Este último viernes del mes de febrero, en First Dates, el programa de citas de Cuatro, Ana, de 65 años, ha ido a encontrar el amor. Es una mujer divorciada, que vive en Baleares, y que tiene ganas de conocer a una persona con ganas de convivir con ella, pues está cansada de vivir en solitario. “Me gusta tener un compañero de vida, una persona para siempre”, explicaba ante la cámara. Se ha casado dos veces, y tuvo otra relación de “idas y vueltas”, y desde hace dos años está sola. “Un hombre hablador, fiel, atento, y que le guste salir, como a mí”, pedía.
El programa eligió para ella a Francisco, de 67 años, un taxista que tenía en común con ella el estado civil, la residencia y las ganas de vivir con su media naranja. “Llevo muchos años, y la soledad es un poco triste, cuando te metes en la casa a las ocho de la tarde y no tienes con quién hablar”, explicaba.
Cuando Ana vio a Francisco entrar por la puerta del restaurante sonrió, aunque luego admitiría que no era su prototipo de hombre. Y a él también le gustó su acompañante, a quien veía “más atractiva que guapa”. A medida que iban cenando descubrían que tenían muchas cosas en común.
Como tantos otros comensales del formato producido por Warner, Ana y Francisco jugaron a un rasca de preguntas íntimas. “¿En qué fallas como pareja?”, preguntaba la tarjeta. Y ahí Francisco fue muy sincero. “Yo fallé, porque me volví un poquito demasiado fiesta y abandoné un poco el hogar. Los vicios de cartas, de juego… Pero aprendí de mis malos errores”, le reconocía a su acompañante. En concreto, la relación de la que hablaba era su matrimonio, que terminó hace 22 años.
Esto no gustó nada a Ana, quien a pesar de pedir un hombre al que le guste salir, le reconoció al taxista en la decisión final que no le echaba para atrás su historia de salir de fiesta más de la cuenta. Por eso, prefirió no tener una segunda cita con él.
Hay que destacar que los flechazos no han estado demasiado presentes en la entrega de este 23 de febrero, pues ha habido más calabazas que intención de repetir el encuentro. Tan solo la cita que tuvo Marco Antonio con Laura terminó con los dos solteros dispuestos a volver a verse, ya sin las cámaras delante. Entre ellos sí ha habido complicidad, tanta, como para que cuando en el rasca salió la pregunta de por qué cree que está soltero, Marco Antonio le respondiese a Laura : “A lo mejor porque no te conocía”.