Televisión Española recuperó este verano el mítico Grand Prix 18 años después de su última emisión. La jugada no le ha podido salir mejor porque el 'programa del abuelo y del niño' se ha convertido en una de las revelaciones de la temporada en televisión con sus buenas audiencias, al estrenarse con un increíble 26,8% de share. Cierto es que los datos se han resentido semana a semana, pero la media sigue siendo buena.
La nueva edición del formato ha recuperado a Ramón García como presentador. El vasco no está solo, pues está acompañado de Cristinini, que narra las pruebas desde su cabina, y Michelle Calvó, que ejerce como embajadora de los pueblos. Sin embargo, en el nuevo Grand Prix no hay vaquilla.
La Corporación ha tenido que prescindir de ella para cumplir con la nueva Ley de Bienestar Animal que se aprobó en el Congreso hace unos meses. Esta ley prohibía la presencia de animales en los platós de televisión. De esta forma, numerosos juegos se han readaptado, mientras que los responsables de la pública decidieron mantener su esencia creando la figura de la 'súper vaquilla'.
Como si se tratara de una mascota de la NBA americana, una persona se disfraza de la vaquilla. Como se ha visto en las primeras cuatro entregas, su cometido es molestar a los participantes cuando los alcaldes decidan utilizar los comodines. Para ello, deben pulsar un botón que los ediles tendrán antes de comenzar las pruebas durante una cuenta atrás de cinco segundos.
Ahora bien, ¿quién es la persona que se esconde debajo del disfraz de la vaquilla? Se trata de Miguel del Pozo. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, este madrileño de 41 años forma parte del Club Atletismo Suanzes. Participa en 5.000, 10.000 metros y media maratón. Además, compagina su trabajo en la empresa Bosch con su labor de entrenador en la escuela de atletismo de Palomeras.
¿Quién es Miguel del Pozo?
Del Pozo acabó haciéndose con un puesto en El Grand Prix después de ser la mascota del club de baloncesto Estudiantes, el delfín Ramiro. "A mí me llamó uno de los productores ejecutivos, que es entrenador del Real Canoe femenino y me conocía. Nunca había hecho televisón y no sabía si daría el perfil porque pesó 62 kilos y si me tenía que estrellar contra gente más grande sería difícil, pero cuando me contaron su función vi que encajaba y ni me lo pensé", asegura en una entrevista concedida a El HuffPost.
"Es un personaje secundario, pero es delicado porque es el cambio más gordo y al principio había dudas de qué dirán", dice añadiendo que "realmente se me olvida que hay cámaras y que estoy trabajando y no jugando". Sobre su trabajo, cuenta lo siguiente: "Los días de grabación me levantaba a las cinco y media para ir a correr, luego iba a trabajar hasta las 13.30 horas, después iba al plató para comer ahí y ya grabábamos toda la tarde hasta las once y media o doce de la noche. Ha sido una paliza, pero es de esas que si lo disfrutas, lo haces".