Los actores Belén Cuesta y Ricardo Gómez han acudido a El Hormiguero este martes, y casualmente es la segunda vez que lo hacen juntos. En el pasado fueron compañeros en una obra de teatro, y ahora han vuelto a coincidir en la serie El romancero, que se estrena ahora en Amazon Prime Video.
La actriz andaluza pisó el plató presumiendo de barriga, pues está embarazada de siete meses. Espera una niña, y tal como ha contado, ya ha podido verla y es “muy guapa, ya me ha caído bien”. Sobre su gestación, Pablo Motos le ha preguntado si le ha crecido los pies, como sucede por la hormona relaxina. Ella ha respondido que no, pero en caso de que ocurra usará sandalias.
“Es una serie un poco compleja”, contó Ricardo Gómez, ya lanzado a la promoción de esta nueva ficción, de seis episodios de 30 minutos. “Mezcla thriller, terror, drama, es una huida tras unos asesinatos en Almería, y hay unos personajes envueltos. Hay muchas subtramas que no dan para contarlo todo. Es terror andaluz, con el romancero de por medio”, relató. Y Belén Cuesta añadió: “Toca el terror sobrenatural, fantasioso, pero también el terror real, la violencia, con agentes de la ley un tanto salvajes”.
Para prepararse el personaje, Ricardo Gómez tuvo que ganar musculatura. “Llegué hasta donde pude, para lo que soy yo me puse cachas”, reconocía. Para ello siguió una fuerte dieta y tuvo que ir “al gimnasio cada día”, algo que dijo con cierto asco, pues no le gusta. “Estaba pejiguera. Pero le ha servido, porque lo ha hecho muy bien”, apostillaba Cuesta.
El primer día de rodaje, Ricardo tuvo que desnudarse para darse un baño en la playa, y fue complicado por el frío. Tuvo que repetir la secuencia en varias ocasiones, y “con el equipo de vestuario fue con el que me llevé bien, porque venían con unas mantas”. Para él, algo de lo más difícil de su personaje era “poner unas esposas con dignidad. O eres policía o no sabes”. Para comprobar que era así, Pablo Motos le pidió que le pusiese unas, algo que acabó haciendo. “Me has traído a hacer lo que peor se me ha dado”, bromeaba.
En el pasado, Ricardo y Belén trabajaron en la obra El hombre almohada, en la que el director le dio libertad a Gómez para hacer lo que quisiese en el escenario. “Un día que estábamos abrazados decidí morderle la rodilla”, reconoció. “Y yo tenía libertad para responder”, añadió Belén. “La hostia que me dio en la cara todavía hay días que la siento en cama”, recordó con humor el actor al que conocimos como Carlitos Alcántara en Cuéntame cómo pasó.
Fuera de cámaras y teatros, ambos actores tienen mucha complicidad, y en ese sentido, recordaron cómo una vez les echaron de un bingo en Canarias. “Ir de gira con Belén da mucha vergüenza”, afirmaba Gómez. “La gente va al bingo que se lo toma muy en serio. Estábamos de pie, estábamos muy nerviosos”, detallaba Belén Cuesta. “No se puede tener tanto furor en eso de tachar números”, añadía su compañero, que pidió que le devolviesen dos euros de un cartón cuando les hicieron salir del recinto.