora, que lleva una experiencia a largo plazo con un programa que ha funcionado con éxito en otra cadena; y con la confianza de mi casa, Mediaset. Ahora solo falta ver la acogida del público.

¿Te inquieta la audiencia que vayáis a marcar?

Más que la audiencia, porque no es tanto en sí el share, lo que me inquieta es si realmente se recibe de la forma en la que tenemos pensado que se puede recibir, y se permite el tiempo que se necesita para poder disfrutar de lo que se ha creado aquí, no es tanto el: '¡Qué éxito! ¡Hemos hecho un 20!' No, es: 'Qué éxito, que vamos por la calle y que la gente te diga: ¿Te puedes creer que ayer quedé con mis dos hijas y me reí un montón porque vi a Flo dando vueltas en la silla?' Ya vale. Puedes hacer un programa que te sigan tres millones de personas y no sentirte satisfecho en lo personal, ni sentirte realizado en lo profesional, y puedes hacer un programa que puede tener menos audiencia pero decir: 'Sí, ahora tiene sentido'. 

"Estoy muy agradecida a los ocho años de 'Supervivientes'; fue un aprendizaje brutal"

Volviendo a Supervivientes, ¿llegaste a dejar de disfrutar en algún momento del reality?

No. Con Supervivientes lo que pasó es que son ocho años y el cambio no vino por una frustración profesional, vino por un crecimiento personal. Hay prioridades que van cambiando en tu vida. Cuando tu vida se para cuatro meses, te vas a un país con una gran diferencia horaria, y eso se repite durante ocho años, pues para mí, la prioridad, siempre lo ha sido, pero cada vez más, es mi familia. Pasar tiempo con mis padres, no despedirme de mis perros y dejarle la responsabilidad a otras personas… Ir asumiendo las parcelas de mi vida de manera responsable. Creo que sí que existe y lo estoy viendo ahora por la valentía de frenar un proyecto que oye, también recibí muchos mensajes de: Estás loca, es un programa de éxito, ¿cómo vas a hacer esto? Al final, creo que el cambio tiene que venir de uno, no te va a llegar porque sí. A veces sí, pero si no lo provocas tú, a veces no pasa. Y por la valentía de poner fin a algo que me ha hecho muy feliz mucho tiempo ha llegado esta nueva etapa donde la felicidad además está consiguiendo la armonía que yo buscaba. Que es la posibilidad de tener un trabajo que me hace sentirme realizada y disfruto, de la mano de mis padres, de mis perros, de mi casa, de mis amigos… Eso hacía ocho años que no lo vivía. 

¿Te sentiste encasillada?

No es tanto por Supervivientes, sino por el formato en sí. Al final, yo consideraba que lógicamente no podía ser la protagonista, sino el hilo conductor entre unas personas, que son las que están viviendo una experiencia, y luego un plató donde aparte de contar la experiencia tienes que entretener, que es muy complicado. Entonces, el equilibrio que se producía muchas veces entre lo que sucedía en plató, con familiares, que se pueden lanzar ciertas bromas o licencias, frente a lo que de verdad está pasando en una isla en la que una gente está sufriendo, está demacrada, viene de una tormenta… Era muy complicado en muchas ocasiones mantenerte en el entretenimiento con el respeto hacia el concursante. Era una línea muy fina de: No te puedo seguir la broma en este momento, porque en realidad se entiende allí, pero si yo gasto esta broma aquí, ellos se vienen abajo. Entonces, no es la sensación de que me encorsetara, pero sí que es verdad que, por la lectura que yo tenía, y que nadie me obligaba a tenerla, yo tenía manga ancha, pero por el respeto que quería tener hacia los concursantes, sí que me cohibía de hacer ciertas bromas o ciertas reflexiones. Primero porque los protagonistas son ellos y segundo porque las situaciones muchas veces te impedían contestar como puedes hacerlo hoy aquí o en un bar con una caña.

"Se especuló con que yo me quería ir de Mediaset, en absoluto"

¿Nunca pensaste en alejarte de la televisión, no?

Por supuesto que no. Para mí, la comunicación es una pasión, viene de siempre, desde pequeña. Y luego la suerte de poder trabajar en mi casa, que también se especuló con que yo me quería ir de Mediaset, en absoluto. Simplemente, lo que intento hacer es ir siempre de la mano, con respeto, de la gente que va conmigo. Yo primero me debo a mi cadena, me debo a los tiempos que se manejan en mi cadena. Primero había que encontrar la manera de comunicarlo de forma correcta. Yo no puedo adelantarme a eso porque tiene que ir de la mano. Entiendo la especulación que se produce, pero también hay una parte de frustración de no poder pronunciarme si no vengo de la mano de mi casa.

¿Te llegaron ofertas de otras cadenas o plataformas?

(Risas)

¿Cómo valoras el nuevo rumbo que ha tomado Telecinco? 

Yo estoy feliz, la verdad. Creo que es un momento en el que se necesita. Cuando pienso en la motivación que yo tuve para empezar a hacer periodismo y dedicarme a la comunicación fue precisamente eso. Si yo recuerdo los momentos en los que veía la tele, era la excusa perfecta para reunirte con tus padres, para ver juntos comentando el programa que nos gustaba. Ese momento familiar que se ha ido perdiendo pero que se puede recuperar, con formatos como Me resbala. De verdad que los niños son superfanáticos, pero la tranquilidad de un padre de sentarse con el hijo y disfrutar de un sentido del humor que puede ser para toda la familia… pues está muy bien pensado. Es la excusa perfecta de la unión, que ahora mismo tiene que ser una motivación importante.

'Me Resbala'.