Este domingo 31 de marzo, Socialité se ha vuelto en un halo de misterio. El programa presentado por María Verdoy ha enviado a una de sus reporteras más dicharacheras a un pueblo abandonado. Yola Berrocal se ha desplazado a Matandrino, situado en la provincia de Segovia, el cual está enteramente la villa a la venta por 180.000 euros. Un reportaje con el que la ganadora de Hotel Glam ha llegado a temer que hubiera algún elemento sobrenatural.
La actriz y bailarina, quien trabaja de reportera para el formato producido por Fénix Media, ha visitado este pueblo fantasma, que consta de 17 inmuebles, 5.000 metros cuadrados de terreno y 180.000 euros de precio. La televisiva mostraba su lado más serio, con un reportaje que, al menos al inicio, era digno de una entrega Equipo de investigación de laSexta. “¿Esconde algo extraño este sitio? ¿Podría ser una estafa?”, se pregunta Berrocal en tono periodístico.
El reportaje muestra cómo Berrocal se desplaza hasta el pueblo fantasma, señalando que, aunque está ubicando en el mapa, no es fácil el acceso a la villa. “Su localización no es secreta, pero cuesta encontrarlo”, comparte la reportera mientras está detrás del coche que el equipo ha enviado a la zona, entre los que parece que está Miguel Ángel Rech en calidad de camarógrafo.
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La televisiva revela que la villa debe estar deshabitada desde finales de los años 60. Puede verse que buena parte de los edificios están en ruinas. También, la bailarina muestra que varios de los edificios que estuvieron okupados y con pintadas. De hecho, cuando Yola sube a una buhardilla, no duda en santiguarse, algo que hace repetidas veces a lo largo del reportaje. Es más, llega a encontrar una pared con símbolos de brujería.
“Si me pasa algo, dile algo a mis padres, que los amo”, comentaba mientras subía al camarógrafo que le acompañaba, en un reportaje cuya música tétrica evocaba a películas de terror como ·[REC], que justamente emulaban la producción de un reportaje en un edificio que termina infestado de zombis.
Por supuesto, el reportaje terminaba de manera más luminosa, con la propia Yola atreviéndose a beber el agua de un riachuelo, a pesar de “estar amarilla”. La noticia la terminan cerca de una zona que parece estar habitada, dado que puede verse un campo lleno de vacas pastando, intuyéndose que hay una granja cerca. La concursante de la octava edición de GH VIP intenta hablar con los bovinos, aunque termina asustada, al temer que viniesen corriendo.
Tras finalizar el reportaje, María Verdoy tranquiliza a los espectadores, declarando que la colaboradora está sana y salva y que la noticia pudo cubrirse sin ningún tipo de incidente.