Hace unos días, en estas mismas páginas, analizábamos la protección que Telecinco y GH VIP podría tener con uno de sus concursantes, José Antonio Avilés. Y es que él fue el epicentro de la discusión que la noche del miércoles provocó que expulsasen de manera disciplinaria a Alex Caniggia y a Gustavo Guillermo. Al cordobés, sin embargo, no tuvo ninguna sanción.
Está claro que con su incorporación como concursante, Mediaset buscaba agitar el avispero, dar contenidos a la casa, sin pensar en las consecuencias de un personaje como este joven que llegó a la televisión con un título de periodismo inventado. Ha dado la vuelta a todo, ha sacado de quicio a cualquiera que haya podido, y ha logrado, como decimos, que dos de sus compañeros hagan las maletas y se vayan.
El pasado jueves, Avilés salió nominado. Se juega la permanencia contra Michael Terlizzi, Carmen Alcayde y Laura Bozzo, y ahora está pidiendo a la audiencia que le pongan de patitas en la calle. Sin ir más lejos, le dijo a su compañera Naomi que movilizase a sus seguidores que le expulsasen, aunque la antaño participante de La isla de las tentaciones le respondía que no hacía ni falta.
Avilés no gusta al público. En la gala del pasado jueves fue abucheado en plató, aplauden cuando dicen su nombre como candidato para irse, y fuera del programa es, de lejos, el concursante menos querido, si se toma el pulso a los seguidores del formato. Podría parecer, a simple vista, que esa es la razón para querer irse y ninguna más.
Sin embargo, no podemos olvidar que, en teoría, Avilés iba a por todas. Tanto es así que se gastó 12.000 euros del premio final en conseguir salvarse una semana. Así, ha mermado el bote final para aguantar, y ahora quiere irse. ¿Qué sentido puede tener esto? Da la sensación de que Avilés tiene una misión muy concreta, la de dinamitarlo todo y nada más. Hasta sus propios compañeros con los que conviven están pensándolo que eso es así.
Mucha gente tiene esperanza de que el cordobés sea el nuevo expulsado. Y en las propias crónicas de la web de Telecinco, así como en sus programas, están esperando que su salida marque un hito histórico, por encima del dato que obtuvo Nagore Robles en su edición de Gran Hermano de anónimos.
Hay que recordar que la presentadora y colaboradora televisiva obtuvo un 95% de los votos para irse frente a Arturo Requejo. Eso no impidió, sin embargo, que consiguiese una sólida carrera en televisión, primero como comentarista y concursante de otros realities, y más tarde, como presentadora de formatos como Baila conmigo y Pesadilla en El Paraíso.
En cualquier caso, el extraño juego de José Antonio Avilés no está dando grandes frutos en lo referido a audiencias. El programa, el pasado jueves, no consiguió alcanzar la barrera del millón; se conformó con un 12,87% de cuota de pantalla, con 947.000 seguidores de media. Y eso que era el día en el que se iban a conocer las razones de la expulsión de Alex y Gustavo. Las razones, efectivamente, se ofrecieron, pero las imágenes no se emitieron, en una extraña censura de un programa donde, precisamente, la gracia es ver y oír todo lo que ocurre durante la convivencia.