Miguel Lago ha estallado este miércoles como nunca contra la violencia escolar después de que Y ahora, Sonsoles recogiera el caso de una menor de 14 años a la salida del instituto IES Carrús de Elche, Alicante, por parte de varios de sus compañeros.
Sonsoles ha entrevistado a madre de la niña que, "desesperada por encontrar a los culpables", acusa al centro educativo de no poner solución al problema, pues la agresión ha sido el resultado de un año entero lleno de amenazas.
"Quiero que esto se sepa alto y claro. Necesito identificar a los agresores y que paguen lo que han hecho. No quiero una expulsión de una semana. Quiero que se vayan del instituto y que no sea mi hija la que se tenga que ir", decía la mujer entre lágrimas, mientras que el reportero del programa añadía que en el instituto "no se ha dado ningún tipo de explicación" y donde "parece que esto no ha pasado".
"Nunca he estado a favor de que los padres paguen las consecuencias de los hijos, pero la educación viene de casa", ha seguido diciendo totalmente desconsolada. Después de escuchar su testimonio, Miguel Lago ha tomado la palabra para denunciar lo que ocurre en nuestro país, unas palabras que han generado cierta controversia en redes.
"Llevamos una pelea tremenda con la violencia en las escuelas, y yo, ya llega un punto, que lo que quiero es generalizar, a ver si así se forma un poco de escándalo", decía primero para a continuación asegurar con rotundidad: "Es un problema de los colegios, que miran para otro lado. Es un problema del sistema, que los profesores no tienen medio. Es un problema de las casas, que tienen delincuentes y no se enteran, y es un problema de la educación pública, que es vergonzosa".
"Están pegando unas palizas a los chavales que los están matando y no hacemos nada", proseguía mientras el público presente en plató aplaudía. "De un caso a otro todo el día", se resignaba. "Me lo estaba guardando, pero quiero pensar que este flamante Ministerio de Infancia y Educación entiendo que trabajará con esto y hará cositas", aseguraba para acabar diciendo lo siguiente: "Por favor, los colegios españoles no son espacios seguros para nuestros hijos. No lo son y tienen que serlo. Y a los hechos me remito".