Este domingo 9 de julio, a las 21:30 horas, se emite la segunda parte de Anatomía del robo del códice, con el que Anatomía de... cierra su exitosa primera temporada. Se revela así cómo fue la resolución del robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela, una de las mayores joyas del patrimonio español y que está valorado en más de siete millones de euros.
El 5 de julio de 2011, los archiveros de la catedral de Santiago de Compostela, en La Coruña, echaron en falta la obra y denunciaron el hurto a las autoridades. El códice había desaparecido de una cámara blindada en la que se encuentran depositadas las obras más valiosas de la biblioteca. La investigación policial reveló que la sustracción se produjo en la primera semana de julio.
Aunque su valor económico es relevante, el histórico lo es mucho más. El Códice Calixtino es un manuscrito único, del siglo XII, la mayor joya de la Catedral. Es la primera guía del Camino de Santiago y una pieza clave para que la ciudad sea una de las cuatro consideradas 'santas' del mundo cristiano. Sin el Códice, Santiago perdía una de sus mayores señas de identidad. De ahí, que se considere que su valor es incalculable. “Es como si hubiera desaparecido La Gioconda del Louvre o como si se hubieran robado Las Meninas de El Prado”, señala uno de los expertos.
Dado que se llegó a la conclusión de que el robo se produjo por dentro y que, además, el móvil podría no ser económico sino personal, al haber deseos de perjudicar gravemente al Deán; la investigación cambió de rumbo. La primera entrega, terminó con dos sospechosos: el organista y el antiguo electricista. Finalmente, la policía puso el foco en el último, Manuel Fernández Castiñeiras. La investigación reveló que, además de sustraer el Códice, el electricista estuvo robando durante años en la Catedral. En su poder, tenía cuantiosas cantidades de dinero, otros documentos y objetos del templo.
En esta segunda parte, Mamen Mendizábal entrevista al juez José Antonio Vázquez Taín, al fiscal Antonio Roma y la brigada de Patrimonio de la Policía Nacional, Rebeca Lorenzo. Todos fueron responsables de la investigación del robo. Todos coinciden en que Castiñeiras es el culpable. El electricista tenía el motivo, los medios y la ocasión para hurtar el Códice. Sin embargo, la investigación encalla 11 meses después. Todo apunta al exempleado. Ahora bien, falta hallar la prueba definitiva que le llevaría a confesar el crimen.
El 4 de julio de 2012, la Policía logró recuperar el Códice. Ahora bien, ¿cómo se consiguió que Castiñeiras confesase? ¿Qué tuvo que hacer la Brigada de Patrimonio Histórico para que la verdad saliese a la luz? Una serie de preguntas que en este final de temporada se intentará dar respuesta.