Este lunes 25 de septiembre, la familia de María Teresa Campos celebraba en Madrid una misa en recuerdo de la querida comunicadora. Un día del calendario que casi tres lustros atrás debió ser muy importante para ella: el 26 de septiembre de 2009 arrancaba su último gran proyecto en televisión. Un espacio en apariencia modesto, que ni siquiera tenía un título determinado, y que acabó escribiendo su nombre en la historia de Telecinco en particular y de la televisión de España en general. Estamos hablando de ¡Qué tiempo tan feliz!
Este espacio, que producía Mandarina, es un claro ejemplo de la magia audiovisual que podía hacer María Teresa. Del magnetismo que desprendía hacia el espectador, así como su claro compromiso, ya desde su juventud, por apostar por el universo de la música, esa que la acompañó hasta en el ya mencionado funeral, donde cantaron Miguel Poveda y Tamara.
Hay que recordar que cuando arrancó, aquel 26 de septiembre, ¡Qué tiempo tan feliz! no era ¡Qué tiempo tan feliz!, al menos, como luego fue. Era un programa nostálgico que Telecinco parecía haberse sacado del bolsillo, y que ni siquiera tenía un nombre fijo. Semana a semana el espacio fue tomando forma, y así, hasta llegar a ser VHS primero, ya en 2010, y ¡Qué tiempo tan feliz! después, casi coincidiendo con su primer aniversario.
[Carmen Borrego asegura que la sucesora de María Teresa Campos debe ser Terelu Campos: “Por ley”]
En la pequeña pantalla ha habido múltiples programas de tinte nostálgico. De Locos por la tele a Viaje al centro de la tele, Canciones para el recuerdo o Lazos de sangre. Sin embargo, puede que ¡Qué tiempo tan feliz! haya sido el máximo exponente de este tipo de formatos, por su contenido, su forma y su fondo. Con esa encantadora María Teresa Campos que cada semana nos sumergía en la historia de las sevillanas o el bolero, que era capaz de reunir en su plató a Parchís o a la pandilla de Verano Azul, o que trasladaba al espectador historias de grupos musicales como Olé Olé o la del Festival de Eurovisión.
No era un programa que constase únicamente en echar la vista atrás, conste. Por aquel plató pasaron leyendas como Mayra Gómez Kemp, Tony Ronald o Marifé de Triana, que concedió su última entrevista a este espacio. Pero también había cabida para David Bisbal, El Langui, Abraham Mateo o cualquier otro artista de primer nivel que quisiese contar cómo era su gira de conciertos o su trabajo más reciente.
¡Qué tiempo tan feliz! era un oasis en el desierto. Uno de los pocos lugares de la televisión donde se dejaban caer encantados artistas como Alejandro Sanz o Isabel Pantoja, que logró que más de 2 millones de espectadores estuviesen pendientes de lo que tenía que contar, allá por 2012. María Teresa Campos sabía crear un ambiente cómodo para sus invitados, nadie sentía que allí pudiera sucederse una emboscada con preguntas incómodas, todo era un disfrute para los sentidos.
No podemos olvidar esa amplia cartera de colaboradores, de Terelu Campos a Joaquín Hurtado, pasando por Makoke o Antonio Rossi. Y Los Supersingles, la banda que creó el programa para recordar los éxitos de ayer, de hoy y de siempre. Inicialmente vimos a un grupo de artistas, generalmente vinculados a Operación Triunfo, que se hicieron llamar Los Vinilos, y que acabaron llamándose Los Supersingles más tarde. Fran Dieli, Jon Allende, Anabel Dueñas y Mercedes Durán son quizá algunos de los más recordados, pero por aquellas filas también pasaron Jorge González, Sandra Criado, Ainhoa Cantalapiedra, Idaira, Lorena Gómez, Saray, Mayte Macanas, Noelia Cano y tantos otros artistas. Todos ellos llenaban el plató de música, aunque fuese en playback, algo que tenía mucho mérito porque ya entonces los programas empezaron a recortar las actuaciones musicales. Solo hay que darse cuenta de cómo un artista de primer nivel se puede hacer un tour de televisiones para hablar de su último trabajo y, con suerte, ve cómo ponen un minuto de su último videoclip.
Tampoco podemos olvidar la faceta show-woman de María Teresa, que de vez en cuando nos regalaba entregas especiales, tipo Tu cara me suena, con todos sus colaboradores disfrazados e imitando a otros artistas. Ella misma llegó a emular a El Arrebato, por el que tenía pasión, en uno de esos especiales; eso sí, sin ningún tipo de atrezzo. Es más, en 2013, la propia Campos llegó a decir que ella inventó Tu cara me suena en Día a día, con una sección que hasta se llamaba igual.
¡Qué tiempo tan feliz! se convirtió en una institución, y en el último gran formato que presentó María Teresa. El 1 de abril de 2017, Telecinco lo despedía tras casi ocho años en antena y más de 600 entregas a sus espaldas. Su final no fue bien recibido por María Teresa Campos, y las razones de la cancelación fueron poco claras, aunque se habló de que el hecho de que no quisiera continuar con el reality Las Campos tuvo mucho que ver.
“Entiendo que se acabara teniendo en cuenta las circunstancias a las que se había llegado. Pero si no hubieran pasado ciertas cosas, no se hubiera acabado (...) Me afectó mucho al ánimo sobre todo porque pensaba que yo había cometido el error de no decir las cosas que tenía que decir antes de tiempo. Soy muy cobarde. Cosa que la gente no sabe” diría María Teresa a Bertín Osborne en una entrega de Mi casa es la tuya.
A partir de ahí, María Teresa continuó haciendo televisión. Colaboró en Sálvame, Lazos de sangre, Hormigas blancas. Tuvo su propio canal de YouTube, e incluso tuvo un último formato, La Campos Móvil, que no volvió a la pequeña pantalla tras su estreno con una entrevista a Isabel Díaz Ayuso. Eran trabajos puntuales o fallidos, y de ahí que casi no permanezcan en nuestra memoria. Sin embargo, todos pensaremos en la madre de Terelu y Carmen Borrego cuando escuchemos eso de “¡qué tiempo tan feliz, que nunca olvidaré, y la canción alegre del ayer!”.