Las mañanas de la nueva Telecinco han comenzado este lunes 11 de septiembre. A primera hora arrancaba La mirada crítica, con Ana Terradillos, y después, a eso de las diez y media, Vamos a ver, que conduce Joaquín Prat. Un espacio que mezcla la actualidad y la crónica social en la que también tienen su peso Adriana Dorronsoro, en la parte de temas sociales, y Patricia Pardo, en la actualidad.

Con ustedes vamos a ver cada día la actualidad, con grandes profesionales, con el mejor equipo de colaboradores, con gente joven en la redacción dándolo todo”, expresaba Prat en los primeros minutos de emisión, y añadía: “Hablaremos de los temas de los que siempre queremos saber más, con rigor y honestidad”. Del mismo modo, detalló que habrá crónica social, corazón, temas de redes sociales, “y, por supuesto, vamos a verles a ustedes, a divertirnos con ustedes, también vamos a llorar con ustedes. Va a haber mucha emoción, se trata de pasar un buen y estar juntos”, seguía exponiendo.

Tras este discurso para poner de largo el programa, Prat se acercaba a Patricia Pardo, “parte indispensable de este nuevo programa”, y se fundían en un abrazo. Entonces, Prat confesaba que estaba nervioso, y que “los nervios es lo que te mantiene alerta”.

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Desde casa, sin embargo, daba la sensación de que no debería estar tan nervioso, porque está en un territorio audiovisual en el que ha batallado mil y una veces y con maestría. Y es que, una vez más, la nueva Telecinco se parece mucho a la antigua Telecinco, y este Vamos a ver nos transmite la sensación de estar viendo el clásico matinal de la cadena. O, lo que viene siendo lo mismo, El programa de Ana Rosa, El programa del verano.

Es más, es que el hecho de que se emita a la misma hora, con el mismo presentador, compartiendo colaboradores no transmite esa sensación de novedad que, en ocasiones, nos intentan trasmitir. Es más, se trata del mismo plató y decorado, al que se han hecho los ajustes pertinentes para que aparezca el título del nuevo programa en lugar del antiguo.

El pasado julio, cuando Ana Rosa Quintana se despidió de las mañanas, dio una especie de alternativa a Prat, al que le venía a desear que se convierta en el rey de las mañanas. “Lo dejo en las mejores manos. Ana Terradillos hasta las 11 de la mañana y Joaquín Prat desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Joaquín va a ser el Ana Roso de la nueva generación”, comentaba Quintana con humor, sin poder aguantarse la risa.

Rescato aquellas palabras porque hoy parecía que estábamos viendo El programa de Ana Roso, con Joaquín Prat. ¿No hay un viejo dicho que reza que si algo funciona no lo toques? Pues eso, se ha tocado poco la estructura y el contenido de El programa de Ana Rosa, y simplemente está en manos de Prat, como cuando ella estaba de vacaciones, o de baja por enfermedad.

Todo estaba en su sitio, bajo control, con sensación de estar en casa. No transmitía ser uno de esas primeras entregas en la que todo está en fase beta, y a medida que pasen las jornadas se irá puliendo. Como aquel estreno de Ya son las ocho que puso a boxear a Omar Montes, o cuando Así es la vida presumía de dar un soplo de aire fresco a la televisión con colaboradores como Ken Appledorn y Melody, y que desaparecieron de la noche a la mañana. Todo apunta que veremos Vamos a ver durante bastante tiempo.