Muy bien de energía, con un nueve y medio sobre diez, con 200 por hora de ilusión, y con la salud muy bien, con todo controlado. Así decía Raphael sentirse este lunes, en su visita a El Hormiguero. El artista andaluz ha reeditado su disco Victoria Tour Edition, y acudió al programa de Antena 3 para promocionarlo. “Es todo el repertorio que yo canto en la gira. Está muy bien para la gente más joven, para que pueda oír a un Raphael de ahora con las canciones de antes. Es el repertorio que estoy usando este año, en la gira que acaba en Zaragoza el viernes, y descanso hasta últimos de febrero que voy a América, y vuelvo a España”, relataba el intérprete.

A pesar de tener 80 años, sigue en activo y con la agenda repleta de conciertos. “Es la profesión que más me gusta y siempre voy a estar ahí”, aseguraba. En la actualidad, sus recitales duran unas dos horas, y por ello, Pablo Motos bromeó que la medalla al Trabajo ya la tendría.

Este nuevo disco, Pablo aseguró que sería un buen regalo de Navidad, y en ese sentido, Raphael reconoció que es bueno regalando, que regala lo que le piden, que es una persona espléndida. Y que, como el presentador, a veces optaba por regalar un sobre con dinero, porquea veces regalas cosas que para qué sirven”. Hacerle un regalo a él resulta también fácil, porque “no le digo que no a casi nada, me pueden regalar casi cualquier cosa”. Una buena opción sería una botella de aceite, de su tierra, Linares, Jaén.

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Raphael lleva prácticamente toda su vida cantando, pues empezó a los cuatro, en el coro del colegio. “Mi hermano dijo al profesor que tenía un hermano que cantaba muy bien. Empecé con la voz aguda durante seis años. He cantado toda mi vida, cuando empecé a cumplir años quería ser actor, pero nadie me llamaba para ser actor”, reconocía el invitado. Cuando se hizo conocido por todos que cantaba bien, “me examiné, con un jurado, en un teatro” y así logró el carnet de artista de teatro circo y variedades. “Quien no tenía eso no podía trabajar, no era profesional, ahora lo tienen muy fácil, todo el mundo que quiera, pueda y lo contraten”, se sinceraba.

Pablo le recordó, sin embargo, que sí que había hecho trabajos como actor, pero el de Jaén le corregía que hizo cine después de hacerse conocido cantando. Algunas de sus películas tuvieron éxito incluso en la Unión Soviética, de donde guarda unos recuerdos impresionantes.

La charla continuó con Raphael hablando de cómo se cuida la voz, y que para mantener su pelo, sencillamente, se lo lava cada dos días. “Tampoco tengo muchas arrugas, hay naturalezas y naturalezas”, sentenciaba el invitado.

En sus conciertos hay temas que no pueden faltar, aunque a veces puede acabar harto de algunos de ellos. “Llega un momento que hay canciones que necesito quitarlas, las quito y descanso un poquito, las extraño y las vuelto a poner”, reconocía. “Mi gran noche, por ejemplo, fue un éxito grande al principio, luego va ocupando un sitio en tu repertorio, pero de pronto un día salta la liebre y la canta en una discoteca empieza el lío y se convierte de las más escuchadas. Y eso es el público el que lo hace, es soberano en esas cosas. Por mucha promoción que hagas, si el público no quiere, se acabó y punto y no te tiene que dar explicaciones”, añadía. “A mí la naturaleza me ha hecho cantar así y pasa el tiempo que pasa para todos y mi voz está ahí. La cuido todos los días, si no la oigo me pongo nervioso, digo, ¿se acabó ya?”, decía también Raphael, que aseguró que el mejor consejo para cuidar la voz es no beber, no fumar y no trasnochar.