Este lunes arrancó la edición número 12 de MasterChef, y, como es habitual, comenzó con los jueces Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz probando un plato de 50 de los aspirantes. Con ello estaba también el chef Marcos Morán (tres soles Repsol y una estrella Michelin), y para conseguir ser concursantes de pleno derecho, los participantes debían obtener al menos tres síes.
La primera persona a la que conocimos con ganas de entrar en el concurso fue David, a quien RTVE ya había definido previamente como un legionario terraplanista. “Vengo de una ciudad dormitorio al noreste de Barcelona Santa Coloma de Gramenet”, decía en su presentación a los jueces. Al ser preguntado a qué se dedica, detalló que es militar, y que está en un cuadro de la Legión en el tercer tercio de Juan de Austria, y aseguró que si estaba cocinado es porque “uno se tiene que adaptar a las situaciones que le vienen en la vida, y una de ellas es comer y estar alimentado”.
De sus ocio, David explicó que le gusta hacer “un deporte muy básico para mantenerte en forma”, y que consiste en ir en ayunas e ir hasta la falda de la montaña, y sube la montaña andando durante una hora porque tiene una rodilla operada. También hace artes marciales, y luego se va al gimnasio. De sus estudios, destacó que ha estudiado numerología, simbología filosofía y religión.
Los jueces le preguntaron entonces su opinión sobre la Tierra. “No creo que sea redonda”, aseguraba. Su argumento era que él lo comprobaba todos los días al subir a la montaña. “Tengo claro que no está a 150 millones de kilómetros el Sol”, seguía detallando.
Su exposición como persona que no cree que la Tierra sea redonda, aseguró que si el planeta gira sobre sí misma, rota, gira alrededor del Sol, y a la vez el Sol “se va moviendo ahí, tienes una de combinaciones de fuerza”. “Si vas en un Ferrari a 200 kilómetros por hora y sientes un vibraciones y tú aquí con lo te dicen y no sientes nada...”, finalizaba.
El plato con el que optó a entrar en el programa se tituló “Mi corazón en un plato”, y estaba compuesto por hígados de pollo y también tenía un hígado de ternera añejo, con “una salsita”. A la hora de las valoraciones, Jordi y Marcos le dieron un sí, valorando el uso de casquería, y Pepe Rodríguez un no, pues criticó un exceso de clavo. Esto hizo llorar al legionario, al que Samantha Vallejo-Nágera dio un tercer sí y se convertía así en concursante de pleno derecho de esta temporada número 12.