Esta noche, Equipo de investigación se adentra en el universo que rodea al sorteo de la Lotería de Navidad, que tuvo lugar esta mañana. Hablarán, entre otras cuestiones, de cuántos décimos compran los españoles, cuántos se comparten, cómo las asociaciones culturales realizan participaciones, y así, otras cuestiones.
Una de las personas que aparecen en el reportaje es Victoria Braojos, conocida como la bruja de Tomelloso. Ante las cámaras del programa, realiza un ritual supuestamente mágico para atraer la suerte, y utiliza un décimo que, finalmente, ha resultado ser del 88.008, el gordo de este 2023. Hay que destacar que no es que la Victoria hubiese adivinado el número, sino que hizo un trabajo de suerte sobre un número que ha llegado a ser el del gordo.
En Y ahora, Sonsoles, han hecho este pequeño spoiler de Equipo de investigación, y han acudido hasta la administración La bruja de la suerte, de Alcázar de San Juan, donde se llevó a cabo el ritual. Un negocio que se eligió pues nunca había dado un premio, y se quería atraer la fortuna hasta él, algo que se ha logrado, pero a medias. Y es que ese décimo no acabó vendiéndose en la administración y fue devuelto.
“Lo están entendiendo, ¿no? La bruja Victoria predice el el gordo de la lotería, pero nadie lo compra”, resumía Sonsoles Ónega, y Miguel Lago bromeaba conque cómo era posible que no se lo creyese la gente. El reportero Fran Almansa charló con José Luis, el lotero, que fue quien contrató a la bruja. “Nos informamos sobre Victoria y decidimos contratar sus servicios, porque viendo el proceso que seguía ella y la repercusión que tenía en la administración que iba, pues dijimos por qué no probar”, destacaba el vendedor. “A mí me dicen que elija un décimo para ponerlo en el altar. Siempre tiene que haber una representación simbólica de lo que tenemos que hacer entonces, yo decidí coger los ochos, porque el 8 es el número del infinito, es el número que llega a todo el mundo”, destacaba Victoria, por su parte. “No es la primera vez que lo hago, de hecho, en el 2010 otro programa estuvo cuando hicimos este mismo proceso en Alcorcón y también dimos el gordo de la Navidad”, añadía.
Sus presuntos dotes mágicos para atraer la suerte fueron puestos en duda por los presentes, pues no entendían cómo no se quedó el décimo del ritual para sí misma. Ella, sin embargo, explicó que en el pueblo de al lado han vendido diez décimos, y quién sabe si ella es una de las que lo compró. Por su parte, el lotero, contó cómo no sabía qué décimo era el que se usó para el ritual. “Ella directamente lo eligió, hizo el ritual, lo puso boca abajo y nosotros no podíamos saber el número que era, el ritual era así. Si yo quiero vender más lotería cojo y le digo: escoge un número completo que tengo aquí, lo pones ahí y vendo el número completo”, se justificaba.