Jorge Javier no termina de comprender el fracaso de Cuentos Chinos, el programa con el que volvía a la televisión después de meses de baja médica y que fue fulminado por Mediaset España tras sólo 10 emisiones "tras no haber obtenido los resultados esperados". "Jamás se me pasó por la cabeza que el programa pudiera llegar a ser cancelado", reconoce el presentador, curtido en exitosos formatos como Sálvame, GH VIP o Supervivientes. 

El presentador ha optado por sincerarse en su blog de Lecturas, donde transmite el optimismo que tenía en al principio con el proyecto de La Fábrica de la Tele: "Creía sinceramente que podríamos hacernos hueco en una franja muy complicada en la que, además, Telecinco, llevaba muchos años sin apostar". De hecho, Jorge Javier creía firmemente en que "seríamos capaces de conectar de nuevo con el público" y de que Cuentos Chinos se convirtieran en una "alternativa" ante la durísima competencia.

Sobre las audiencias, Jorge Javier admite vivir con "angustia", "desesperación" e "incluso temor" el momento de conocer los datos de audiencia a las ocho de la mañana. Dice que el 12 de septiembre fue un "jarro de agua fría". El catalán "soñaba" con un 13% porque "la cadena está pasando por un momento complicado y había que tener los pies en el suelo". El programa se estrenó con un discreto 9,4%, pero llegó a tocar fondo con un insostenible 5,8%. 

[Telecinco tiene un problema serio en el 'access' (y no es un cuento chino): el 'Última hora' de 'GH VIP' baja hasta el 6,8%]

En sus líneas, el presentador confiesa que al poco tiempo de cogerse la baja en el mes de mayo, los jefes de Telecinco le encargaron el formato. "Desde que me hablaron de Cuentos Chinos hasta que se estrenó el primer programa pasaron unos tres meses. Tiempo durante el cual transité por muchísimos estados de ánimo", escribe. "Me decían que la lucha iba a ser dura pero yo, optimista redomado, siempre contestaba que menos de lo que pensábamos".

Jorge Javier dice que durante todo ese tiempo tuvo un cúmulo de sentimientos. "Han sido meses de incertidumbres, con ratos en los que predominaba la esperanza y otros en los que me invadía la inseguridad". "Me preocupaba cómo iba a encajar que el programa no cumpliera con las expectativas: las mías y las de los demás", admite.

"Cuando vienes de presentar un programa de televisión que ha hecho historia y de conducir los realities más exitosos de este país, la responsabilidad puede llegar a convertirse en tu peor enemigo. A veces es complicado que puedes estar a la altura de lo que los demás esperan de ti. Me duele mucho defraudar a los demás. Me hace sentir muy vulnerable", dice el presentador que recuerda que "hacía quince años que no me quedaba sin programa que presentar".

Efectivamente, ahora se abre un nuevo escenario para Vázquez, en el que ha pasado de copar toda la parilla de Telecinco a no tener presencia alguna... por el momento. Su contrato expira en 2025. "Ahora toca a aprender a enfrentarse a una agenda vacía libre de obligaciones y compromisos. No sé cómo se hace pero me motiva aprender. No se me ha pasado por la cabeza pensar que no me merecía lo que ha pasado ni abocarme al victimismo. No me gusta dar pena porque me parece una falta de respeto a la gente que lo pasa verdaderamente mal", concluye.