Pasapalabra rompía la pasada semana la pareja compuesta por Fer y Moisés; el gallego no lograba superar la silla azul y abandonaba el programa, a manos de un rival llamado como él, Fernando. Sin embargo, Fernando no duró demasiado en el concurso, y su lugar lo ocupa ahora Óscar Díaz, quien podemos considerar todo un veterano de los programas de cultura general. Como muchos recordarán, fue uno de Los Dispersos de ¡Boom!, participó en Saber y ganar, e incluso, en Pasapalabra en la época que lo presentaba Silvia Jato y en Pasapalabra en familia, en Telecinco.
Su regreso ha sido muy aclamado por los espectadores, pero Óscar no se encuentra en un buen momento. Así se ha sincerado a través de las redes sociales, donde ha querido empezar su texto con una cita de Antonio Muñoz Molina: “Solo vale la pena intentar tareas imposibles”. “Pasapalabra es eso y mucho más: una tarea imposible, un desafío magnífico, la montaña (no la piedra) de Sísifo y, como dije en mi estreno, también una agarradera a la vida”, relata el madrileño.
“Aunque la comparación pueda parecer exagerada y melodramática, además de ofrecer una bienvenida ventana al entretenimiento y la cultura, la rutina que ofrece, tanto a los espectadores que disfrutan del programa como a los concursantes-aspirantes, es un asa a la que aferrarse cuando la vida enreda y todo se tambalea. A veces no hace falta mucho más para conseguir un poco de estabilidad”, continúa diciendo el traductor.
[‘Pasapalabra’ modifica una regla en una de las pruebas más emblemáticas del concurso]
A pesar de su amplia trayectoria en concursos, afirma que “es la primera vez que estudio para asistir a un concurso de televisión y, después de muchos años (y pese al reciclaje continuo que exige una profesión como la mía, traductor), he redescubierto el placer de encontrar, asimilar, entender, aprender…”. Se reconoce como un “recién llegado” si se le compara con otros concursantes que estudian más de un año, “pero intentaré dar guerra”.
A continuación, se sinceró sobre el “momento complicadete” que atraviesa, pues ha empezado en Pasapalabra tras “una megamudanza con resaca y con un lío laboral importante, pero todos los concursantes se ven obligados a hacer malabares para compatibilizar cosas y sobrellevarlo, así que intentaré apañarme mientras dure”. Y finaliza su escrito con unas palabras de cariño hacia Fer, “con cuyas actuaciones he disfrutado una barbaridad” y hacia Moisés, “gran concursante y compañero”.