Tal como se había anunciado, este lunes 4 de septiembre inauguró la temporada número 18 de El Hormiguero la cantante Isabel Pantoja. Llegó con todo el público jaleando su nombre y lanzándole piropos, mientras ella se fundía en un abrazo con Pablo Motos. El presentador quiso decir, a modo de introducción, que en su anterior visita, la sevillana logró el mejor dato de audiencia de la historia del programa, con casi 5 millones de espectadores y picos de 7. “Eso es un Barça-Madrid”, le detallaba a la invitada.
Isabel comenzó su charla diciendo que si visitaba el programa es porque Motos se lo merece, así como todo su público. “Te veo todos los días, te vemos toda mi familia”, aseguraba la tonadillera, que cumple ahora 50 años en la industria de la música. “Y en activo. Porque no paro, no. Han sido años duros, personales, pero al mismo tiempo he tenido a Dios a mi lado, porque soy muy creyente, y a mi público, porque este público lo es todo. Es el que te da vida, el que creyó en mí desde el primer minuto que salí a cantar con 15 años”, contaba Pantoja.
“Y desde entonces no me han dejado de la mano, y estoy contigo aquí porque lo deseaba. Estar aquí sentada es una tranquilidad tan grande, un honor tan grande, me siento como en casa”, continuaba diciendo la cantante, en lo que podría interpretarse como un dardo hacia otros programas que hablan de ella, pero que nunca ha visitado.
Isabel se reconoció como una persona que sale poco. “Normalmente estoy secuestrada, me meten en un saco”, ironizaba, sobre las informaciones de que si no sale de su finca es porque no le dejan. “Sé desdoblarme, está la persona artista, y la mujer que tiene su casa, que tiene que hacer cosas, que guisar, que arreglar sus armarios. Y esa bata de cola siempre la he dejado fuera, aunque la amo”, continuaba explicando sobre cómo es su vida. “A mí salir a la calle, y empezar a hacer maletas me cuesta la misma vida. Estoy en mi casa porque quiero, no porque nadie me prohíba salir a ningún sitio”, insistía.
Su medio siglo sobre los escenarios lo celebrará con un doble álbum previsto para Navidad, y cuya portada, obra de Antonio de Felipe, desveló Pablo Motos. Por un lado se veía a Isabel de niña, en una foto muy especial que le hizo su madre cuando tenía 7 años en una tienda de fotografía, vestida de gitana, y otra perteneciente a uno de sus discos. Sobre el contenido del mismo, ha avanzado que uno de los discos será de copla, porque “es lo que más me gusta del mundo, sin desmerecer otro tipo de música”. Serán los temas con los que empezó, con 15 y 16 años, pero cantadas “con mi edad, mis sentimientos, mi voz, mi estilo de ahora, pero unos arreglos muy actuales. Y el segundo disco, es una recopilación de canciones que a mí toda la vida me han gustado muchísimo y nunca tuve la oportunidad de grabar. Que no son mías”, insistía. “Es doble vinilo, tiene una categoría tremenda, si no tiene categoría como que no”, matizaba.
Este disco lo ha hecho por sus fans y por su madre, fallecida en septiembre de 2021, y al hablar de ella no pudo ocultar la emoción. Sobre la pérdida, Pablo Motos quiso compartir cómo él recuerda cuando su madre estaba a punto de fallecer, fue a verla a la habitación, le dijo guapo, se acostó, y al poco, falleció.
“Mi madre desde que me parió ha estado a mi lado, yo al lado de ella. Me he separado de ella solo para trabajar. Tengo la conciencia tranquila con mis hermanos Agustín y Juan, de que hemos estado siempre cuidándola, es nuestra reina, sigue siendo nuestra reina. No ha sido la madre de la Pantoja, ha sido una madre normal, como la tuya, que quería a sus hijos uno por uno”, exponía con calma.
Pablo Motos quiso preguntarle sobre consejos para superar el duelo, y ella no supo responderle. “Cada uno como sabe, como lo siente y lo ve más necesario”, contaba Isabel, que confesó cómo le costó volver a subirse a un escenario tras la defunción de doña Ana Martín. “No es escribir a máquina, no es levantarme e ir al baño. Es subirme a un escenario y cantar, aunque mi madre haya muerto ayer, porque es mi profesión, no porque tenga ganas, sino porque es mi profesión. Yo y todos los artistas, porque es así”, relataba. Por esa misma razón, eligió el otro lado del charco para comenzar la gira, “porque no estaba preparada para cantar aquí”.
De todo lo que ha vivido, Isabel Pantoja asegura no arrepentirse de nada. “Se tienen que arrepentir las personas que lo han hecho mal conmigo, porque yo creo que no le he hecho mal a nadie”, sentenciaba. Del mismo modo, aseguró creer en la existencia del destino, poniendo como ejemplo la muerte de Paquirri. El día de la cogida que le causó la muerte “lo quiso cambiar todo para no ir, y se lo cambiaron todo lo que él pidió. Era su destino. Si hubiese ido con lo que había a lo mejor no le hubiese pasado nada”, reflexionaba.
Antes de un concierto, Pantoja tiene como truco limpiar la casa entera, para cansarse. “Me da por limpiar. No te he limpiado el camerino porque no me han dejado”, bromeaba. Y, por Pablo Motos, se desveló que a la sevillana le afecta el sol para la voz, poniendo como ejemplo que cuando está en la piscina de su casa, cuando regresa, “no tengo voz. ¿Cómo lo ves tú?”.
Otro momento emotivo de la charla fue el recuerdo hacia Juan Gabriel, “mi Alberto de mi alma. Hemos sido compradres durante 35 años, hasta que se fue. Ha hecho 7 años el 28 de agosto que se nos fue y es que lo amo, lo adoro, lo admiro”. Por el recuerdo que le guarda no ha podido regresar a México, porque para ella no encontrarle allí “sería un shock”. Sobre sus andanzas juntos, recordó cómo una vez se hicieron una foto en el Gondel Gate, aunque estaba prohibido, y todo se llenó de helicópteros y coches de policía.
En el tramo final de la entrevista aparecieron Trancas y Barrancas, que le lanzaron una serie de preguntas humorísticas, como si alguna vez le propusieron hacer el anuncio de “qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel”. “No, porque pensarán que me llamo de otra forma”, respondía Pantoja.
Pablo Motos quiso entonces preguntar si tendrá un documental en alguna plataforma, pues en la actualidad “hay más documentales de famosos que de animales”. Isabel hizo un gesto mirando hacia un lado, dando a entender que hay algo en el aire, o que ha recibido propuestas. “Te ofrecen muchas cosas, pero me gustan hacer las cosas con categoría, y hacerlo cuesta mucho dinero”, explicaba, detallando que no por su caché en sí, sino por los recursos necesarios. “Gratis no voy a hacer yo nada, nada más que venir aquí”, recalcó entonces.
A continuación, le preguntaron que cuál es la “prenda más roñosa” que usa para sentirse cómoda en casa. “Suelo estar en chándal, y que ahora se lleva, aunque a mí, antaño, me pusieron a parir por usar chándal, y ahora está de moda”, bromeba la cantante.
Barrancas siguió con lo que catalogó como “Salvaslip Deluxe”, en guiño hacia Sálvame, preguntando si le gustaba la figura de cera que había de ella en el museo de cera de Madrid, que fue retirada en 2013 después de ser condenada a dos años de cárcel por blanqueo de capitales. “Afortunadamente que la quitaron, porque da susto. Es un susto. Qué miedo, por favor”, opinaba la artista, que tras ver la película clásica de El Hormiguero del inicio de temporada, cantó dos temas de su próximo disco.