Adriana Abenia es carne de televisión. Todo el mundo la recuerda por su etapa como reportera en Sálvame, pero su desparpajo le ha llevado por todo tipo de aventuras en la pequeña pantalla: fue concursante de ¡Mira quién baila! en La 1; presentadora de Hazte un selfi en Cuatro o, más recientemente, Callejeando en Telemadrid Hasta la hemos visto en varias ocasiones como invitada de Pasapalabra.
Pero la maña de 39 años se guardaba algunos episodios de su vida personal y profesional, que ahora relata en su libro La vida ahora. Y lo hace para "cerrar heridas". En primer lugar, Adriana cuenta que fue víctima de un presunto abuso sexual. Ocurrió en un acto sobre la Casa Real que tuvo que cubrir en Medina del Campo durante su etapa en el programa de La Fábrica de la Tele.
"Para mí fue terrible lo que pasó en ese pueblo. Si se ha liado tan gorda por un beso, imagínate con lo que cuento en el prólogo... es grave", dice en declaraciones para El Confidencial, en alusión al polémico beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. De hecho, al día siguiente, Adriana sufrió un ictus: "Decido callarme porque considero que si desvelo lo que me ha ocurrido nadie va a querer contratarme".
Sobre su salida de Sálvame, dice que tejió una mentira que ha llegado hasta hoy. Adriana siempre ha dicho que se fue del programa de Telecinco porque quería cambiar de registro. Sin embargo, no fue así. Directamente, los responsables del formato la despidieron. Le dijeron que "había agotado mi personaje". Fue entonces cuando la presentadora prefirió guardarse para sí misma el verdadero motivo de su marcha "por agradecimiento" y proteger "a capa y espada" a quienes "me lo habían dado todo".
"Fue una reunión complicada porque no nos lo esperábamos. Fui con mi representante por aquel entonces, José Muro [el mismo de Jorge Javier], y lo que más me dolió fue que no me dejaran despedirme. Yo debía a la audiencia un último día", explica revelando también que mantenía una relación bastante complicada con Raúl Prieto, que por entonces era uno de los directores del programa. "Consideró mi llegada como una imposición y desde el principio no le gusté, pero no pasa nada".
Eso sí, la colaboradora confirma que sí se sintió arropada por Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera en todo momento. Aquella mentira provocó que la productora de Supervivientes no la fichara. "Les defraudé cuando leyeron que me había marchado de Sálvame para no encasillarme. Se creyeron la mentira. De todo se aprende y a mí incluso eso me sirvió", asegura Abenia.
"Sálvame me ha ofrecido los mejores y peores momentos de mi vida, pero hay derrotas que hay que celebrar con todo el alma y nunca más volví a sintonizar Telecinco en esa franja", dice. "Por eso, cuando Sálvame me llamó para despedir y enterrar el programa [el pasado mes de junio], habría sido deshonesto y muy poco leal conmigo misma decir que sí tras ver cómo no me han dado visibilidad en todo este tiempo. Y no sabes lo bien que me sentí cuando colgué el teléfono".