Este martes, artistas de la talla de Carla Bruni y Victoria Abril figuran en una carta de apoyo al actor Gérald Depardieu, acusado de violación y agresiones sexuales por varias mujeres. Esta manifestación pública de aliento al que fuese protagonista de Astérix y Obélix: Misión Cleopatra ha provocado una fuerte indignación en el feminismo francés, y que ha acabado provocando en el señalamiento de la propia Victoria Abril.
La actriz Lucie Lucas, con quien compartió años de rodaje en la serie Clem, ha aprovechado la denuncia de Charlotte Arnould, denunciante de Depardieu, para atacar a la chica Almodóvar. Así, en las redes sociales ha asegurado que en 15 años que lleva trabajando como actriz “he estado protegiendo a una buena parte de estos boomers degenerados al no decir en una entrevista todo el daño que hacen a otros en un set. He estado eternamente respondiendo a los periodistas que todo salió muy bien, que todos son tan lindos y encantadores...¡mientras que a menudo es totalmente falso! ¿Cuántos comportamientos inaceptables he callado?”, comenzaba diciendo.
Y añadía. “Tengo mucho que decir sobre algunas personas de esta encantadora lista. ¡Hola, Victoria...! ¿Quieres que hablemos de tus numerosas agresiones, incluyendo a agresiones sexuales, hacia tus compañeros? Ahora que lo pienso, no me sorprende que has firmado esa tribuna… Tú también te asustas y tienes razón. Ya basta de locuras”, finaliza la intérprete en su publicación.
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Estas palabras tienen un peso especial si recordamos cómo en el año 2018, en una conferencia en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara criticó a las “feministas radicales”. A su juicio, cometían “excesos” y serían las culpables de “hundimiento del movimiento” #MeToo, algo el cual, precisamente, tiene como objetivo la denuncia de los abusos sexuales, especialmente, en la industria del espectáculo. “No saben o no quieren distinguir entre la violación, que es un crimen, el acoso, que es un delito condenado por la ley, y la zona gris”, que definió Abril como "simples comportamientos inapropiados”, dijo entonces. Además, aseguraba que el movimiento era necesario, pero que “penaliza a las verdaderas víctimas e incluso criminaliza la seducción y el deseo”.
Esta polémica se suma a una más de las tantas que Victoria Abril ha cosechado a lo largo de toda su trayectoria. Es más, ni siquiera es la primera que protagoniza relacionada con el universo de Clem, en la que empezó a trabajar en 2010. En 2018, la ficción prescindió de su personaje, a pesar de tener importancia en la trama (era la madre de la joven que da nombre a la serie, y a la que interpretaba Lucie Lucas). En sus redes sociales, Abril aseguró que echaría de menos a los seguidores de la ficción, y dio gracias a “todos y a todas por haberme comprendido y apoyado, episodio tras episodio, durante estas ocho inolvidables temporadas… De verdad, gracias. Hasta pronto con nuevas aventuras. Claro que sí. Besos”.
Entonces, ya se apuntó que esa salida tenía un trasfondo, no era simplemente que su personaje se hubiese agotado, como aseguraba el productor de Clem Rose Brandford-Griffith en medios franceses, quizá, desavenencias de la española con parte del equipo. Ella, por su parte, se limitaba a decir que no se iba por su propia voluntad.
De sus últimos años, todavía se recuerda cómo Victoria se puso en el disparadero en 2021. La que fuese azafata de Un, dos, tres, responda otra vez fue reconocida con el premio Feroz de Honor de ese año, y aprovechó su participación en el evento para agitar el avispero con controvertidas declaraciones sobre la pandemia del coronavirus y las restricciones y obligaciones. Tanto es así que se quitó la mascarilla en plena rueda de prensa, mientras hablaba de “coronacirco”. “Ya hay más muertos con vacuna que sin ella” o "están testando directamente en seres humanos como cobayas” son algunas de las perlas que regaló.
Y es que no hay títere que Victoria haya dejado con cabeza en su amplia trayectoria, incluidos aquellos con los que ha trabajado. Aseguró haberse aburrido “más que toda su vida” en el rodaje de Jimmy Hollywood, de Barry Levinson, y que la meca del cine “le da acidez”. Y sin olvidar cómo en su día también cargó contra Pedro Almodóvar, quien le dirigió en Átame, Kika o Tacones Lejanos. “Aranda se ha muerto. Agustín Díaz Llanes ya no rueda y Pedro Almodóvar no se ha muerto, pero yo para él, sí”, afirmaba en 2018, tras el estreno de Julieta, película cuyo papel principal consideraba que era perfecto para ella. También dijo que el manchego no trabaja con actrices de más de 40 años. Y de Penélope Cruz, cuando recibió el César de Honor, diría que es “un poquito joven” para el premio, y que a ella ese tipo de reconocimientos le parecen “el principio del fin y creo que yo todavía voy a dar por el culo muchos años”.
Además de actriz, Victoria es cantante, y en la música también ha tenido controversias. En 2005 publicó un disco de clásicos de la bossa nova y, coincidiendo con el lanzamiento del álbum, habló de la “poca cultura musical” de los españoles. Por otro disco, la actriz tuvo que ir a juicio; contrató al productor Miguel Ángel Arenas, Capi, para la grabación de un trabajo que nunca vio la luz, y se negó a pagar su trabajo y el de los músicos y demás trabajadores implicados. La justicia le hizo pagar, finalmente, 63.638,80 euros.
Hablando de esa “poca cultura musical” de los españoles, su relación con España también ha sido de tiras y aflojas. Aunque no duda en trabajar en programas como MasterChef de la televisión pública, ha deslizado durante años que “en España me siento olvidada” o que “en España pasan mucho de mí”. Un olvido como el que pudo tener ella en los premios Goya de 2016, cuando acudió sin acreditación, y los encargados de la seguridad no le permitieron pasar. “Me sentí huérfana de mi país, huérfana de amigos, huérfana de todo”, diría al respecto a Vanity Fair.
En ocasiones, la intérprete ha tenido sus más y sus menos con la prensa, pero a pesar de ello, cree que la imagen que tiene de borde es totalmente inmerecida. Y en ese sentido, aseguró también a Vanity Fair: “Todo empezó un día que me enfadé con un tipo que me perseguía por la calle con mis niños, en una época en la que pedía un poco de respeto y no me lo daban. (…) Se ha creado a mi alrededor una reputación injusta y yo no estoy en España con mi gracia natural para defenderme. Dejad de decir que soy insoportable porque no es verdad. Soy encantadora. Simpatiquísima. Y una profesional”.