Albert Espinosa se adentra en aquellos niños que los famosos fueron con El camino a casa. El comunicador barcelonés acaba de estrenar la segunda temporada de su programa de entrevista en laSexta, cada martes puede verse una nueva entrega a las 22:30 horas. Tras una primera tanda que puede interpretarse como una toma de contacto, estos nuevos episodios muestran cómo el formato ha tomado forma y cómo los invitados comparten experiencias desde el corazón. “No tenemos guiones para esos momentos. Son ellos mismos los que se desnudan emocionalmente de manera espontánea”, comparte.
Tras un primer episodio con Máximo Huerta como protagonista, este martes 20 de febrero será Roberto Leal el que muestre su lado más íntimo y personal al comunicador barcelonés. “Cada famoso me ha sorprendido de maneras muy distintas”, declara. “En el caso de Roberto Leal, ha sido más que interesante descubrir a alguien que era muy gamberro de pequeño, que suspendía muchas asignaturas. En esa época, no te lo imaginabas como presentador de Pasapalabra y siendo quien es ahora”, confiesa en una entrevista concedida a BLUPER.
No ha sido el único caso. Ya ha podido verse que con el escritor y exministro de Cultura, Espinosa logró que éste hablase de su traumática infancia, de los malos tratos que padeció su madre por parte de su padre, de cómo lograron reconciliarse con él en su vejez. “Se abrió mucho. Tenía una relación conflictiva con su padre, al menos por como lo comentó. Pero se creó algo muy bello de rememorar esa experiencia. Fue uno de los programas más bonitos que hemos hecho en esta temporada”, revela.
Roberto Leal y Máximo Huerta no han sido los únicos que han sorprendido a Espinosa. Precisamente, el que el comunicador remarque no haya habido guiones a la hora de conversar con cada invitado permite una espontaneidad que provoca que sean los propios famosos los que sorprendan con sus confesiones. “Me dejó sin palabras Norma Duval. He descubierto a una magnífica persona, muy inteligente y emocional. La verdad, me encanta la energía que tiene. Desde muy pequeña tuvo claro quién quería ser y tiene una fuerza brutal”, explica el también guionista y escritor.
“También el caso de Bustamante, que terminó emocionándose hasta el punto de que terminó llorando. O cuando hablamos con Manuel Díaz El Cordobés, conociendo esa historia del adulto que buscaba a su padre. En el fondo, está ese niño, nuestra infancia está muy presente en lo que somos ahora y entenderla sirve para perseguir y conseguir nuestros sueños o para superar nuestros problemas”, señala.
Buscando ternura y emoción en un momento de polarización
Espinosa recuerda cómo la infancia sienta las bases de aquellos que terminan volviéndose adultos. “Es incluso más, por eso hago este programa. Creo que ahí está lo que somos. Terminando siendo lo que nos arrebataron, lo que no nos dieron, lo que encontramos. Eso es lo que nos curte y nos convierte en lo que somos ahora. Por ello, los invitados nos ofrecen con generosidad esa parte de sus vidas. Entran de lleno, nos cuentan sus pequeños traumas, tristezas y también momentos de felicidad. Es ahí donde El camino a casa cobra sentido”, expone.
"Comprender los traumas de nuestra infancia nos hace mirar mejor al presente"
El creador de Pulseras Rojas y guionista de Planta 4ª remarca la importancia de que “haya ternura y emoción” en la televisión actual, focalizada en la polarización y el conflicto. “He notado que falta ternura y emoción porque me lo han comentado por la calle. La gente me para y me comparte que El camino a casa les reconforta. Con la primera temporada, ya me preguntaban si iba a haber una segunda. La verdad, el cariño del público ha sido el verdadero premio, porque emana de él, sólo la audiencia te lo otorga”, detalla.
Espinosa también señala cómo la segunda temporada de El camino a casa tenía la ventaja de haber tenido el tono y que sabían cómo “enfocar cada entrevista”. “Buscábamos divertirnos y mucho más. También los famosos. En la primera, costó conseguir famosos, porque nadie quería ir a un formato que nadie conocía y que no ha visto antes. Ahora es al revés, hemos llegado a tener a 200 celebridades que querían aparecer en el programa”, comparte. Para el barcelonés, la clave está en que busca “hacer un programa que pudiera ver toda la familia”.
Buscando la nostalgia en televisión
En esta temporada, cada famoso representa a una generación distinta. Espinosa señala lo difícil que le resulta entrevistar a celebridades jóvenes. “Cuando ha tocado preparar un programa con alguien de 26 o 28 años es más complicado, porque hay mucha menos nostalgia. Le falta ese toque de reencontrarse con el pasado, de esa sensación de felicidad extrema. Ese momento en el que vuelves al colegio en el que estudiaste cuando tenías nueve años”, razona.
Ahora bien, Espinosa sí que considera que, en lo más profundo, la infancia apenas ha cambiado en las distintas generaciones. “Cuando veo niños saliendo del colegio, sí que es verdad que tienen el móvil. Sin embargo, el 90% de ellos sale conversando con sus compañeros de clase. Sí que ahora están conectados en la red, pero siguen prefiriendo hablar entre ellos, comentarse qué tal les ha ido el día. De ahí que, al final, la esencia siga siendo la misma”, expresa.