El Hormiguero arrancó su semana con la visita del actor Ricardo Darín, viejo conocido del formato. En esta ocasión ha ido a promocional la obra Escenas de la vida conyugal, de Ingmar Bergman , la cual lleva representando una década. La función, que versa sobre la naturaleza humana, tiene un texto que resulta muy vigente, según destacó Pablo Motos, pero el actor reconoce cómo hay ciertas cosas que se han actualizado.
“Con el tiempo los sentimientos cambiaron mucho, y estamos atentos a eso. El mundo está en movimiento, nosotros estamos evolucionando y estamos aplicando eso a la misma estructura y el mismo texto. No es que ‘amorcillemos’, pero intentamos actualizar algunos términos, porque la obra está viva. Quizá por eso pasamos por lugares que ya estuvimos y la gente nos está esperando con los brazos abiertos”, reconocía el invitado.
Motos y Darín hablaron de cómo Escenas de la vida conyugal es “una comedia que duele”. “Entre risa y risa te viene un perdigonazo. Hay gente a la que le duele, otros se divierten, pero algunos con risita nerviosa. Toca fibras personales, muy íntimas”, destacaba el intérprete argentino. En la obra da vida a un hombre que lleva casado más de 20 años, en una relación en la que “se quieren mucho, aunque tengan obstáculos”. Eso permitió a Pablo y Ricardo hablar sobre el amor.
“Que queramos a alguien no significa que tengamos que atosigar, invadir, conocer los tiempos del otro puede ser útil”, destacaba Darín, que añadía que el rencor “posiblemente sea una de las trampas peores de la vida. No genera nada positivo y al que más daño hace es al rencoroso”.
Otros de los temas de los que charlaron es la fama, y Darín reconoce llevarla bien. “Hay lugares en los que sí soy conocido por el trabajo, tengo esa suerte, y también soy querido. Pero es una cuestión de ser agradecido, entiendo que haya gente que lo lleva mal. Yo sí puedo caminar por la calle, hay gente que lo lleva mal porque se le transformó en tormento”, asegura.
En ese sentido, reconoce que le hace gracia que le digan a él “¡Mira Darín!”, como si él mismo pudiese mirarse. “O algo tragicómico, que es yo sé que te molesta mucho, pero te voy a tener que pedir una foto. Pues no la pidas”. A propósito de esto, Motos le pidió que le contase como él mismo asaltó así a Woody Allen, a pesar de que al cineasta le molesta mucho.
“Sucedió dos veces. Una vez le paré en la calle, lo abracé, la admiración que sentía por él cuando era tan joven Y la segunda vez fue en Nueva York, a propósito de una entrevista. Teníamos una lista de cosas que se podían hacer y qué no. Una cosa es que detesta que le aprieten la mano al saludarle, yo le apreté la mano y le pedí disculpas”.
También hubo cabida para recordar a Diego Armando Maradona, quien le pidió un autógrafo a Darín cuando el futbolista tenía 15 y el actor 18 años. El autógrafo lo pidió para su madre. “Fuimos amigos durante muchos años, pero sufrimos muchos cabildeos. Hoy cumpliría 63 años”, expuso. Otro futbolista al que conoce es a Messi, quien “le salvó” en Barcelona, un día que no había forma de coger un transporte público.
La charla continuó con Ricardo contando su método para “escaquearse” de los seguidores cuando no tiene tiempo para atenderles. Para ello tiene un truco, pero “si lo revelamos no podré usarlo nunca”. Sin embargo, acabó contando cómo una vez le abordaron “Unas señoras muy pitucas, bien vestidas, y se abalanzaron sobre mí, yo estaba muy apremiado y no se me ocurrió mejor idea que decirles: Perdónme, pero me estoy cagando. Y desaparecí del cuadro. Ya no la voy a poder usar más. Me intrigó cómo continuaría la conversación entre ellas”.