La casa de GH VIP recibió el pasado domingo tres aspirantes a concursantes: Yiya, José Antonio Avilés y Naomi Asensi. En pocos días, los tres han protagonizado más tramas y han agitado más el avispero de la convivencia que muchos de los concursantes que entraron en la primera noche del reality. Y este miércoles, en concreto, Yiya, se convirtió en una de las grandes protagonistas por su fuerte carácter.
Todo comenzó con Albert Infante, quien bebe los vientos por su compañero Michael, aunque el italiano ya ha dejado claro que es heterosexual. Lara Álvarez, la encargada de presentar de lunes a miércoles los programas de Última hora quería saber cómo se encontraba, y la artista respondió que siente impotencia. “Por haber caído en un juego, por haberme dejado llevar por quien no tenía que haberme dejado llevar y me da mucha pena cómo ha transcurrido todo”, lamentaba.
Albert apuntaba entonces a Yiya y a José Antonio Avilés de cómo ha actuado; se había dejado llevar después de que ambos asegurasen que entre Michael y Naomi podrían estar surgiendo chispas. Con mucho carácter, Yiya le preguntaba que qué le habían dicho, y Albert le aclaraba el tema de Naomi.
“Nos salpica todo lo que dice esta persona y luego lo niega”, sentenciaba con fuerza Yiya, que apuntaba con crueldad a su compañera. “No quiere a nadie porque no se quiere a sí mismo”, sentenciaba.
La afirmación de Yiya sobre la concursante de Got Talent no sentó nada bien a Laura Bozzo, quien tiene una fuerte afinidad con Albert, y le hizo enfrentarse a la todavía aspirante a concursante. “Yo no voy a permitir eso. Yo te escuche decir lo de Naomi”, decía la presentadora peruana, asegurando que Yiya “no conoce nada” de lo que se está viviendo en la casa. Yiya, por su parte, llamaba “Judas” a Albert, y Laura volvía a defender a su compañera. “¡Tú no tienes ningún derecho de decirle Judas! ¡Tú no eres nadie acá! ¡Tres días tienes y yo te escuché cuando le metieron el tema!”-
“¿Qué me vas a hacer?”, se decían una a otra. Al final, acabaron frente a frente, con los rostros muy pegados, y moviendo las manos muy de cerca, en una actitud que se dibujaba muy violenta. Daba la sensación de que en cualquier momento
La situación llegó a tal punto que Lara Álvarez tuvo que intervenir, y como no le hacían caso, también tuvo que pronunciarse el Súper. “Tomad asiento. No perdamos los papeles, que estamos en un programa”, dijeron a ambas. Más tarde, Laura pasó por el confesionario, y contó a sus compañeros que el Súper le había felicitado por contenerse.