Almudena Martínez, Chiqui, saltó a la fama hace más de 10 años como concursante de Gran Hermano 8. Su enorme carisma le permitió hacerse un hueco en Telecinco, y fue pasando por programas como Sálvame y realities como Solos, Supervivientes, Sálvame Snow Week o incluso Las bodas de Sálvame, donde se casó con Borja, el padre de sus hijos, del que ya está separada.
En la actualidad, Chiqui pasa por un momento complicado, y así lo ha relatado en la revista Pronto. Afincada en su Cartagena natal, tiene la intención de montar una lavandería industrial. “He realizado un curso sobre tintorería, productos químicos, lavado... Todo lo que se necesita saber para abrir ese tipo de negocios”, afirma al citado medio.
Su situación familiar y económica no es tan fácil como en aquellos años en los que ejercía de reportera para Sálvame. Sus hijas viven con ella, y “su padre me paga una pensión alimenticia para ellas de 300 euros al mes. Y llevo dos años cuidando a mis padres, que ya son mayores”, detalla la gran hermana.
Sobre el final de Sálvame, afirma que le da “mucha pena”. “Allí he conocido muy buenos amigos como María Patiño o Jorge Javier Vázquez. Me duele mucho, porque es un formato que funciona”, afirma, sobre el ya desaparecido formato de La Fábrica de la Tele.
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Su fuente de ingresos en estos momentos es su trabajo como vendedora de productos eróticos. Un oficio del que ya habló en Viernes Deluxe el pasado mayo. “Mi jefe me ofreció vender juguetes eróticos y ser la chica que llevase la maleta sexy”, explicó entonces, provocando cierta confusión entre los tertulianos.
Esto generó cierta confusión entre los colaboradores, pues momentos antes, Chiqui contaba cómo había terminado hacía una semana el mencionado curso de tintorería. “O sea, yo te dejo un vestido, una prensa, en la tintorería. Pero, cuando voy a recogerlo, ¿me vendes un consolador?”, le preguntó en ese sentido Lydia Lozano, y ella aclaró que no: que la lavandería está en Cartagena y la tienda de juguetes eróticos en Valencia.
No es la primera vez que Almudena relata sus problemas económicos en un medio de comunicación. En 2013 afirmó encontrarse en la ruina, pues invirtió 60.000 euros en una discoteca, y sus socios la estafaron. Un dinero que había logrado como concursante de Gran Hermano y de El Reencuentro, así como haciendo una portada de la revista Interviú y todo tipo de bolos. A inicios de este mismo año, Sálvame dio la noticia de que la habían visto pasando necesidades y buscando ropa de cama y zapatillas usadas. Ella entonces entró por teléfono para decir que lo que se estaba contando no era así, sino que simplemente estaba comprando en un mercadillo y que así contribuía al medio ambiente.