Este martes se estrena en laSexta la nueva temporada de El camino a casa, el programa de Albert Espinosa en el que recorre el camino que una serie de personajes populares realizaban desde la escuela hasta su hogar. El primer invitado es Máximo Huerta, y los dos acudieron a promocionar este espacio a El Hormiguero.

Espinosa asegura que el espacio “sigue siendo igual que la primera temporada, el camino real del colegio a casa, para que los invitados rompan a reír, que rompan a llorar. Todo el mundo decía no lloraré, hasta Bustamante, y han llorado todos”, avanzaba el escritor, que en esta ocasión ha charlado con Máximo, David Bustamante, Norma Duval, Alaska, Roberto Leal y El Cordobés.

En ese sentido, Máximo Huerta reconocía: “reí, lloré, lloré, me dije sé fuerte, pero no fui fuerte. Me deshice, de emociones y sentimientos. Era como volver a Buñol de nuevo a los 7 años. Albert no te pincha, no fuerza, él observa, te pellizca y tú entras en barrera”, decía sobre su acompañante.

Uno de los momentos más emotivos que destacaron de la entrega es en la que Máximo Huerta recuerda el olor de su padre y se derrumba. “Hay un olor que lleva a la infancia, y cuando lo encuentran, les toca”, avanzaba Espinosa, que reconoció que en su caso es el de la mandarina en las manos.

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A lo largo de la entrevista con Pablo Motos, Máximo Huerta reconocía que su padre le daba mucho miedo. “Cuando oíamos las llaves nos poníamos firmes mi madre y yo. Nos levantábamos porque había que dejar el trono, esa intimidad bonita entre madre e hijo se rompía”, relataba. En concreto, mencionó que le daba miedo el sonido de su llegada, el de las llaves, y el del zapato con plataforma que llegaba. “Mi padre era cojo, llevaba un zapato más alto que el otro y ya avanzaba lo que iba a pasar, dependiendo de la velocidad. Yo me he agarrado las llave las cogía antes de tiempo, para que no hagan ruido”, revelaba.

Además, Huerta explicaba que a veces no salía para no dejar a su madre sola. “Si me quedaba dentro era una especie de vigilancia, eso era el seguro de vida. A los recreativos, donde iban otros a divertirse, decía que no. Habrá gente que lo entienda ahora mismo viendo la tele, era el seguro de vida”, explicaba con emoción. En ese sentido, descubrió que igual por eso, de adulto, nunca le ha gustado en exceso el salir.

Tras repasar varias imágenes de El camino a casa, Máximo Huerta sacaba pecho porque gracias al niño que fue es el hombre que es en la actualidad. “Y fuiste ministro una semana...” bromeaba Pablo Motos. “¿Y tú, cuántas?”, le deslizaba le invitado. Pablo Motos, en lugar de responder, añadía que Huerta también es “un escritor estupendo”.