Nuria Marín está en un buen momento. A pesar de haber dicho adiós a Socialité y a Sálvame en menos de síes meses, a la periodista catalana se le están presentando grandes nuevas oportunidades. Por una parte, acaba de comenzar a presentar un programa en TV3 y, por otra, acaba de lanzar su primera novela, Soy Afrodita. "Es como las relaciones, rompes una relación, pero puedes iniciar otras. Ha sido muy orgánico", explica a BLUPER.
Curiosamente esa novela le llevaba este pasado fin de semana a volver a aparecer en el que era su programa. “¡Qué fuerte cómo es la vida y cómo te va colocando en diferentes sitios! De todo esto, se puede hacer un aprendizaje maravilloso de todas las oportunidades que van surgiendo”, le comentaba a María Verdoy, quien fuera su compañera en Cazamariposas.
Y es que precisamente en aquel programa, para despedirse, Marín dijo algo que se ha ido cumpliendo con los años. "Allá donde miréis, estará Cazamariposas". Y así es. Porque es fácil ver aquella escuela no solo en Socialité sino en programas como Mañaneros, Espejo Público o Fiesta.
- Entiendo que la novela te la ofrecieron antes de todo lo que pasó en Mediaset....
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La propuesta de la novela llegó en febrero de 2023. Entonces, todavía no había pasado nada de lo que pasó después. Sí que es verdad que el periodo más intenso de escritura sí que coincide con el final de Sálvame. Y ahí sí que utilizo la novela como refugio absoluto para escapar mentalmente de todo lo que estaba pasando y que yo no podía solucionar de ninguna manera. Porque si yo hubiese podido solucionar algo, obviamente lo hubiese intentado. Así que busqué el refugio y busqué un poco protegerme emocionalmente de todo eso. Y lo hice a través de la fantasía y el humor, que es siempre mi mejor medicina para todo.
Utilicé la novela como refugio absoluto para escapar mentalmente de todo lo que estaba pasando
- ¿Tenías el gusanillo de escribir desde hace mucho?
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Sí, esta novela ya había empezado a escribirla muchas veces desde hacía ocho años. De hecho, yo tenía un documento de Word que se llamaba Soy Afrodita desde un viaje que hice a Santorini, Mykonos, con mi novio. Fueron unas vacaciones de esas tontas que de repente tienes tienes una semana y tienes que gastar estos días y nos fuimos a las islas griegas, que en mayo es fantasía y en esa época que no hay nadie. Y me estaba bañando en una playa y me vino la idea de ser la reencarnación de Afrodita. Entonces, empecé a escribir, pero no me gustaba. Y un día, leyendo los hermanos Karamazov, que el autor sí que interpela al lector, me dije: 'si algún día escribo un libro, quiero interpelar al lector. Así que tenía pequeñas píldoras de cómo quería que fuera, pero nunca me decidía. Empezaba, no seguía, no me gustaba. Hasta que me contactaron de Temas de hoy que querían hacer algo conmigo y les dije que tenía una idea. Les encantó, me pidieron que les pasara 20 páginas y, a partir de ahí, me dieron unas indicaciones y a partir de ahí ya fue de golpe.
- ¿Has tenido algún momento de bajón o ansiedad en el proceso de escritura?
- Solo hubo un momento que sí que tuve que parar cuando terminó el verano, que ahí tuve un volumen de trabajo de tele, y no pude asumir tanta escritura de forma fluida. Porque sí que es verdad que cuando escribes, tienes que escribir todos los días porque si no pierdes el hilo. O al menos es lo que me pasa a mí. Entonces, ahí sí que me perdí un poco. Hubo un momento de no saber cómo seguir y ahí sí que me agobié un poco porque no podía escribir. Pero luego lo volví a retomar y ya del tirón terminé la novela. De hecho, la entregué dos semanas antes de lo que me ha pedido la editorial.
- ¿Escribir este libro en una época de cambios como la que has vivido ha sido terapéutico?
- Sí, sirve de terapia. Y luego sirve para proyectar cosas que te gustaría que pasaran por escrito y crear ese mundo de fantasía en el que sucede lo que tú quieras que suceda. Nadie te puede poner límites a la hora de escribir. En televisión sí que hay límites porque hay cosas que son imposibles de hacer. En televisión no puedo decir que caiga una tormenta en el plató. En cambio, en un libro sí que puedo hacer cosas mágicas. En ese sentido sí que es muy terapéutico porque en ese rato que tú estás escribiendo eso en tu cabeza está pasando de verdad y es súper empoderador y te da muchísima energía positiva.
- ¿Te reíste mucho escribiendo?
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Muchísimo, muchísimo. Me reía mucho. Y luego todo el rato iba pensando cosas sobre la marcha. Un día estaba en Fuerteventura con mi novio en la playa y había bandera roja y un matrimonio se metió en el agua se fueron nadando súper lejos y no podían volver. Empezaron a pedir auxilio, vinieron dos socorristas y entonces uno se metió en el agua para rescatarlos. Y el socorrista me pareció tan particular y ellos tan mal porque se cachondearon y se volvieron a bañar, que me fui al hotel a escribir. Ese socorrista sale en la novela. O también cosas que veía en la tele o que leía en otros libros. En ese momento estaba leyendo Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite, que me lo había recomendado con Jorge Javier Vázquez, que es un gran lector, escritor y recomendador de libros, y hay un guiño. Hay pequeños guiños a libros porque al final yo soy muy lectora y quería también de alguna forma que esos escritores estuviesen presentes. Porque al final los escritores, porque ahora ya soy escritora, nos nutrimos del trabajo de otros escritores.
Nunca me he tomado muy en serio a mí misma, ni como periodista, ni como presentadora, ni como escritora
- Como tantos otros vienes de la tele y te lanzas al mundo editorial. ¿Estás preparada para las críticas prejuiciosas?
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Estoy preparada para la crítica, para que digan lo que quieran decir. Es un libro que la única pretensión que tiene es que el lector se divierta, se ría, se lo pase bien y, si es posible, se empodere y descubra su poder interior. El poder es para compartirlo. Es que ya estoy harta de que el poder solo sea para unos pocos, que parece que la gente piensa que el éxito de los demás es incompatible con el propio. Y eso no es verdad. Y con eso a mí me vale a mí. Si de repente los grandes literatos piensan que mi libro es... pues, vale, no lo leáis. No pasa absolutamente nada. Si yo lo que quiero es que la gente lo pase súper bien. Nunca me he tomado muy en serio a mí misma, ni como periodista, ni como presentadora, ni como escritora. Yo simplemente lo que quiero es que la gente se lo pase bien un rato.
- Sandra Barneda demostró que se puede ser presentadora de La isla de las tentaciones y finalista del Premio Planeta...
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Y además es muy curioso porque en una cena de presentadores de Mediaset me senté en la mesa con Sandra y estuvimos toda la cena hablando. Me acuerdo que le preguntaba: pero ¿cómo haces para documentarte? Porque a mí me parecía una gesta titánica escribir una novela, sobre todo ella, que además ha escrito cosas históricas. Me parecía algo imposible, inabarcable. Y al final todo es ponerse.
- ¿Has sentido ese prejuicio constante hacia el periodista de corazón?
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Sí, absolutamente. Pero me da completamente igual. Si alguien quiere pensar que su rama periodística es superior a la mía, adelante por los sueños que aún nos quedan, Me da completamente igual. Yo no voy a venir a quitarte tu crónica política porque, chiqui, no me interesa. Yo lo que quiero es hablar del Royal Salseo. Me da igual que me miren por encima del hombro siempre y cuando no me dejen sin trabajo.
- ¿Crees que el éxito de Royal Salseo está en que cuentas la información de casas reales con ese humor y gamberrismo con el que nunca se ha contado?
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Es que yo creo que he encontrado una forma de informar sobre casas reales siendo amable, pero sin ser cortesana. Y yo creo que ahí hay un equilibrio perfecto. Porque yo tampoco les voy a hacer la pelota. Si van a hacer algo que no me gusta, lo voy a decir igual. Yo amo a Leonor, Leonor sabe que la amo porque estoy convencida de que me sigue desde una cuenta secreta, pero si no me gusta como la han vestido, lo digo y tampoco les va a cambiar la vida. Ahora pienso que hay algo raro en todo esos rumores de crisis entre Felipe y Letizia porque no es normal que se esté permitiendo que se digan todas esas burradas. O esto se está usando como cortina de humo o ya viene bien que hablen de esto para que no hablen de otras cosas. Yo lo digo, no pasa nada. Yo voy a pelotear porque eso no es hacer periodismo. Yo lo que quiero es entretener e informar. O lo que está pasando en la Casa Real Británica, que no estoy entendiendo lo que pasa con Keith Middleton. O Harry y Meghan, que me parecen unos hipócritas, unos lloricas y unos ricachones que son unos vagos que no quieren trabajar y viven a remolque de la familia real británica. Yo lo digo y la gente que opine. Y entonces debatimos.
- Si tuvieras a la reina Letizia delante, ¿qué le dirías?
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No podría hablar. Le diría: "Habla tú". Lo que le dije a Isabel Pantoja la primera vez que la vi: "Habla tú. Yo no puedo". Aunque haría el esfuerzo por decirle algo. Me parece que tiene mucho mérito lo que ha hecho. Porque al final ha renunciado a su carrera. Ganaría mucho más dinero si hubiera seguido con su trayectoria televisiva. Además, ahora tiene una vida muy controlada, todo muy milimetrado y todo eso. Tiene mucho mérito lo que ella ha conseguido dentro de esa familia disfuncional, porque yo creo que todas las familias reales son disfuncionales. Bueno, ya de entrada la institución en sí ya es disfuncional. Entonces, al final entrar ahí y lograr salvaguardar un poco todo después del escándalo del emérito y que le hayan puesto muchísimas zancadillas, como por ejemplo el periodismo que se ha portado fatal con ella, creo que es un ejemplo de fortaleza y profesionalidad.
No sé si el matrimonio de Juan Carlos y Sofía era una relación abierta porque yo no sé si Sofía estaba de acuerdo o simplemente lo aceptaba
- ¿Es icónica?
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Es icónica, que diría Inés Hernand.
- ¿Los medios de comunicación se han quedado muy antiguos a la hora de hablar de relaciones?
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Nos hemos quedado muy antiguos desde el momento en el que en un titular podemos ver 'Felipe se va a esquiar sin Letizia'. ¿Y qué? ¿Dónde está el problema si a Letizia no le gusta esquiar? ¿Lo normal sería que Letizia se aguantase, hiciese el esfuerzo de ir a esquiar con su marido para que no podamos poner ese titular? Me parece súper sano que Felipe quiera esquiar y, como a Letizia no le gusta, pues se quede haciendo flexiones para tener brazos de acero en la Zarzuela. Es súper sano. Entonces hay veces que hacemos juicios de valor un poco chapados a la antigua.
- ¿Has visto el vídeo Sebastián Yatra hablando de relaciones?
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No me creo nada de lo que dice Sebastián Yatra. Creo que él quería mostrarse como machote en plan 'yo no puedo soportar ser fiel a una pareja'... ¡Tú eres tonto!
- Pero ¿no crees que lo que le ocurre es que realmente es que no sabe decir con palabras que lo que quiere tener es una relación abierta?
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Es que yo creo que ni siquiera es lo que quiere. Creo que él cree que eso es lo guay y quiere proyectar una imagen de guay. Y lo que está proyectando es la imagen de lo que él considera de machote guay. Es esta cosa un poco patria patriarcal, antigua y de machote de estrella del rock. Relájate, Sebastián Yatra.
- Los medios estuvimos durante mucho tiempo hablando del matrimonio de Juan Carlos y Sofía cuando el rey tenía 'amigas entrañables'...
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Porque su matrimonio era un trabajo. Pero eso es algo que nunca dijimos. Se tapó todo. Tampoco sé si era una relación abierta porque yo no sé si Sofía estaba de acuerdo o simplemente lo aceptaba. A Aitana le estamos sacando un novio cada cinco minutos. No aceptamos que Aitana pueda estar sola o preguntar lo de los hijos. Pues, chico, pues a lo mejor hay gente que no quiere tener hijos o no puede, y no quiere contarlo. En el mundo del corazón lo que pasa es que como trabajamos con las emociones, éstas son las que son desde que existimos, son ancestrales. Entonces ahí poco lo tenemos un poco complicado los periodistas en ese sentido.
- ¿Cómo te has adaptado a esta nueva vida después de Socialité?
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En mi caso ha sido súper orgánico porque yo antes de la hecatombe, ya estaba trabajando para otras productoras y para otras cadenas. Para mí ha sido perder uno de mis trabajos, pero también he ganado otros. Al final una cosa es que no te quiera un grupo, pero te quieren otros muchos grupos. Es como las relaciones, rompes una relación, pero puedes iniciar otras. Ha sido muy orgánico.
Al final una cosa es que no te quiera un grupo, pero te quieren otros muchos grupos
Yo también tenía ganas de hacer un cambio. Me apetecía tratar el corazón desde el humor y ahora estoy en Minoría Absoluta, que es una productora que está muy especializada en un humor muy profesionalizado. Así que de repente me encuentro haciendo unos guiones que nunca había hecho. Esto me ha dado la oportunidad de aprender cosas nuevas. Estoy en modo aprendizaje, que no hay nada que te mantenga más joven que estar aprendiendo.
- En el final de Cazamariposas dijiste que no había que estar tristes porque 'allá donde miréis, estará Cazamariposas'. Y así es.
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Me da muchísimo orgullo cuando veo a Fran e Irina en Mañaneros, que Germán estuviera en Sálvese quien pueda, que Nando esté en el equipo de dirección de Espejo Público, Laura Roger dirigiendo Socialité, Paula González en Fiesta, María Verdoy presentando Socialité... Me enorgullece ver a la gente de Cazamariposas haciendo cosas y que vayan imprimiendo el sello de Cazamariposas en todo lo que hacen. Todos trabajan porque son muy buenos.
- ¿Cómo se pasa de hablar de personajes del corazón a ser uno de ellos?
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Yo no me he visto mucho como personaje. Tampoco muestra una vida tan interesante como para yo ser personaje. Casi siempre que hablan de mí se habla desde un punto de vista profesional y es lo que más me gusta. A ver, no voy a venir aquí en plan yo no hablo de vida privada. Simplemente mi vida privada es muy normal. Entonces tampoco sé muy bien que pueda interesar de mi vida privada. Pero yo lo acepto todo con absoluta naturalidad.