Jonan Wiergo, finalista de la última edición de Supervivientes, ha sido uno de los protagonistas de Así es la vida esta tarde. Y es que el joven está recibiendo numerosas denuncias en su restaurante Wakame, en el centro de Valencia, por un supuesto exceso de ruido. Sin embargo, Wiergo, al que le han llegado numerosas multas pese a asegurar que tiene todo en regla, cree que hay un trasfondo de homofobia en la situación. De hecho, un cliente agredió física y verbal a uno de sus trabajadores.
“Al igual que antes hemos condenado las palabras de Rubiales, estamos en 2023. Que la gente sea como quiera, no que quieran a nadie por el hecho de querer otra persona, sino por el hecho de ser. Que se vista de lo que quieran y que puedan hacer lo que quieran, así que de verdad todo nuestro apoyo porque yo creo podría ser la causa de insultos claros y evidentes”, exponía César Muñoz al introducir el tema. De esta forma, quería dejar patente que el respeto hacia la diversidad va más allá de que cada cual ame a quien ame.
En una conexión en directo, Wiergo explicó que las cámaras grabaron a un vecino llamando a su trabajador “maricón de mierda”. En la actualidad, el influencer tiene miedo de celebrar nuevos shows con drag queen en su local por miedo a nuevas multas, pues cada una de ellas es de 5.000 euros y ya lleva ocho. “Ya tenemos miedo real a tener que cerrar el local”, lamentaba.
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“No es normal que un empleado mío haya sufrido agresiones homófobas y que encima el señor me lo niegue incluso con las imágenes de las cámaras. Encima nadie haga nada ni el Ayuntamiento ni la policía ni nada, simplemente vengan para comprobar la insonorización y volver a ir denunciarnos”, continuaba exponiendo el influencer, que detalló cómo reciben hasta cinco visitas a la semana para comprobar la insonorización del local. “Hay muchos vecinos que no tienen problemas con nosotros. Lo que no podemos permitir son agresiones”, continuaba exponiendo. Así, relata que la situación es muy “incómoda” y que hay días en los que no acude al local por no presenciar esos enfrentamientos. “Al principio, cuando abrimos, no teníamos ningún problema, hasta que comenzaron los problemas, y llevamos más de un año”, aseguraba.
El programa recogió entonces el testimonio de varios vecinos, que consideraban que todo el conflicto era fruto de la homofobia. Al despedir la conexión y cambiar de tema, César Muñoz, el presentador de Así es la vida, volvió a desear que no volviese a haber agresiones físicas ni verbales. “Cuánto nos queda todavía por hacer, ¿eh?”, finalizaba.