Como cada noche, en First Dates se volvía a buscar el amor. Entre las muchas parejas que intentaron que surgiese la chispa, estuvo una que provocó sorpresa. Esther, una mujer prejubilada de 59 años y procedente de Barcelona, acudía al dating show con la esperanza de redescubrir el amor. Esther buscaba a un hombre “más alto” que ella y sea “honesto, educado y que no sea grosero”. Lo que nadie esperaba es que confesara el largo tiempo que llevaba sin tener relaciones sexuales.
El programa le presentó a Jesús, un jubilado de 59 años y también procedente de Barcelona. “Hablo con todo el mundo. Ya en el tren, me puse a charlar con todo el vagón. No sé cómo me las monto”, dijo a cámara, antes de reconocer que estuvo a punto de ir al programa, porque casi se “liga a la azafata” de una cafetería en la que estaba haciendo tiempo. “Por poco no vengo y me quedo con ella”, dijo entre risas.
Parece que el jubilado se mostraba satisfecho de acudir a su cita, dado que no dudó en alabar la belleza de Esther. “¡Olé! ¡Esta es para mí!”, dijo al equipo del programa con una sonrisa. A Jesús le gustó tanto Esther, que no dudó en proponer pasar de la cena e ir rápidamente a la cama. “¡Vámonos ya!”, dijo. Esther, perpleja, le compartió a Carlos Sobera que su cita no deseaba cenar. “Porque la he visto tan guapa y tan bonita”, dijo en el mismo tono de humor.
Sobera le invitó a Jesús a que disfrutasen de la cena y se conociesen más a fondo. Embelesado por Esther, aceptó sin dudarlo. Y es que el jubilado es muy fogoso, algo que no dudó en reconocerlo a las cámaras del equipo. “Yo me follo a todo lo que se menea. Yo soy Nacho Vidal”, dijo entre risas. A pesar de presumir de tener alta la libido, sí que le confesó a Esther que estaba buscando algo más serio. “Estoy un poco harto de ‘aquí te pillo, aquí te mato’. Estoy cansado de ello”, dijo.
Esther le quiso recordar su edad y Jesús no dudó en decirle que aparentaba menos. “¡Estás tremenda!”, le dijo sin tapujos. El jubilado continuó galanteando a la barcelonesa, quien aceptaba cada piropo con mucho gusto. Ahora bien, la fogosidad de Jesús fue respondida de forma muy curiosa por Esther. La prejubilada confesaba a cámara que, aunque le apetece mucho ver el cuerpo de su cita, “no será hasta la tercera cita”.
Jesús no dudaba en seguir presumiendo de su fogosidad, provocando risas en Esther. “Toda la que viene conmigo después repite”, dijo a cámara. Un comentario que le gustó a la barcelonesa fue que el jubilado reconoció que “hay que trabajarse” el que la otra persona disfrute en el sexo. “Hay que busca el punto G”. “Sí, la de veces que me he encontrado a tíos a los que le daba igual”, le contaba en confidencia.
A las cámaras, Esther reconocía que llevaba “ocho años sin tener relaciones sexuales”. “Primero, porque no encontraba a hombres que satisficieran bien. Después, como no encontraba hombres que me aportasen algo en el sexo, me pregunté: para qué”, admitía de forma honesta. “Soy una persona muy morbosa”, dijo Jesús, reconociendo que, por su edad, prefería calidad a cantidad.
Tal era el desparpajo y la honestidad de su cita, que Esther se mantuvo más que interesada en romper su sequía en el sexo. “Puede que con Jesús, me quite las telarañas”, confesaba al equipo. Dado lo bien que fluía la cita, a la hora de la decisión final, ambos no dudaron en decir que iban a darse una segunda cita. “¡Sí me ha dicho que lo mejor está por llegar!”, dijo Esther entre risas, terminando ambos dándose un beso en los labios.