Si por algo se ha catalogado Fiesta desde sus inicios es por buscar un tono equilibrado en los debates y discusiones, tocando temas tanto de sociedad y sucesos como de corazón con la profesionalidad propia de Emma García. La presentadora de Ordizia se ha visto obligada poner orden a los colaboradores habituales del magacín vespertino tras una serie de ataques verbales que hubo entre el paparazzi Sergio Garrido, los periodistas Sergio Pérez e Iván Reboso y la tertuliana Alejandra Rubio.
Uno de los temas de esta semana ha sido la portada que han protagonizado Alejandra Rubio y Carlo Constanzia. La hija de Terelu Campos y el hijo de Mar Flores fueron fotografiados por la revista Semana besándose en un lugar público. La nieta de María Teresa Campos ha ido reconociendo poco a poco que ella y el modelo están conociéndose. Tras hablar de ello en Así es la vida, ha sido en Fiesta donde ha dado más detalles.
Sin embargo, en el magacín de Unicorn, la joven tuvo que enfrentarse a duras acusaciones de montaje por parte de Sergio Garrido. El paparazzi quiso analizar en el plató las fotos y buscó demostrar que se trataba de unas instantáneas pactadas por el hijo de Mar Flores. El propio colaborador se acercó al centro comercial donde fueron pillados los jóvenes. Unas duras acusaciones que provocaron tanto el enfado de Alejandra Rubio como que dos de los tertulianos del magacín saliesen en su defensa.
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Sergio Pérez e Iván Reboso acusaron al exconcursante de Supervivientes que buscar sacar provecho de la exclusiva. Unas declaraciones que provocaron que el fotógrafo se levantase de su asiento y comenzase a dirigirse a los colaboradores de forma amenazadora. Por supuesto, ni Pérez ni Reboso se sintieron intimidados por su actitud, provocando que comenzasen también a levantarse.
Una discusión que subió demasiado en volumen y que desató el caos en el plató, con una Alejandra Rubio visiblemente dolida. Tal era el alboroto, que la propia Emma García tuvo que imponer orden. La conductora primero pidió que cesasen los gritos y las faltas de respeto, para después exigir al paparazzi que volviese a su asiento. Sin embargo, Garrido no hizo caso a las órdenes y continuó con su trifulca con los colaboradores que defendieron a Rubio.
Harta, García tuvo que levantarse y ordenarle directamente, cara a cara, a Garrido que se sentase. Sólo fue en ese momento cuando el paparazzi volvió a su asiento, aunque inicialmente vaciló. “¿Podemos saber dónde estamos? Estamos en un plató. ¿Podemos hablar con educación?”, preguntó la presentadora, aunque con un claro tono de imposición, con el que logró que, al menos, todos los tertulianos estuvieran en sus asientos.
“Por favor, ¡qué vergüenza! Le estamos diciendo a Alejandra Rubio que trate esto con naturalidad y parece que estamos tratando un crimen”, añadió, apoyando también así a la hija de Terelu Campos. La presentadora quiso seguir con la escaleta del programa, pero el paparazzi continuaba buscando imponer su argumentario. Ya completamente harta, García tuvo que lanzar un improperio para que se callara: “¿Me quieres dejar hablar, coño?”