Los jóvenes Naia y Alejandro han acudido a conocerse a First Dates en este último miércoles del año. Dos chicos que, aparentemente, podrían encajar por la estética que tienen, y porque se muestran bastante abiertos a la hora de conversar. Tras conocerse en la barra, como es habitual en el formato que presenta Carlos Sobera, ambos se sentaron en la mesa, y comenzaron a charlar. Ahí, Naia quiso saber la edad de su acompañante.
“21 años, y voy a cuarto de carrera. Me apasiona el arte, pero no solo las artes plásticas. También me gusta mucho la música, y voy a cualquier exposición”, decía Alejandro. Nadia se interesó entonces por qué tipo de música es la que solía escuchar, y él respondió que “la música de Katmandú, los temazos de Katmandú. Del país. ¿Es un país, no?”, decía el joven, que reconocía haberse metido en un jardín.
En el confesionario, llegó a decir que estaba en África, pero como tenía dudas, pedía que no le “cancelasen” por su error. Y es que ignoraba que Katmandú es la capital de Nepal, país ubicado en África. “¡No me hagas esto!”, parecía pedirle a su redactor, entre risas.
Alejandro también contó que le gusta la música rock, pero se abre a otros géneros como el pop trance, el techno y mencionó a Joe Crepúsculo como uno de sus referentes. Incluso se animó a tararear su tema ‘Mi fábrica de baile’, y ella quiso saber si canta. Ahí reconoció su cita que tiene un grupo de música, llamado Caramelorraro. Ella, por un momento, llegó a visualizarse en uno de sus conciertos.
Naia, por su parte, le explicó a Alejandro que su personalidad es “muy Hannah Montana, yo baso mi personalidad en sentirme Hannah Montana”. Ahí Alejandro se perdía, pues él solo sabía que ese personaje lo “interpretó Miley Cyrus en una serie, que tenía una doble personalidad, y pues que era una cantante muy buena, porque si ha triunfado es que será buena, digo yo”. La chica además reconoció que le encanta el cine de los Estudios Ghibli, y Alejandro le dijo que es otaku. “Pero me ducho”, le aclaraba ella. A la hora de decidir si volverían a tener una cita, los dos tuvieron claro que habían estado cómodos, pero que les faltaba algo para seguir conociéndose como pareja.