Carmen Lomana acudió este domingo a La Roca, el programa que presenta Nuria Roca los domingos en laSexta, para hablar del docureality de Isabel Preysler en Disney+. Lo cierto es que la aristócrata no se cortó a la hora de rajar sobre la producción, al igual que lo hizo esta semana en Espejo Público. "Lo he tenido que ver ya por narices", dijo con hastío entre bambalinas mientras la microfonaban.

Lomana no se cortó en catalogar de "plano" y de "perfecto para dormir la siesta" el docureality Isabel Presyler: mi Navidad. Según su criterio, el trabajo no aportar nada nuevo. "Es como si lees el Hola. No cuenta nada de su vida, de sus amores. Ves el jardín, la piscina, los sillones... Al servicio, si le dan el Oscar, me lo creo, porque son los que más salen", aseguró. "Yo creo que son figurantes, no puede ser que tenga a tanta gente si vive ella sola".

Pero los dos detalles que más chirriaron a la empresaria sobre el documental fueron la bata y el desayuno. "Me parecieron horrorosos", dijo. "La bata hacía juego con las cortinas y el desayuno era depresivo. Todo vasos de agua, una bandeja muy fea. Eso es un desayuno laxante, ni un croissant, nada. Si necesita laxante que se tome papaya por la noche", comentó.

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En tono sarcástico, Carmen Lomana dijo que Isabel la tenía que "adorar" porque le estaba haciendo publicidad "pero el documental es un aburrimiento, lo único que dice es que quiere estar sola, porque le gusta estar sola".

No es la primera vez que la colaboradora habla mal de la madre de Tamara Falcó. Ya lo hizo en el programa Fiesta de Telecinco, cuando criticó sus operaciones estéticas. Pese a ello, Carmen reconoció que jamás le había pasado nada con ella. "Juego mucho con el humor pero nunca ha habido ninguna rencilla", afirmó. "Soy de las primeras personas en este país que la conocí. Somos de la misma quinta, le llevo seis meses".

Y aunque Lomana insistió en que Isabel Preysler está "en las antípodas de lo que soy yo", dijo a modo de elogio que se trata de una mujer "con su estilo y bien" y que su casa es "preciosa". "Lo que me da rabia es que haya gente, de sus palmeras, que digan que le tengo envidia. Somos completamente distintas", aseguró.