Robert y Alba, Álvaro y Andrea, Niko y Ruth, María y David y Ana y Borja han arrancado su aventura en La Isla de las Tentaciones este martes en Telecinco. Y es que el reality ha estrenado esta noche lo que es su séptima temporada, y, como es habitual, los primeros minutos se les ha dedicado a que cada pareja se presente ante la cámara, detallando el tiempo que llevan juntos y qué esperan de esta aventura.

Como es habitual, todos afirman confiar en su pareja, esperan que no vaya a suceder nada malo, y que cuando la aventura acabe sus lazos estén más fuertes que nunca. Sin embargo, como ya dejan ver los adelantos, no será oro todo lo que, en estos primeros momentos, reluce.

“Bienvenidos a La Isla de las Tentaciones. El paraíso abre de nuevo sus puertas para brindaros la experiencia más importante de vuestras vidas. Estaréis más cerca que nunca de la tentación. Solo mirándola cara a cara conseguiréis responder si estáis con la persona correcta o no”, afirmaba Sandra Barneda en su primer encuentro con los participantes.

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La primera persona a la que Sandra tomó el pulso fue a Andrea, que reconoció estar “cagada. No sé dónde me estoy metiendo”, reconocía la malagueña, de 18 años. “No me hago la idea de despertar y no verlo al ladito mío”, reconocía. Al ser preguntada, se sinceraba en cómo confía en él “un 85%”, y espera que esa cifra suba; él ya le ha fallado hasta en tres ocasiones, tal como contó en su presentación. “Que vea que puedo hablar con otras chicas sin necesidad de que pase nada”, era el deseo de Álvaro, por su parte.

La presentadora continuó hablando con Ana, quien confía en Borja, su chico, con el que lleva más de tres años. “Pero falta ese porcentaje para llegar al 100%”, aseguraba, aclarando que si bien no le ha fallado, algunas cosas que han pasado sí que le han decepcionado.

Y así llegó el turno a María, quien conoce muy bien el formato; ella fue soltera en la temporada anterior, y acabó enamorándose de David, que acudió con novia. Lo que tengo con David no lo tengo nunca en mi vida, es revivirlo en una posición diferente y sé que voy a sufrir muchísimo”, aseguraba María, que comenzaba a llorar ante esta confesión, siendo así la primera concursante de la temporada en romper en lágrimas. “Tengo más miedo que la otra vez, te voy a ser sincero. Confío en María, pero se enamoró de mí aquí y tengo miedo de que le pase algo parecido”, se sinceraba por su parte David a Sandra Barneda.