La 38ª edición de los Premios Goya ha dejado varios momentazos. Con una velada más reivindicativa que la del año pasado, como el épico zasca de Pedro Almodóvar a Juan García-Gallardo tras haber tildado a los productores de cine como “señoritos”. Pero no fue el único discurso que provocó el aplauso del público. Entre los primeros discursos que tocaron la fibra sensible estuvo el de Rigoberta Bandini. La cantante y actriz de doblaje dedicó su premio al colectivo LGBT.
Bandini lograba el Goya a la mejor canción original por su tema Yo sólo quiero amor, de la película Te estoy amando locamente. La artista barcelonesa, cuya popularidad vino impulsada por su participación en la primera edición del Benidorm Fest (donde quedó en segunda posición por su ya emblemático Ay, mamá), accedió a componer su primer tema para una película, algo que no había hecho hasta el momento y con el que sigue los pasos de otros artistas como Pablo Alborán, Joaquín Sabina, Leiva o Rozalén, cantantes que triunfaron en este galardón previamente.
Por ello, la cantante no perdió oportunidad de dedicar el premio a la comunidad LGBT. En la línea reivindicativa de la ópera prima de Alejandro Marín, que narra las primeras manifestaciones de grupos LGBT en la Sevilla de 1977, Bandini quiso recordar la importancia de la defensa de los derechos del colectivo.
“Muchas gracias a todos. Se lo quiero dedicar a todos mis amigos y amigas, a mi familia, y a todo el colectivo. A todas les han llamado bolleras o maricones en el patio del cole, y todas han tenido que esconder su manera de ser por encajar. Nunca más vulnerarán nuestros derechos”, dijo la artista también conocida como Paula Ribó, provocando el aplauso unánime de los asistentes a la gala.
No fue el único discurso de apoyo al colectivo LGBT. Estíbaliz Urresola quiso enfocarse en la infancia y adolescencia trans, dada la temática de su ópera prima, 20.000 especies de abeja. Tras ganar el galardón al mejor guion original, la realizadora dio muestras de apoyo al colectivo. De la misma forma que Ane Gabarain cuando fue a recoger el ‘Cabezón’ a la mejor actriz de reparto.
Gabarain ha reconocido que haber participado en esta producción le ha hecho ser “mejor actriz y mejor persona”, en clara referencia a la temática del film, en el que una niña de 8 años se reivindica como trans. La intérprete donostiarra agradecía también que esta producción le ha permitido acercarse “a las personas trans y a este colectivo”. “¡Viva la diversidad!”, comentó muy emocionada. Un galardón que tuvo un momento de lo más entrañable, dado que se lo daba la propia Sofía Otero, la menor que tuvo que meterse en la piel de la protagonista de la cinta.