Lola Lolita, la mejor creadora de contenidos en redes sociales según la revista Forbes, fue la invitada que recibió El Hormiguero en esta semana marcada por los días festivos. Una joven de 21 años, que demostró que no se muerde la lengua, y que soltó una buena colección de palabras malsonantes en su encuentro.
Al hablar de la edad (cumple 22 el próximo abril), Lola Lolita le preguntó a Pablo Motos por cuántos años tiene él. Al saber que el presentador ya ha soplado las 58 velas, su exclamación fue: “¡Hostias!”. “Creía que eras más joven, porque te cuidas”, aseguró, intentando quitar hierro a su espontáneo comentario. Motos quiso saber si era la primera persona que conocía con tal edad, y ella le dijo: “No, coño. Mis yayos tienen 95”. “Soy como tus yayos”, se resignó Pablo.
El valenciano bromeo sobre qué edad tendría cuando subió su primer vídeo a redes, si era con dos años. “Qué cabrón”, le respondía, añadiendo después que fue a los 13 o 14 años, cuando estaba en el instituto. Un momento que fue complicado porque algunos compañeros se metían con ella. “No recibí un acoso superfuerte. Pero era la típica niña la única del instituto y yo salía con la cabeza agachada porque me decían cosas, pero mis profesores me apoyaban muchísimo”, reconocía.
La invitada empezó a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas, pero abandonó la carrera. “Tenías que elegir si estudiar o forrarte”, bromeaba Pablo, a lo que ella le daba la razón. “Estudiaba en Alicante, me mudé a Madrid, y en Madrid todo pasa más rápido. La gente que vea esto, que estudie blablá”, decía la invitada. “Que yo ya estoy facturando”, añadía Motos. “Me va de puta madre de momento”, sentenciaba Lola.
Motos explicaba que para mucha gente de su generación el suyo es un trabajo raro, y piensan que los influencers viven del cuento. Tras una pausa publicitaria, ella contó cómo todos los días tiene qu grabar. Que a veces hace campañas para marcas, que “es lo más aburrido” porque todo tiene que estar perfecto. Y que luego comparte historias en Instagram, vídeos y demás, que se lo “curra” más. “Ni educo ni nada, yo entretengo”, aclaraba.
En el mundo de los influencers, Lola Lolita se ha encontrado con gente no demasiado buena. “Siempre abría mi corazón, mi casa, a gente que conocía de la nada. Hay gente con doble cara que un día va de buenas y otro te vuelve la cara”, sentenciaba, sin querer más detalles. Además, confirmó que a veces colabora con otras creadoras de contenido porque el beneficio es mutuo, “aunque no me apetezca”.
Maluma, Shakira o Emilia son algunos de los famosos con los que ha grabado colaboraciones. Ahí “siempre es su equipo, la discográfica” quien contacta con ella, para hacer una promoción como la que se puede hacer yendo al propio Hormiguero. “Buscan creadores de contenidos de TikTok, porque TikTok domina la industria musical”, aseguraba.
A Maluma, la primera vez que lo vio fue en una entrega de premios, pero no lo pudo conocer porque se quedó dormida. “Eres bastante cromo”, le deslizaba el presentador, pero ella no entendía a qué se refería. “Una especialista en meter la pata”, le aclaraba el presentador, que le propuso que la próxima vez que fuese Maluma al programa la llamaría para que se quedase dormida.
Tras hablar de cómo conoció a Kendall Jenner en París y el documental que hay sobre ella y su hermana en Prime Video (“es un poco superficial, estaría guay para hacer uno más profundo”, opinaba), Lola Lolita reconoció que no puede estar sin su teléfono porque es su herramienta de trabajo, y si que le vendría muy bien “para la cabeza” desconectar un día entero. Una jornada en la que se dedicaría “a pasear, respirar aire puro, relajarme”.
Motos le preguntó entonces por lo haters, y cómo en cierta ocasión llegó a perder el pelo por el acoso en redes. “Hostia puta, es verdad. Me salieron calvas en el pelo ocho meses. Todo tiene su parte buena y su parte mala, he vivido cosas que no podría vivir, pero hay comentarios negativos que te puedes comer la cabeza”. Los ataques pueden ir hacia su físico, o porque hacen hilos de Twitter, aunque cree que ahora cae mejor que antes porque “antes no me mostraba como era y ni me reía por mi risa escandalosa”.
Uno de los vídeos suyos que se hicieron virales era yendo a una extracción de sangre y lo mal que lo pasó. “No quiero ni verlo, me da vergüenza ajena”, decía. Pero la petición cayó en saco roto, pues el programa acabó poniéndolo. En el tramo final, las hormigas le sometieron a una batería de preguntas, entre las que se encontraba qué es lo primero que haría si fuese un hombre. “Es muy guarro. Hacerse una pajilla”, respondió la invitada.